Un duelo de ideas claras
Holanda e Italia contrastan dos maneras opuestas de vivir el f¨²tbol
Holanda contra Italia es un duelo de ideas di¨¢fanas. Un choque de dos maneras opuestas de vivir un mismo juego. Cada entrenador, cada jugador, sabe exactamente el ideal de f¨²tbol que debe alcanzar. Dos ideales contrapuestos y dos equipos seguros de alcanzar la final de la Eurocopa por v¨ªas diferentes. Los italianos, dirigidos por un pragm¨¢tico, Dino Zoff, que hace menci¨®n al concepto de "equilibrio" casi siempre que abre la boca, y al que siguen 22 soldados m¨¢s o menos convencidos de que la m¨¢xima de las virtudes tiene algo que ver con el dolor f¨ªsico. Con el sacrificio y la entrega solidaria para borrar al adversario del campo a base de presi¨®n y coraje. Eso implica que su contacto con el bal¨®n sea escaso. Algo distinto motiva a los holandeses. "En Holanda no hay hooligans", dec¨ªa Stam hace dos d¨ªas. "Aqu¨ª al f¨²tbol vienen las abuelas, las madres, los ni?os, esto es una fiesta popular". Un ideal de placer conduce a los holandeses, que prefieren desenfado a la toma de precauciones. Esto se traduce en la intenci¨®n clara de tener la pelota, alfa y omega de la diversi¨®n que produce el f¨²tbol en un futbolista.Los entrenamientos que hicieron Italia y Holanda en la v¨ªspera del partido marcan sus diferencias. Italia hizo un calentamiento f¨ªsico y luego pas¨® al partidillo que se prolong¨® hasta el final. En Holanda, el calentamiento fue seguido de una sesi¨®n de pases. El golpeo cadencioso de las pelotas resonaba en el bosque de Hoenderloo, donde los holandeses ensayaron un concepto elemental. Tan b¨¢sico como el remate a puerta, que ejercitaron con centros desde los costados. Los italianos ignoraron por completo este punto. Eso s¨ª: Italia ensay¨® disparos desde el punto del penalti y Holanda no. Quiz¨¢, uno de los ideales de Zoff consista en aguantar hasta el final sin marcar ni recibir goles para acudir a la pr¨®rroga y saldar el tr¨¢mite en la tanda de penaltis.
A la cabeza de la expedici¨®n italiana est¨¢ Dino Zoff. El ex portero de la selecci¨®n que gan¨® el mundial de 1982 es uno de los individuos menos elocuentes que han pasado por esta Eurocopa. En contra de la tendencia italiana a exagerarlo todo, Zoff es el extremo opuesto. Habla sin mover los labios. Su voz equivale a un ronroneo grave que brota como un hilo de sonido. Como la amenaza de un ladrido. Apenas dice nada. Ni a los periodistas ni a los jugadores. Su ronroneo se prolonga hasta el vestuario. "?Qu¨¦ nos va a decir?", bromeaba ayer Totti. "?No habla nunca con los jugadores antes del d¨ªa del partido!".
?Qu¨¦ le va a decir Zoff a sus jugadores? El t¨¦cnico lo explic¨® lisa y llanamente: "Que ha llegado un partido importante, que nadie daba cr¨¦dito, que en un principio nadie pensaba que pod¨ªamos llegar a la final y ahora podemos conseguirlo. Que no deben pensar en que est¨¢n cansados porque tienen que jugar". De la oratoria de Zoff no deben esperarse prodigios, pero no debe hacer mucha falta. Los jugadores llevan el estilo de juego que propugna en la sangre y saben que no deben alejarse mucho de su portero. Todos atr¨¢s, a recuperar la pelota y lanzarla a Totti para que resuelva con Inzaghi.
Italia jugar¨¢ con tres centrales muy r¨¢pidos: Nesta en el medio, Cannavaro por la derecha y Iuliano a la izquierda. Esto conducir¨¢ a dos duelos en las bandas: los laterales de largo recorrido de Italia, Zambrotta y Maldini , se las ver¨¢n con los extremos holandeses, Overmars y Zenden. Santo y se?a de la selecci¨®n naranja, del ¨¦xito de sus dos extremos depender¨¢ hoy buena parte del partido. Al medio campo combativo de Italia, con Albertini como conductor, Di Biaggio como destructor sum¨¢ndose a los disparos lejanos, y Fiore m¨¢s libre, oficiando de enganche a ratos, se enfrentar¨¢n Davids y Cocu en desventaja num¨¦rica. Pero si Bergkamp tiene un buen d¨ªa y ayuda a sus compa?eros y si Kluivert rota como un pivote y mantiene la punter¨ªa, entonces Italia estar¨¢ perdida.
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