La vida en sus manos
El mundo cient¨ªfico, el econ¨®mico, y m¨¢s de puertas adentro el pol¨ªtico, andan agitados a causa de la gran gesta que supone la lectura m¨¢s o menos completa del genoma humano. El tambi¨¦n llamado mapa de la vida. Anoten la fecha, 26 de junio del a?o 2000. Fue el d¨ªa de presentaci¨®n en sociedad de un portento comparable, dicen, al descubrimiento de Am¨¦rica, al primer alunizaje y a otros sucesos de gran calado. Verdad es que Col¨®n tropez¨® con un territorio insospechado y que la primera nave a la luna pudo haberse desintegrado en el camino, mientras lo del genoma ya estaba hecho y ese 26 de junio s¨®lo fue el d¨ªa de la presentaci¨®n oficial, pero eso son ni?er¨ªas. Descifrar el genoma no hubiera sido posible sin anteriores acontecimientos hist¨®ricos, pero todo parece indicar que su trascendencia, para bien o para mal, ser¨¢ mayor, con mucho, que todo lo llevado a cabo por la humanidad hasta ahora. Religiones aparte, estamos en el a?o 1 de una nueva era, aunque todav¨ªa con T¨®mbola, que amenaza con ser el f¨®sil m¨¢s duradero y revelador de cuantos existen y existir¨¢n. (Qu¨¦ b¨¢rbaros. Har¨¢n cisco todas las especulaciones sociol¨®gicas de hoy y de la eternidad).No s¨¦ si Craig Venter y Francis Collins y Haseltine se har¨¢n m¨¢s populares que Harrison Ford, pero depende de ellos. Si quieren, lo consiguen. Tienen el mundo a sus pies; y entre ese mundo, el econ¨®mico, que es el verdadero... ?y del que forman parte! Sobre todo, los se?ores Venter y Haseltine, que son tan buenos cient¨ªficos como hombres de negocios. Y que no les d¨¦ por optar a la presidencia de Estados Unidos.
No es tan absurdo. Hace unas d¨¦cadas, el gran astrof¨ªsico brit¨¢nico Fred Hoyle, con ocasi¨®n de la larga disputa que sucedi¨® a las explosiones at¨®micas sobre Jap¨®n, dijo que el poder pol¨ªtico a escala mundial podr¨ªa ser de los cient¨ªficos si ¨¦stos tuvieran esp¨ªritu de clase; algo que no es ni mucho menos de imposible materializaci¨®n. Declaren entonces los cient¨ªficos una huelga de brazos ca¨ªdos en EE UU, y a mandar. Pues si se pierde la supremac¨ªa del saber cient¨ªfico se queda uno descolgado por mucho trigo que produzcan los campos y por muchos minerales que albergue el subsuelo. Cient¨ªficos al tim¨®n pol¨ªtico y econ¨®mico, vaya pintura negra para un Goya si un Goya fuera posible en ese mundo.
Como todo lo excelso, esto del genoma nos tiene hechos un l¨ªo que peor es meneallo. Una pregunta cuasi marginal. ?Qu¨¦ pasar¨¢ con Barbacid y el Centro de Investigaciones Oncol¨®gicas? El ministerio del ramo quiere recortarle un presupuesto ya de por s¨ª escu¨¢lido; y alguien ha dicho que la terapia contra el c¨¢ncer que busca Barbacid est¨¢ anticuada. ?Acaso no es la gen¨¦tica? ?Y si el uso de vacunas o el bloqueo de la angiog¨¦nesis esconden la verdadera llave de la curaci¨®n del c¨¢ncer? No ser¨ªa la primera vez en la historia de la ciencia que una "obcecaci¨®n" retrasa el desarrollo de la asignatura. Ocurri¨® con la qu¨ªmica, durante buena parte del siglo XVIII. Todos los investigadores ten¨ªan en cuenta el flogisto, hasta que Lavoisier dijo que el flogisto era un camelo y lo demostr¨® e inaugur¨® la qu¨ªmica moderna.
Como la galaxia Venter cotiza en bolsa, fig¨²rense el foll¨®n. Nos han puesto a parir. Que si en dos o tres a?os habr¨¢ terapia gen¨¦tica para el c¨¢ncer, que si ser¨¢n 10, que si ser¨¢n 40. Cierto que la empresa de Venter obtendr¨¢ beneficios por el acceso a su base de datos, pero eso no basta. Si resulta que, seg¨²n una versi¨®n, en el 2040 se conseguir¨¢ que los enfermos de c¨¢ncer ganen a?os de vida, pues oigan, tan gran puente para tan peque?o r¨ªo. Hoy le detectan a usted un tumor incipiente y en la mayor parte de los casos se lo curan.
Claro est¨¢ que yo no dudo de la eficacia de la terapia gen¨¦tica. Ser¨ªa, casi, casi, como no creer que el ser humano ha puesto el pie en la luna. Pero como los f¨¢rmacos son parte del mercado y ahora los cient¨ªficos tambi¨¦n, me temo "distorsiones". A la postre, los primeros en decir que las nueces son fant¨¢sticas para el coraz¨®n fueron los cient¨ªficos de una Universidad enclavada en mitad de nogales y m¨¢s nogales. ?Hubo o no hubo mecenazgo, cabe preguntarse? Pues ahora con m¨¢s raz¨®n; porque el investigador es, a la vez, el due?o de los nogales. De modo que s¨ª, que acabar¨¢n con la enfermedad, con la vejez, con la muerte (si no acaban con el planeta, una conjetura razonable, las cosas como sean) pero, ?cu¨¢ndo? Ah¨ª est¨¢ la madre del cordero No le hagan ilusiones a un cincuent¨®n para que luego resulte que palma de una neumon¨ªa cualquiera. Y todo a causa de las oscilaciones de la gen¨¦tica en Wall Street.
El lector curioso est¨¢ confuso por otras razones. Un se?or buscar¨¢ trabajo y le pedir¨¢n su genoma; otro querr¨¢ hacerse un seguro y las compa?¨ªas le pedir¨¢n as¨ª mismo la foto gen¨¦tica. Si en esos datos se dice que el demandante de empleo o de un seguro sufrir¨¢ una enfermedad mortal o m¨¢s o menos invalidante casi a fecha fija, no le dar¨¢n el empleo y le subir¨¢n la prima que ya tiene o le pedir¨¢n una tarifa m¨¢s alta de la corriente si no est¨¢ asegurado. ?Eso suceder¨¢ hasta que exista un medicamento contra la enfermedad que inexorablemente padecer¨¢ el solicitante? Con ser un "puerco y monumental abuso" (Cervantes) esa invasi¨®n de la privacidad, otro interrogante m¨¢s sombr¨ªo se alza ante nosotros. El empresario y el asegurador, ?tendr¨¢n la certeza ciega de que el candidato ya no pende de una espada de Damocles en virtud del brebaje? Y otra inc¨®gnita. Esta medicina gen¨¦tica, personalizada, es harto probable -por lo que uno ha le¨ªdo- que cueste lo que la mayor¨ªa de los mortales no podemos pagar ni asaltando exitosamente un banco. ?Entonces?
Entonces vamos a enterarnos, disculpen, "van" a enterarse de lo que son divisiones sociales. Las de hasta ahora parecer¨¢n tortas y pan pintado. Porque vamos, una cosa es que un se?or posea mansiones, yate, avi¨®n privado, una flota de autom¨®viles, etc., pero que se muera con la misma contingencia que cualquier hijo de vecino, y otra muy distinta que adem¨¢s de poseer todo lo dicho, a los 100 a?os a¨²n est¨¦ hecho un chaval. (Y no hablo de la inmortalidad que aparece en lontananza y a la que no me apuntar¨ªa por nada del mundo. El infierno no son las llamas, es la eternidad). Se armar¨ªa lo que no est¨¢ escrito y puede que el mundo lo heredaran los robots, capaces ya entonces de reproducirse a s¨ª mismos, como predijo Norbert Wiener, padre de la cibern¨¦tica.
Uno de los muchos posibles lados buenos de la medicina gen¨¦tica. Ha confirmado (pues el descubrimiento lo hicieron a?os atr¨¢s los antrop¨®logos) que no hay razas. El borrador del mapa gen¨¦tico es pr¨¢cticamente el mismo. Amarillos, negros blancos, todos una sola raza. Lo malo es que no lo van a digerir quienes piensan de otro modo. Al contrario, gu¨¢rdese el mensajero.
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