El escenario se comi¨® a uno de los grandes

La plaza Major del Poble Espanyol no es un lugar apto para cualquier tipo de espect¨¢culo. Es obvio, pero si alg¨²n artista no encaja ni con calzador en un espacio as¨ª, ¨¦se es Caetano Veloso.El jueves por la noche, el gran escenario del recinto y, sobre todo, un remedo de plaza que invita m¨¢s a la charla y al copeo que a escuchar y disfrutar de un concierto con cierta profundidad se comieron a uno de los grandes nombres de la canci¨®n actual.

La personalidad ¨ªntima y cercana de Caetano Veloso qued¨® totalmente minimizada; sus gestos, sus expresiones, sus miradas, se perdieron irremediablemente en la distancia y s¨®lo las primeras y apretadas filas pudieron saborear un espect¨¢culo que no es solamente m¨²sica. Por otra parte, la sonorizaci¨®n tampoco estuvo de su parte y la m¨²sica de Veloso -todas, pero ¨¦sta m¨¢s- es de las que exigen y merecen una transparencia total para poder ser disfrutadas.

Sabedor de que en esta gira no iba a encontrarse con teatros c¨®modos y cercanos (un problema m¨¢s suyo que de los organizadores hispanos), el cantante brasile?o lleg¨® a Barcelona con un grupo bastante numeroso (?incluidos cinco percusionistas!) y acometi¨® la parte m¨¢s r¨ªtmica y contundente de su cada vez m¨¢s amplio repertorio. Hasta se permiti¨® el lujo de hacer una versi¨®n (?y qu¨¦ versi¨®n!) de Diane, de Paul Anka. A pesar de mostrar esa cara m¨¢s alegre, la comunicaci¨®n con el p¨²blico nunca lleg¨® a establecerse totalmente, como m¨ªnimo con la mitad de la plaza m¨¢s alejada del escenario y sus laterales. Es m¨¢s, cuando hacia la mitad del espect¨¢culo se qued¨® a solas con su guitarra, hasta fue dif¨ªcil o¨ªrle por el alto volumen de las charlas de un p¨²blico que estaba m¨¢s por otras cosas.

Fue una l¨¢stima porque lo insinuado apuntaba al entusiasmo. Tras su paso por el Grec, es urgente reclamar el regreso de Cetano Veloso a un lugar m¨¢s adecuado.