La Duma ratifica el proyecto de Putin de reforzar el Estado central

La Duma (C¨¢mara alta del Parlamento) aprob¨® ayer por abrumadora mayor¨ªa la segunda de las leyes con las que el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, pretende quebrar el poder de los l¨ªderes regionales y reforzar el del Estado central, es decir, el suyo propio. El texto, cuya aplicaci¨®n permitir¨ªa la destituci¨®n de los gobernadores que violen las leyes federales, debe pasar todav¨ªa por el Consejo de la Federaci¨®n.

Es casi seguro que esta instituci¨®n, equivalente al Senado espa?ol, se opondr¨¢ rotundamente, igual que hizo el mi¨¦rcoles con la ley que supondr¨ªa su paso a la historia con su actual formato, es decir, con los jefes del Ejecutivo y el legislativo como representantes de cada una de las 89 regiones. ?stos, adem¨¢s, perder¨ªan su inmunidad parlamentaria, lo que podr¨ªa conducir a que algunos de ellos dieran con sus huesos en la c¨¢rcel.

Los diputados entregaron, aparentemente, un cheque en blanco a Putin, al votar el proyecto por una mayor¨ªa de 399 contra nueve. Lo hicieron en segunda y tercera lectura, con lo que la ley pasa autom¨¢ticamente a la C¨¢mara alta. Si es rechazada all¨ª, deber¨¢ volver a la Duma, que puede revalidarla con mayor¨ªa de dos tercios, ampliamente superada en la votaci¨®n de ayer.

El caso, sin embargo, no est¨¢ cerrado. La Duma aprob¨® ayer proponer al Consejo de la Federaci¨®n que acepte una comisi¨®n conjunta (en la que tambi¨¦n habr¨ªa representaci¨®n del l¨ªder del Kremlin) para alcanzar un compromiso sobre la composici¨®n del Senado y evitar as¨ª el conflicto institucional. La C¨¢mara alta estudiar¨¢ la pr¨®xima semana ese intento de arreglo, y fuentes pr¨®ximas a Putin insin¨²an que el acuerdo podr¨ªa pasar por permitir que los l¨ªderes regionales conserven sus esca?os hasta que caduquen sus actuales mandatos. La misma v¨ªa conciliatoria podr¨ªa seguirse en la ley aprobada ayer, que aprieta a¨²n m¨¢s la soga alrededor del cuello de los gobernadores. Aunque Putin ceda algo de terreno, no es previsible que lo haga en lo esencial: despojar a los l¨ªderes regionales de un poder amarrado durante la etapa de Bor¨ªs Yeltsin e incompatible con el Estado fuerte que quiere construir su sucesor. As¨ª lo dio a entender el primer ministro, Mija¨ªl Kasi¨¢nov.