El fiscal pide una pena simb¨®lica para el l¨ªder franc¨¦s de la lucha contra la globalizaci¨®n
Bov¨¦ amenaza con una demanda por detenci¨®n ilegal si no recibe una condena en firme
Sea cual sea el veredicto del tribunal, el juicio a Jos¨¦ Bov¨¦ y a los otros nueve agricultores que el 12 de agosto del pasado a?o desmantelaron un restaurante McDonald's en Millau pasar¨¢ a la historia francesa como un hito de la lucha antiliberal. Aunque el fallo no ser¨¢ dado a conocer hasta el pr¨®ximo 13 de septiembre, el desarrollo del doble proceso que ha tenido lugar dentro y fuera del Palacio de Justicia de Millau induce a pensar en un triunfo absoluto. El fiscal reclam¨® para Jos¨¦ Bov¨¦ nueve meses de c¨¢rcel con suspensi¨®n de condena y uno m¨¢s de prisi¨®n firme.
La petici¨®n fiscal, nada habitual en casos como el presente en el que el procesado ya se beneficia de un sursis (r¨¦gimen que no obliga al cumplimiento de la pena salvo reincidencia) establecido en una condena precedente, deja la puerta abierta de par en par para que el tribunal se pronuncie contra la entrada en prisi¨®n de Jos¨¦ Bov¨¦ considerando que el sindicalista ya cumpli¨® tres semanas de c¨¢rcel como preventivo.A lo largo de estos dos d¨ªas, el fiscal no ha disimulado demasiado su inter¨¦s en mostrar una actitud discreta pese a que la incomparecencia de la parte civil (la multinacional McDonald's renunci¨® a ese derecho a ¨²ltima hora) hac¨ªa recaer sobre ¨¦l todo el peso de la acusaci¨®n. Visto el panorama, el presidente del tribunal, Fran?ois Mallet, ha multiplicado sus esfuerzos para conjurar el peligro de que el juicio llegara a parecer un simulacro, una representaci¨®n inducida por los gritos de aliento a los procesados que irrump¨ªan por las ventanas abiertas del Palacio de Justicia. Con todo, el magistrado accedi¨® finalmente a escuchar en calidad de "testigos de moralidad" a los sindicalistas agrarios de medio mundo y a los intelectuales presentados por la defensa que han ilustrado largamente al tribunal sobre los calamitosos efectos de la pol¨ªtica de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) y de los organismos internacionales de inspiraci¨®n liberal.
El mismo Mallet admiti¨® ante la sala que, personalmente, nunca hab¨ªa cre¨ªdo que los m¨®viles que llevaron a los sindicalistas a desmontar el restaurante McDonald's fueran "deshonestos". De ah¨ª, quiz¨¢, que Bov¨¦ asegurara ayer que el tribunal de Millau hab¨ªa reconocido como "una lucha de utilidad p¨²blica" la acci¨®n contra el n¨²mero uno mundial de la restauraci¨®n r¨¢pida, representante genuino, a su juicio, del intento de imponer un modelo alimenticio exclusivo y de p¨¦sima calidad. El argumento central de la defensa es que el ataque al McDonald's fue una acci¨®n sindical, defensiva y no violenta, dirigida a denunciar las sanciones estadounidenses a la comercializaci¨®n del queso Roquefort y a poner de manifiesto el car¨¢cter arbitrario y antidemocr¨¢tico de una OMC que "re¨²ne en s¨ª misma los poderes ejecutivo, legislativo y judicial".
La tesis defendida dentro y fuera del Palacio de Justicia es que a la OMC actual, "puro instrumento de las multinacionales", hay que oponerle una Organizaci¨®n Mundial de la Ciudadan¨ªa, de la misma manera que el proceso de globalizaci¨®n econ¨®mica debe estar acompa?ado indisolublemente por el proceso de globalizaci¨®n de los derechos humanos. La definitiva evaluaci¨®n pericial de los da?os materiales ocasionados al McDonald's favorece igualmente a los procesados puesto que fija un montante inferior a los 750.000 francos (18,7 millones de pesetas) abonados por las compa?¨ªas de seguros. "Si no hay una condena con prisi¨®n firme, demandaremos a la justicia por detenci¨®n ilegal", adelant¨®, desafiante y euf¨®rico, Bov¨¦. Pese a haber sido condenado por la destrucci¨®n de una plantaci¨®n de ma¨ªz transg¨¦nico, el l¨ªder de la Confederaci¨®n Agr¨ªcola asegur¨® que piensa seguir luchando contra los transg¨¦nicos.
Contra la globalizaci¨®n
En paralelo con el proceso judicial, las decenas de miles de personas que han respaldado estos d¨ªas a los sindicalistas procesados proclamaron ayer a Millau la capital europea de la lucha contra el actual proceso de globalizaci¨®n. Exultante y seguro de sus fuerzas, Bov¨¦ emplaz¨® al presidente Jacques Chirac y al primer ministro Lionel Jospin a deshacer sus compromisos con la OMC y a aprovechar la presidencia francesa de la Uni¨®n Europea para crear un tribunal penal internacional de comercio que ponga fin a los "desmanes" de las multinacionales y a la "dictadura" del dinero. "Millau es la capital de la resistencia europea, es el punto de partida de una movilizaci¨®n general para construir un verdadero contrapoder ciudadano", afirm¨®, al t¨¦rmino de la vista, el hombre que encarna la lucha contra la desregulaci¨®n mundial. La salida de los procesados del Palacio de Justicia de Millau result¨® tan triunfal como la entrada, pese a la resaca de una noche festiva que, seg¨²n la Confederaci¨®n Agraria, reuni¨® a 100.000 personas en el concierto de homenaje a los procesados.
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