El debate sobre un nuevo emblema divide a la Cruz Roja
EE UU se niega a pagar su contribuci¨®n si no se admite el s¨ªmbolo de la estrella roja de David
El Movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja celebrar¨¢ una conferencia internacional en noviembre, en la que tratar¨¢ de zanjar una pol¨¦mica que ha amenazado en los ¨²ltimos meses con quebrar la unidad de la organizaci¨®n. La Cruz Roja estadounidense se ha negado a pagar su contribuci¨®n al organismo internacional hasta que se admita como emblema oficial la estrella de David, utilizada por la sociedad humanitaria de Israel. Pero eso no es posible en el actual marco jur¨ªdico. La admisi¨®n, junto a la cruz y la media luna, de un tercer emblema carente de connotaciones religiosas puede ser la soluci¨®n.
Con las elecciones en Estados Unidos a la vuelta de la esquina, y quiz¨¢ con el prop¨®sito de contentar al poderoso lobby jud¨ªo, la Cruz Roja estadounidense ha puesto en un serio aprieto al Movimiento Internacional de la Cruz Roja. Los norteamericanos han decidido suspender sus contribuciones a la organizaci¨®n hasta que se admita la estrella roja de David como emblema oficial. Se trata de una amenaza seria: su contribuci¨®n supone en torno al 25% del presupuesto de la Federaci¨®n.La sociedad humanitaria de Israel, la Magen David Adom, reclama en vano desde su creaci¨®n, en 1930, el reconocimiento por parte del movimiento internacional de su propio emblema, la estrella roja de David. Los Convenios de Ginebra y los estatutos del movimiento s¨®lo permiten la utilizaci¨®n de la cruz roja o la media luna roja. Por eso, a la Magen David Adom se le ha denegado siempre la adhesi¨®n de pleno derecho a la organizaci¨®n.
Los emblemas de la cruz y la media luna se utilizan en m¨¢s de 180 pa¨ªses para proteger en tiempos de guerra al personal y los equipos m¨¦dicos autorizados. Pero algunos pa¨ªses ven en ellos connotaciones religiosas, y utilizan otros emblemas no reconocidos.
Cuando se fund¨® la organizaci¨®n, en la segunda mitad del siglo XIX, se adopt¨® una cruz roja sobre fondo blanco como emblema neutral y f¨¢cilmente reconocible. No se repar¨® en sus connotaciones religiosas y, sin duda, se tuvo en cuenta que el emblema es la inversi¨®n de la bandera nacional suiza, un pa¨ªs tradicionalmente neutral, de donde, adem¨¢s, proced¨ªa el precursor de la organizaci¨®n, Henry Dunant. El problema de la connotaci¨®n religiosa se hizo evidente en la guerra entre Rusia y Turqu¨ªa en 1876. El Imperio Otomano declar¨® que utilizar¨ªa una media luna roja para identificar sus ambulancias, aunque respetar¨ªa el signo de la cruz. En 1929 se acord¨® reconocer el emblema de la media luna roja y el del le¨®n y el sol rojos que utilizaba Persia, pero se insisti¨® en que no se reconocer¨ªan nuevos s¨ªmbolos. El emblema de la media luna se ha extendido por muchos pa¨ªses, entre ellos Ir¨¢n, que ya no emplea el le¨®n y el sol, y las propuestas de otros pa¨ªses sobre s¨ªmbolos alternativos han sido rechazadas para evitar una proliferaci¨®n que dificulte la labor humanitaria. Desde entonces, el problema de los emblemas ha estado siempre sobre la mesa de la organizaci¨®n.
En abril de este a?o se lleg¨® a una posible soluci¨®n: la adopci¨®n de un emblema adicional desprovisto de connotaciones religiosas para los pa¨ªses que no quieren utilizar la cruz o la media luna. Se propone un rombo rojo, en cuyo v¨¦rtice inferior los pa¨ªses puedan insertar sus propios signos. Para ello, es necesario un nuevo tratado, un protocolo adicional, que requiere para su aprobaci¨®n la celebraci¨®n de una conferencia internacional, prevista para noviembre en Ginebra.
La soluci¨®n satisface al Gobierno de Israel, a la Magen David Adom y al Gobierno de Washington. Pero la Cruz Roja estadounidense sigue sin estar de acuerdo.
Antoni Bruel, coordinador de Cruz Roja Espa?ola, cree que sus compa?eros de EE UU acabar¨¢n cediendo. "Las negociaciones diplom¨¢ticas son muy complejas", dice, "y estas posturas radicales suelen remitir. Nunca se llega tan lejos si no se est¨¢ seguro de que va a salir adelante". La conferencia de noviembre se prev¨¦, en cualquier caso, agitada. Pero urge solucionar un problema meramente formal, que ha puesto en entredicho el principio de universalidad que rige la organizaci¨®n humanitaria m¨¢s grande del mundo.
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