El Festival Mozart se clausura con la apoteosis de 'El viaje a Reims'
Estreno en Espa?a de la ¨®pera de Rossini
En una noche m¨¢gica se clausur¨® el s¨¢bado la tercera edici¨®n del Festival Mozart en A Coru?a. La apuesta era de alto riesgo por las dificultades de El viaje a Reims, de Rossini. El acontecimiento convoc¨® a aficionados de todos los rincones del pa¨ªs, procedentes en gran n¨²mero de Barcelona, Bilbao, Madrid, San Sebasti¨¢n, Oviedo y hasta Sevilla. A Coru?a se convierte en un lugar de encuentro oper¨ªstico, lo que supone una inversi¨®n de los comportamientos tradicionales.
La temperatura de la representaci¨®n, esa especial forma de comunicaci¨®n entre artistas y p¨²blico, se empez¨® a calentar casi desde las primeras intervenciones. Mar¨ªa Jos¨¦ Moreno, en una de las mejores actuaciones de su carrera, levant¨® las primeras aclamaciones en su escena de presentaci¨®n como la condesa de Folleville, pero donde la funci¨®n empez¨® a romper en clima de excepcionalidad fue en el sexteto, llevado con un equilibrio entre las voces, un sentido de la transparencia y un estilo rossiniano que rozaban el milagro. Giorgio Surian, el ¨²nico cantante del reparto que hab¨ªa hecho con anterioridad su papel, deleit¨® con una matizada iron¨ªa en su burlona aria de Don Profondo. La temperatura vocal y oper¨ªstica segu¨ªa subiendo, y as¨ª la primera parte termin¨® en punta con la escena a partir del coro a capella de los 14 personajes principales, concertado con gran sabidur¨ªa y exactitud por Alberto Zedda.Alberto Zedda. Tuvo, casi me atrever¨ªa a decir, la noche de su vida, y con toda seguridad, su noche m¨¢s hermosa en Espa?a. Su direcci¨®n musical fue absolutamente magistral. Llena de pasi¨®n, de ternura, de mimo hacia los cantantes, de sonido camer¨ªstico en los momentos sutiles, de contraste y precisi¨®n en los crescendos; en fin, de rossinismo puro. La Sinf¨®nica de Galicia respondi¨® admirablemente una vez m¨¢s, revelando una idoneidad rossiniana a la medida de la "melod¨ªa sencilla, ritmo claro" que reclama el compositor de Pesaro, a lo que habr¨ªa que a?adir una limpieza t¨ªmbrica excepcional. Las exclamaciones y los bravos para Zedda y la orquesta casi eran aullidos cuando el maestro compareci¨® entre la primera y la segunda partes del espect¨¢culo. Pocas veces -y menos en nuestro pa¨ªs- he visto una recepci¨®n semejante al equipo orquestal. A Coru?a brindaba un emocionante homenaje lleno de calor a Alberto Zedda, que pon¨ªa los pelos de punta.
Este clima de excitaci¨®n artistas-p¨²blico favorec¨ªa una realimentaci¨®n permanente, que lleg¨® al ¨¦xtasis en la escena protagonizada por la contralto Ewa Podles y el tenor Rockwell Blake. Cantaron como es rar¨ªsimo escuchar hoy en ning¨²n teatro del mundo. Con intenci¨®n, con teatralidad, con humor, con nervio, con una t¨¦cnica endiablada. Fue la locura, y aquello no hab¨ªa, afortunadamente, manera de pararlo. Quedaban todav¨ªa las escenas c¨®micas nacionales, con Bruno de Simone, un simp¨¢tico Miquel Ram¨®n, un s¨®lido Umberto Chiummo, un estupendo Charles Workman y una atractiva Patricia Schuman. Y a¨²n el aria final de Corinna, encarnada con lirismo por una sorprendente Cinzia Forte. Los cantantes espa?oles restantes estuvieron a tono con las circunstancias de la noche, desde Marina Rodr¨ªguez-Cus¨ª y Stefanno Palatchi hasta Eduardo Santamar¨ªa y Marina Pardo. Estupendo, asimismo, el coro de la Comunidad de Madrid en sus intervenciones.
La direcci¨®n esc¨¦nica de Lorenza Codignola, sobre una escenograf¨ªa de Francesco Calcagnini, parti¨® de la idea de un sanatorio psiqui¨¢trico para mostrar la locura organizada de Rossini. Cada cama ten¨ªa a sus pies objetos ligados a las man¨ªas de los personajes. La frontera entre la locura y la lucidez se traspasaba con facilidad. Tal vez en sucesivas reconstrucciones del montaje se profundice un poco m¨¢s en la dimensi¨®n teatral de los cantantes y hasta se maneje con un poco m¨¢s de amplitud la verticalidad del escenario. De lo que no cabe ninguna duda es de que la idea es excelente, y la realizaci¨®n, m¨¢s que aceptable.
La audaz apuesta del estreno en Espa?a de El viaje a Reims, de Rossini, se ha saldado con la representaci¨®n de ¨®pera m¨¢s redonda de cuantas han tenido lugar en el Festival Mozart hasta la fecha y con uno de los hitos de la ¨®pera en nuestro pa¨ªs en la ¨²ltima d¨¦cada.
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