Un tribunal japon¨¦s obliga a una empresa a pagar por el suicidio de un empleado
Por primera vez, una empresa japonesa ha admitido su culpabilidad por la muerte de un empleado por exceso de trabajo. Dentsu, la primera firma publicitaria del pa¨ªs y una de las m¨¢s fuertes del mundo, ha aceptado pagar una indemnizaci¨®n de 168 millones de yenes (unos 260 millones de pesetas) a la familia de Ichiro Oshima, un joven de 24 a?os que se ahorc¨® en el cuarto de ba?o de su casa, el 27 de agosto de 1991, exhausto tras dedicar a la firma 80 horas semanales.El karoshi, el mal del exceso de trabajo, es un fen¨®meno que alcanz¨® su m¨¢xima virulencia a finales de los ochenta en Jap¨®n, pero que sigue cobr¨¢ndose v¨ªctimas. La ¨²ltima, aunque evidentemente no probada, fue la del primer ministro Keizo Obuchi, que sufri¨® una hemorragia cerebral el pasado 5 de abril y falleci¨® seis semanas despu¨¦s. Obuchi pasaba incontables horas en la oficina y cay¨® fulminado por el estr¨¦s poco despu¨¦s de recibir en su despacho a Ichiro Ozawa, ex dirigente del Partido Liberal Dem¨®crata.
La historia de Oshima puede crear jurisprudencia y animar a los familiares de otras v¨ªctimas a seguir los pasos de los padres del infortunado empleado. Actualmente hay alrededor de una docena de casos de karoshi en los tribunales, si bien son much¨ªsimos m¨¢s los que han sido denunciados, pero no han sido atendidos.
Oshima, que hab¨ªa ingresado en Dentsu en 1990, se dedicaba a planificar anuncios y promociones de radio. Al principio se quedaba en la empresa hasta la madrugada cuatro veces al mes; luego, 10, y al final, dos de cada cinco d¨ªas, hasta las seis de la ma?ana. Cuando regresaba a su casa ten¨ªa apenas tiempo para cambiarse de ropa y volv¨ªa al trabajo. "No s¨¦ si soy ya ¨²til como ser humano", les dijo a sus superiores d¨ªas antes de ahorcarse con la cadena del retrete.
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