El puls¨®metro y los latidos cardiacos
En cualquier deporte de resistencia es muy importante cuantificar la intensidad del esfuerzo realizado para que el deportista y su preparador puedan programar los entrenamientos o conocer el grado de dureza de cada competici¨®n. As¨ª, cada vez son m¨¢s los deportistas que realizan regularmente tests de esfuerzo para que el deportista recorra los diferentes estadios de intensidad que puede experimentar y que se pueden dividir en fase 1, fase 2 y fase 3, o intensidad leve, moderada y alta. Lo que marca la transici¨®n entre las fases 2 y 3 es el llamado umbral anaer¨®bico, situado cerca del 90% de la capacidad m¨¢xima, y por encima del cual empieza a acumularse el lactato en la sangre, y los m¨²sculos tardan menos en fatigarse. Con los datos de la prueba en la mano, podemos ya prescribir los entrenamientos. A una intensidad determinada corresponde una velocidad de desplazamiento. As¨ª de simple. Un maratoniano sabe que si su ritmo de umbral anaer¨®bico es exactamente de 3 minutos por kil¨®metro, no debe ir m¨¢s r¨¢pido que eso en los primeros 30 kil¨®metros de la prueba.El problema del ciclismo es que la intensidad de esfuerzo no se correlaciona exactamente con la velocidad, dadas las numerosas variables que entran en juego. ?Qu¨¦ es m¨¢s duro, subir el Alpe d'Huez a 20 kil¨®metros por hora o llanear al frente del pelot¨®n a 50 por hora? Hay que recurrir a otros par¨¢metros. Una buena soluci¨®n es la frecuencia card¨ªaca, f¨¢cil de medir con el famoso puls¨®metro.
ALEJANDRO LUC?A
Una cinta alrededor del t¨®rax del ciclista emite una se?al (los latidos de su coraz¨®n) v¨ªa telemetr¨ªa al reloj (receptor) que lleva sobre su mu?eca o en el manillar. El reloj tiene memoria suficiente como para almacenar datos durante horas. Datos que se pueden transferir despu¨¦s a un ordenador. As¨ª, con un software, los latidos card¨ªacos almacenados durante toda una etapa se analizan en forma de gr¨¢ficos, diagramas que expresan los porcentajes de tiempo transcurridos en las tres fases de esfuerzo, o hasta ecuaciones. Un verdadero torrente de datos (?el coraz¨®n de un ciclista puede latir m¨¢s de 50.000 veces durante una etapa de alta monta?a!).
Evidentemente, cuanto m¨¢s bajas las pulsaciones, mejor: menos intenso ha sido el esfuerzo. Pero la ecuaci¨®n no es siempre tan sencilla. A veces la frecuencia card¨ªaca es menor de lo esperado a pesar de que la sensaci¨®n de esfuerzo sea pr¨¢cticamente m¨¢xima, sobre todo en el ¨¢mbito muscular. Esto puede ocurrir en etapas de monta?a, cuando la fatiga acumulada a lo largo de los d¨ªas empieza a pesar en los cu¨¢driceps. Entonces, ni el tremendo dolor de piernas que padece ni el ruidoso jadeo de sus respiraciones se corresponde con su baja frecuencia card¨ªaca. El coraz¨®n puede, pero las piernas no. En cambio, lo que espera el ciclista es que, en los momentos decisivos de la competici¨®n (cronos, subidas a puertos), sus m¨²sculos puedan trabajar al m¨¢ximo y exigirle por ello mucho bombeo de sangre al coraz¨®n. As¨ª, por ejemplo, el perfil ideal de la gr¨¢fica de la frecuencia card¨ªaca durante una etapa de monta?a ser¨ªa un perfil en sierra (como el de la propia etapa). Con muchas subidas y bajadas, y muy abruptas. Subidas abruptas porque el ciclista sufre subiendo los puertos en la zona 3, pero sufre a gusto (sus m¨²sculos no est¨¢n bloqueados y necesitan que el coraz¨®n lata muy r¨¢pido) y bajadas abruptas porque en los descensos se recupera r¨¢pido (por ejemplo, pasando de 190 a 120 pulsaciones en uno o dos minutos).
El pulso en reposo es un par¨¢metro muy ¨²til para valorar la capacidad de recuperaci¨®n del ciclista. Cu¨¢nto m¨¢s bajo sea a la hora de despertarse, mejor. En cambio, un pulso en reposo de por ejemplo 10 latidos m¨¢s de lo normal (50 pulsaciones por minuto en vez de 40 menos) es tan mala se?al como subir el Tourmalet sufriendo pero sin poder pasar de 160 pulsaciones por minuto. Como se ve, las posibilidades que ofrece un d¨ªa del Tour (?nada menos que unos 100.000 latidos card¨ªacos en total!) para que los m¨¢s curiosos y anal¨ªticos saquen datos y algoritmos son enormes.
Alejandro Luc¨ªa es fisi¨®logo de la UEM.
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