Pena de muerte
Con gran indignaci¨®n y rabia he le¨ªdo en su ejemplar del d¨ªa 30 de junio de 2000 que en Guatemala han sido ejecutados dos criminales ante las c¨¢maras de la televisi¨®n. El derecho a la vida es el primero y m¨¢s fundamental de todos los derechos, siendo v¨¢lido para todos sin excepci¨®n. Aplicando la pena de muerte, los Estados se convierten en asesinos de asesinos, y a veces tambi¨¦n en asesinos de inocentes.A m¨ª me hubiera gustado que las c¨¢maras de televisi¨®n de Guatemala -o de cualquier otro lugar del mundo-, en vez de transmitir en directo una ejecuci¨®n, hubieran transmitido las medidas que se toman en las c¨¢rceles para la rehabilitaci¨®n de los presos. Creo que hubiera sido m¨¢s edificante. Adem¨¢s, hay que tener en cuenta que la criminalidad es, en buena parte, debida a las injusticias sociales.
Por eso me gustar¨ªa gritar muy alto, para que me oigan en Guatemala y en el resto de los pa¨ªses que todav¨ªa aplican la pena de muerte: ¨¦ste no es camino adecuado para combatir la criminalidad. ?Por favor, busquen otro!- Jes¨²s Puerto Torres. Vitoria, ?lava.
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