El Renco, valiente y lidiador
Una oreja se ha llevado El Renco en la comprometida tarde de confirmaci¨®n de su alternativa, y la ha conquistado despu¨¦s de demostrar, a aficionados y turistas, un valor asombroso y escalofriante y una inesperada capacidad lidiadora, con la que consigui¨® dominar a un toro muy serio, manso y con peligro.Fue ese toro el sexto de la corrida, que sali¨® haciendo cosas muy feas y exhibiendo unas evidentes condiciones de manso, mans¨ªsimo. Cost¨® un mundo colocarle los puyazos reglamentarios, pues el morlaco se repuchaba, y cuando llegaba a tocar el peto y a sentir el contacto de la puya, pegaba un brinco y sal¨ªa coceando. A base de buscarle las vueltas y taparle la salida, se le pudo medio castigar al final, pese a lo cual lleg¨® a la muleta muy entero, avisado, bronco y queriendo coger al torero por ambos pitones.
Valverde / S¨¢nchez, Canales, Renco
Toros de Valverde (uno rechazado en el reconocimiento), aceptables y mansurrones. 2?, anovillado y muy flojo. 5?, inv¨¢lido. 6?, manso. 4?, de Palomo Linares, con presencia, flojo y noble.Manolo S¨¢nchez: pinchazo y estocada corta ca¨ªda (silencio); pinchazo, media tendida y atravesada y cuatro descabellos (silencio). Canales Rivera: dos pinchazos, otro hondo, descabello y rueda de peones que tumba al toro (silencio); media tendida, nueve descabellos y se echa el toro (silencio). El Renco, que confirm¨® la alternativa: media estocada ca¨ªda (algunas palmas); estocada corta ca¨ªda y descabello (oreja). Se guard¨® un minuto de silencio por las v¨ªctimas del accidente de Soria. Plaza de Las Ventas, 9 de julio. M¨¢s de un cuarto de entrada.
El Renco se fue a por ¨¦l, muy decidido. Y ante la sorpresa de todos, se par¨® y se estir¨® en una serie de derechazos que el p¨²blico acogi¨® con angustia y el alma en un hilo. El bicharraco no pasaba y persist¨ªa en buscar al torero a la salida de cada uno de aquellos pases imposibles. Pero El Renco estaba construyendo una faena sobre las piernas, con sabor de lidia antigua, y cuando parec¨ªa que el toro le iba a prender, el torero, semigenuflexo, le hac¨ªa pasar, evitando el derrote.
Cuando el torero de Elda se ech¨® la muleta a la izquierda, todo el mundo le imit¨®, pero ech¨¢ndose ambas manos a la cabeza. Y con un valor incre¨ªble, El Renco tir¨® del manso con esa mano de los privilegiados y le sac¨® naturales con mando. El toro ya se hab¨ªa olvidado del torero y segu¨ªa la muleta m¨¢s sometido. El diestro, muy quieto, sin cambiar en ning¨²n momento de color, se adorn¨® con muletazos por alto. Y todav¨ªa se permiti¨® un descarado desplante, despu¨¦s de unos pases de pit¨®n a pit¨®n que quitaron al burel las ganas de seguir intentando atrapar al torero.
Fue una faena de dominio, conseguida por los senderos de una lidia acertada y un valor espartano. En la pasada Feria de San Isidro se han concedido algunas orejas con menos m¨¦rito que el que El Renco ha demostrado en la tarde de ayer.
En el primer toro de la corrida, con el que confirm¨® la alternativa, El Renco estuvo menos acertado. Fue su enemigo una res andarina, que escarb¨® y mansurrone¨® durante toda la lidia. Equivoc¨® el torero el planteamiento de la faena. En lugar de darle distancia, se puso encima y le ahog¨® la embestida. Nada consigui¨®, naturalmente.
Canales Rivera tuvo una tarde muy poco animosa. Tampoco le dio la debida distancia a un tercer toro que iba de largo. Cuando se coloc¨® encima de ¨¦l, se encontr¨® con que derrotaba mucho, y el de Barbate se fue enseguida a por la espada. Se empe?¨® en darle pases al quinto, un inv¨¢lido que se ca¨ªa a chorros. All¨ª no hab¨ªa nada que hacer y no se entiende la intenci¨®n del torero en hacer una faena que era imposible.
Manolo S¨¢nchez aprovech¨® la nobleza y debilidad del cuarto para sacarle un par de naturales con temple y lentitud. Si hubiera continuado bien colocado en el sitio donde se consigue el toreo, es posible que la faena le hubiera resultado m¨¢s completa. Pero, por torear despegado en la mayor¨ªa de los momentos del trasteo, aquello le sali¨® falso y sin emoci¨®n. El toreo lejano y a media altura no le gusta a casi nadie.
Al segundo le dio nada m¨¢s que medios pases, la mayor¨ªa con el pico del enga?o. Ese rollo lo alarg¨® por ambos pitones, y como el toro iba andando y ten¨ªa una aborregada embestida, esa sesi¨®n de mal toreo pas¨® sin pena ni gloria.
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