El personaje de una prostituta de clase media en una telenovela provoca una gran pol¨¦mica en Brasil

Las telenovelas brasile?as no suelen ser inocentes. Tienen siempre su dosis de ingredientes picantes para cautivar al p¨²blico. La producci¨®n Lazos de familia, que emite la cadena Globo a las 20.00, la hora de mayor audiencia, ha creado una gran pol¨¦mica a causa de Capitu, personaje interpretado por la actriz Giovanna Antonelli, que representa a una prostituta de clase media, atractiva, sensible, que al estar sin trabajo se vende para dar de comer a su hijo.Curiosamente, en la telenovela no escandalizan ni los besos lascivos del personaje que realiza Vera Fischer ni las bragas blancas exhibidas por Deborah, sino la figura de esta at¨ªpica profesional del sexo, que no es pobre, y tiene cultura y conciencia de su "trabajo".

?Por qu¨¦ entonces tanta pol¨¦mica? Porque se piensa que la televisi¨®n no debe presentar un modelo de prostituta que pueda estimular a muchas otras mujeres de clase media a vender su cuerpo como simple sustitutivo de un trabajo cualquiera y sin avergonzarse. M¨¢s a¨²n, lo justifica.

En el debate hay opiniones para todos los gustos. Las asociaciones de prostitutas est¨¢n encantadas con esta compa?era sin estereotipos que les ha salido y que de alguna forma da lustre a la profesi¨®n.

El autor de teatro Augusto Boal dice sarc¨¢stico que para qu¨¦ se arma tanto esc¨¢ndalo si hoy "el 80% de los programas de televisi¨®n prostituye intelectualmente al p¨²blico". Y recuerda que los personajes del teatro cl¨¢sico como Edipo y Medea nunca han inducido a la gente a casarse con la madre y a matar a los hijos. Y a?ade: "Es una hipocres¨ªa pensar que no existe prostituci¨®n entre universitarias y mujeres de clase bien". Por su parte, la escritora y feminista Rose Marie Muraro ha llegado a desempolvar hasta el Evangelio. "Jes¨²s trat¨® con m¨¢s cari?o a las prostitutas que a los sacerdotes, mujeres que no eran pobres, pues derramaban sobre sus pies frascos de esencias caras", puntualiza Muraro.

Los cr¨ªticos m¨¢s severos han sido los psiquiatras. Uno de estos profesionales, Alfredo Castro Neto, opina que los adolescentes tienden a imitar los modelos de la televisi¨®n, "circunstancia que sus m¨¢ximos responsables no deben olvidar", a?ade.