Finkelstein denuncia en un pol¨¦mico libro la 'industria del holocausto'
Tesis ¨¢cida
Recientemente, el peri¨®dico brit¨¢nico The Guardian dedic¨® ampliamente la primera p¨¢gina de su suplemento cultural al nuevo libro de Norman Finkelstein (Nueva York, 1953), precoz historiador y profesor de teor¨ªa pol¨ªtica y relaciones internacionales del prestigioso Hunter College, adjunto a la Universidad de Nueva York. El libro en cuesti¨®n, The holoscaust industry (La industria del holocausto), ha salido en Londres editado por Verso, despu¨¦s de que otras editoriales dudaran de aceptar el manuscrito, pol¨¦mico desde su primera frase. Las reacciones no se han hecho esperar en Francia y en Italia, donde la comunidad jud¨ªa es muy sensible a cualquier interpretaci¨®n, sesgada o no, del holocausto.Ayer el peri¨®dico italiano Corrierre della Sera apuntaba en su primera p¨¢gina: "Historiador jud¨ªo: el holocausto se ha convertido en una industria". La denuncia de Finkelstein va m¨¢s lejos al asegurar que "muchos fingen ser sobrevivientes de los campos de exterminio s¨®lo para extorsionar dinero". Y la frase m¨¢s dura: "Un verdadero martirio reducido al rango de casino de Montecarlo". El historiador de Broo-klin asegura que las cifras de sobrevivientes del holocausto est¨¢n infladas generosamente. ?l mismo puede ser considerado un hijo del shoah (su padre, Zacar¨ªas, es un sobreviviente del gueto de Varsovia y del campo de Auschwitz y su madre, Maryla, era una de las que sali¨® con vida del campo de Maidanek) y sabe todo de primera mano, m¨¢s en los genes que en carne propia.
La tesis se vuelve doblemente ¨¢cida y pol¨¦mica al estar escrita por un jud¨ªo. Finkelstein ha declarado que su madre sol¨ªa decirle: "?Si todos ¨¦stos han sobrevivido y son verdaderos, entonces, a qui¨¦n mat¨® Hitler?". El ataque del estudioso se ampl¨ªa al Centro Simon Wisenthal, al que califica como "una especie de Dachau convertido en Disneylandia", y que sirve s¨®lo como "t¨¢ctica sensacionalista para la recogida de fondos". De ah¨ª se adentra el estudioso en c¨®mo el Estado de Israel ha usufructado este fen¨®meno desde la Guerra de los Seis D¨ªas hasta hoy. Las reacciones han sido fuertes e inmediatas. Amos Luzzatto, presidente de la Uni¨®n de Comunistas Israelitas Italianos, ha dicho: "Creo que Finkelstein confunde las organizaciones jud¨ªas americanas con los grupos de aprovechados que indudablemente existen". Y Michele Safatti, coordinador del Centro de Documentaci¨®n Hebrea Contempor¨¢nea, afirm¨®: "En la pol¨¦mica de Finkelstein ve un extremismo paralelo, pues en EE UU la memoria y la investigaci¨®n hist¨®rica del holocausto tiene un car¨¢cter m¨¢s espectacular y, precisamente, extremista".
Un librero de la City londinense coment¨® que "el libro se vende, como todos los de este g¨¦nero, pero los jud¨ªos que conozco est¨¢n m¨¢s preocupados hoy por Camp David y por la estabilizaci¨®n de las acciones de I+D en la bolsa".
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