Portugal reclama a sus ex colonias que desarrollen democracias plenas
Las autoridades portuguesas, aut¨¦nticas impulsoras y exclusivo soporte de la comunidad de pa¨ªses lus¨®fonos (CPLP) a lo largo de sus cuatros a?os de existencia, reclamaron ayer en Maputo, la capital de Mozambique, la consolidaci¨®n de los fr¨¢giles sistemas democr¨¢ticos de estos pa¨ªses, la protecci¨®n de los derechos humanos y la lucha contra la corrupci¨®n en sus antiguas colonias.
Regular la globalizaci¨®n
Una vez superado el escepticismo brasile?o sobre la eficacia de esta comunidad lus¨®fona, el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, anunci¨® la firme contribuci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de su pa¨ªs en las actividades del citado grupo. Durante la sesi¨®n inaugural de la tercera cumbre de pa¨ªses de lengua portuguesa (CPLP), celebrada ayer en Maputo, el presidente portugu¨¦s, Jorge Sampaio, advirti¨® de la necesidad de afianzar los sistemas democr¨¢ticos en ?frica con unas palabras que, a juicio de algunos observadores, constitu¨ªan una clara referencia al r¨¦gimen de Angola, involucrado en graves acusaciones de corrupci¨®n y persecuci¨®n a periodistas.Sampaio explic¨® que la democracia no acaba en actos electorales y reclam¨® para las antiguas colonias la "consolidaci¨®n del Estado de derecho, la protecci¨®n de los derechos fundamentales, el combate a la corrupci¨®n, garantizar la libertad de prensa o promover la justicia y el bien com¨²n". A continuaci¨®n, el presidente portugu¨¦s expres¨® su solidaridad "con el pueblo angole?o, tan largamente martirizado por la guerra", y reclam¨® la urgente b¨²squeda de f¨®rmulas para que Angola pueda alcanzar la paz y la reconciliaci¨®n de que tanto carece.
Por su parte el primer ministro portugu¨¦s, Antonio Guterres, reivindic¨® "el inconformismo" de la comunidad lus¨®fona para defender "la paz, la democracia y los derechos humanos". A su juicio la globalizaci¨®n de la econom¨ªa "sin ning¨²n tipo de regulaci¨®n est¨¢ provocando situaciones intolerables desde el punto de vista pol¨ªtico y ¨¦tico, entre ellas, la absoluta marginaci¨®n del continente africano". Guterres explic¨® que las resistencias de la comunidad internacional a condonar la deuda externa de los pa¨ªses m¨¢s pobres "constituye una de las inmoralidades m¨¢s graves de nuestro tiempo" y abog¨® por una "reforma de la arquitectura pol¨ªtica internacional" para hacer frente a las injusticias y desigualdades del mundo actual. El primer ministro portugu¨¦s reconoci¨® que "los valores a¨²n est¨¢n subordinados a los intereses" y expres¨® su confianza en que la revoluci¨®n tecnol¨®gica "no constituya un nuevo foso que aleje a¨²n m¨¢s a los pa¨ªses ricos de los m¨¢s pobres". Frente a las cr¨ªticas de la prensa portuguesa sobre las complacencias de Lisboa con el r¨¦gimen angole?o, Guterres exigi¨® "el fin de las tiran¨ªas y los despotismos ilustrados, as¨ª como la moralizaci¨®n de la vida p¨²blica".
Tras asegurar el compromiso de Brasil en el progreso de la comunidad lus¨®fona (inyectar¨¢ 300.000 d¨®lares, m¨¢s de 52 millones de pesetas, a la CPLP), el presidente Cardoso reconoci¨® que los avances obtenidos por el grupo liderado por Lisboa en las crisis de Timor Oriental, Guinea-Bissau o Angola y precis¨® que la prioridad de esta cooperaci¨®n deber¨¢ centrarse ahora en la lucha contra el sida, "una plaga que ha segado la vida de millones de personas en todo el mundo y que afecta gravemente a Brasil y ?frica, aunque en proporciones diferentes".
Cardoso propuso a la CPLP utilizar su experiencia en la lucha contra esta enfermedad que, gracias a la pol¨ªtica de reducci¨®n de precios y distribuci¨®n gratuita de medicamentos, ha conseguido en su pa¨ªs "bajar al 50% el n¨²mero de muertos y en cerca del 80% los ingresos en hospitales" de los afectados por el virus.
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