Cuatro cartas
Bueno es que los candidatos escriban una carta a los delegados del 35 congreso. Nada m¨¢s normal, ingenuo y educado, puesto que les piden el voto para su proyecto. Casi nadie se fija en ellas porque las consideran rutinarias, t¨®picas, poco representativas. En esta ocasi¨®n, sin embargo, las cuatro cartas de los cuatro candidatos casi parecen naipes para adivinar el futuro. Veamos lo que nos dicen.Es l¨®gico que sean cortas, para no cansar, alrededor de las quinientas palabras. Menos Bono, que escribe ciento cincuenta de carta, para despistar, y a?ade una explicaci¨®n de casi tres mil. Algo as¨ª como saludar en la escalera al vecino con un escueto ?qu¨¦ tal?, y soportar como castigo la explicaci¨®n completa de su triste vida. Representa el mago, al menos en la fluidez verbal.
Son respetuosas con el concepto de Espa?a, puesto que todas las cartas mencionan el t¨¦rmino o alg¨²n derivado, pero lo hacen en distinta proporci¨®n. Bono, como es m¨¢s abundante, lo menciona siete veces. Matilde se queda en cuatro. Rosa y Zapatero empatan con s¨®lo dos ocurrencias. Es la gradaci¨®n de un t¨¦rmino que tiene repercusiones pol¨ªticas.
O tambi¨¦n podemos compararlos por el equilibrio entre los t¨¦rminos de igualdad y libertad, dos valores importantes para el mundo social. Bono obtiene un tres a tres, puro equilibrio ideol¨®gico. Matilde y Rosa se quedan en uno a cero, por tanto, sesgadas ambas hacia la igualdad. Zapatero no se apunta al carro y, simplemente, no menciona ninguno de los dos valores.
Seamos justos en la comparaci¨®n, porque tambi¨¦n tienen aspectos comunes. Por ejemplo, la palabra estrella en las cuatro cartas es el partido, como si fuera un sello de la misma f¨¢brica. Sin embargo, la segunda invocaci¨®n ya no coincide. Para Bono es la sociedad, la fuerza de Matilde est¨¢ en la organizaci¨®n, Rosa utiliza la confianza y Zapatero recurre a los ciudadanos. Todo un recorrido por los arcanos de la pol¨ªtica. El resto es m¨¢s personal, como un candidato que menciona dos veces catecismo, una ateo y una religioso.
Sin embargo, el saludo final es quiz¨¢ lo m¨¢s caracter¨ªstico de estos candidatos. Se dividen en fraternos frente a cordiales. Bono y Matilde se despiden fraternalmente, con los que ambos cierran el c¨ªrculo de los tres ideales de la Revoluci¨®n. Rosa y Zapatero terminan con un abrazo muy cordial, t¨¦rmino que se relaciona con una v¨ªscera asociada a la emoci¨®n y el sentimiento. Bien parece que son dos a dos, como los enamorados. Dos a favor de la racionalidad horizontal y otros dos en defensa del sentimiento en las relaciones. Lo dicho, hay cartas que parecen naipes.
Pero el gran misterio de las cartas, el m¨¢s dif¨ªcil de interpretar, es el primer p¨¢rrafo de Rosa y de Zapatero, setenta y seis palabras iguales, una detr¨¢s de otra, en una coincidencia m¨¢s all¨¢ de cualquier rueda de la fortuna. Puede ser telepat¨ªa sentimental, quiz¨¢ que comparten el mismo escribiente o, simplemente, una clonaci¨®n de ideas. Aunque Rosa ya rectific¨® en su web personal, en la p¨¢gina del partido contin¨²a colgado el p¨¢rrafo com¨²n.
No son cuatro cartas, son algo m¨¢s. Son el tarot completo del 35 congreso del partido socialista.
jseoane@attica.es
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