Londres acept¨® un 'soborno' de EE UU por la base de Diego Garc¨ªa
El Reino Unido recibi¨® dinero por expulsar de la isla a 1.500 nativos
El Reino Unido acept¨® a fines de los a?os sesenta un soborno de 5 millones de libras por expulsar a la poblaci¨®n del archipi¨¦lago de Chagos, colonia brit¨¢nica en el oc¨¦ano ?ndico, con el fin de que EE UU pudiese construir en la mayor de las islas, Diego Garc¨ªa, una base militar. El acuerdo entre el Gobierno laborista de Harold Wilson y EE UU fue ocultado al Parlamento brit¨¢nico y al Congreso norteamericano.
El trato, que ha sido descrito como "uno de los episodios m¨¢s vergonzosos de la historia colonial brit¨¢nica", ha salido a la luz tras la reciente publicaci¨®n de documentos depositados en el Public Record Office (archivos nacionales brit¨¢nicos). Dichos documentos muestran que los norteamericanos dieron tambi¨¦n a cambio a Londres una subvenci¨®n secreta de 11 millones de d¨®lares para el desarrollo del programa de misiles nucleares Polaris de los submarinos brit¨¢nicos.A cambio, el Reino Unido cedi¨® la isla, que se convirti¨® en una de las principales bases de Estados Unidos durante la guerra fr¨ªa. Un memor¨¢ndum de abril de 1969 enviado por Michael Stewart, que era ministro brit¨¢nico de Asuntos Exteriores, a Harold Wilson, entonces primer ministro, reconoce que tanto el acuerdo como el pago de cinco millones de libras por parte de EE UU se ocultaron al Parlamento brit¨¢nico y al Congreso estadounidense.
Los norteamericanos escogieron el archipi¨¦lago de Chagos para instalar una base en 1964, poco despu¨¦s de la crisis de los misiles cubanos. Fue una decisi¨®n bien recibida por los jefes del Estado Mayor brit¨¢nicos, que la consideraron "un poderoso elemento de disuasi¨®n frente a una invasi¨®n comunista". Los documentos obtenidos por The Independent revelan las dimensiones del enga?o perpetrado para limpiar la isla. Con el fin de preparar el camino, las islas fueron desgajadas de la colonia brit¨¢nica de isla Mauricio en 1965 y se form¨® con ellas una nueva entidad colonial, el Territorio Brit¨¢nico del Oc¨¦ano ?ndico. Para ello, el Reino Unido tuvo que convencer a Naciones Unidas de que no hab¨ªa habitantes ind¨ªgenas con derecho a la autodeterminaci¨®n, a pesar de que exist¨ªan hasta 1.500 isle?os, cuyos or¨ªgenes se remontaban al siglo XVIII.
El Pent¨¢gono dej¨® claro que no deseaba un "problema de poblaci¨®n", por lo que, entre 1966 y 1969, los funcionarios brit¨¢nicos planearon lo que denominaron "la total esterilizaci¨®n del archipi¨¦lago". Se llevaron de la isla a m¨¦dicos y enfermeras y redujeron paulatinamente las visitas de los buques de suministros. A los habitantes que se iban a las islas cercanas bien para recibir tratamiento m¨¦dico o de visita no se les permit¨ª¨® volver nunca.
La base militar de Diego Garc¨ªa sirvi¨® de portaviones natural a los bombarderos B-52 que participaron en la guerra del Golfo en 1991.
? The Independent
La lucha de los ilois
La isla de Diego Garc¨ªa, en forma de V, con una longitud de 24 kil¨®metros y una anchura m¨¢xima de 11, es la m¨¢s grande del archipi¨¦lago de Chagos, corrupci¨®n del nombre que le dieron sus descubridores portugueses a principios del siglo XVI, Cinco Chagas, por las cinco llagas de Cristo. La isla cay¨® en manos de los brit¨¢nicos tras las guerras napole¨®nicas en 1814, que enseguida comprendieron su importancia estrat¨¦gica al estar situadas entre la costa oriental de ?frica, Oriente Pr¨®ximo y el suroeste de Asia. Este inter¨¦s creci¨® con la guerra fr¨ªa y por el control de las rutas del petr¨®leo del golfo P¨¦rsico. Sus habitantes, llamados ilois, fueron deportados a partir de 1965 a la isla Mauricio y las Seichelles cuando Londres alquil¨® por 50 a?os el territorio a EE UU para construir la actual base. Son descendientes de los esclavos tra¨ªdos de Madagascar a comienzos del siglo XIX para trabajar en las plantaciones de copra.Los ilois llevan m¨¢s de 30 a?os reclamando una compensaci¨®n por su expulsi¨®n ilegal y exigiendo el derecho a poder volver a su tierra. Su caso, por fin, ha llegado esta semana a los tribunales de Londres.
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