Cambio
La precipitaci¨®n con que el periodismo se lanza a desmenuzar las conclusiones num¨¦ricas, territoriales, biogr¨¢ficas, incluso la pir¨¢mide de edad resultante, los esl¨®ganes, los gestos, los abrazos y los correlativos mutis por el foro a pocas horas de celebrarse un congreso partidario para tiempos de tribulaci¨®n es diezmo obligado para la profesi¨®n, que no puede reivindicar plazos dilatorios para tomar perspectivas, ni, por otra parte, excusarse alegremente cuando al cabo de semanas o meses los veredictos contundentes se tornan humo de pajas. Por ello lo primero que debo reflejar es mi perplejidad ante el resultado del reciente Congreso del PSOE, pues si en los ¨²ltimos d¨ªas intu¨ª que Bono no conseguir¨ªa su prop¨®sito, y ante mis razones, un buen n¨²mero de amigos y colegas me recitaban esa vieja cantinela-comod¨ªn que exonera de mayores responsabilidades, seg¨²n la cual, al parecer, uno s¨®lo acierta cuando se equivoca, la victoria de ese antiguo profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Le¨®n no s¨®lo se produjo por unos pocos votos, sino que sorprendi¨® al propio Congreso, al decir de unos y de otros.En la sorpresa, pues, est¨¢ la primera clave de lo que, quiz¨¢s, no parece tan evidente: que a pesar de haber configurado una Ejecutiva con un respaldo de m¨¢s del doble de delegados que su propia candidatura personal, su liderazgo nace d¨¦bil, est¨¢ por hacer y ha de desarrollarse en un doble frente: el de representar una verdadera alternativa a la mayor¨ªa gobernante, y el de consolidar su posici¨®n en el seno del partido, habida cuenta que sus apoyos son minoritarios en buena parte de las agrupaciones territoriales importantes del PSOE.
Del futuro de la primera ser¨¢ indicio el recibimiento que le d¨¦ el PP. Si hablan bien de ¨¦l, es decir, no le conceden beligerancia, se ver¨¢ obligado a subir el tono de su discurso (hasta ahora optimista y sembrado de lugares comunes), y habr¨¢ de desvelar sus secretos, si los tiene, arriesg¨¢ndose a su amortizaci¨®n. Si el PP abre la caja de los truenos mostrando con ello que se siente amenazado, el nuevo secretario general ganar¨¢ sin invertir nada un plus de credibilidad entre los numerosos abstencionistas que castigaron al PSOE desde el 93 en muchos lugares, y desde el 96 en casi todas partes.
De su futuro ante el segundo frente, es el formidable despliegue de opini¨®n que se est¨¢ dando en la prensa escrita y hablada a prop¨®sito de quien dijo s¨ª y quien dijo, donde se est¨¢ dise?ando si va a consolidar o no su posici¨®n en los tiempos que han de venir. Sin embargo, hay algo que deja entrever un dato importante para el futuro pol¨ªtico de la izquierda, de las fuerzas progresistas en conjunto y del nacionalismo democr¨¢tico: en el discurso del nuevo secretario general se apuesta por la ampliaci¨®n del modelo de colaboraci¨®n vigente en Arag¨®n y Baleares, y que comienza a tomar fuerza en Galicia, adem¨¢s de potenciar un nuevo marco de relaciones con los nacionalismos moderados y democr¨¢ticos de Euskadi y Catalu?a.
Un panorama, pues, que abre nuevas perspectivas tambi¨¦n en el contexto valenciano, a pesar de que el congreso que el PSOE valenciano va a celebrar a la vuelta de las vacaciones de agosto podr¨ªa no corroborar la euforia de los representantes renovadores, y limitar su triunfo a lo relativo. Si esa doble estrategia de ampliaci¨®n del modelo de colaboraci¨®n con otras izquierdas y acercamiento a CiU y PNV fragua, las pr¨®ximas auton¨®micas y generales no las tendr¨ªa ganadas el PP.
Vicent.Franch@uv.es
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