Menos peligro que en el f¨²tbol

Un libro recoge ocho a?os de estudios sobre la condici¨®n cient¨ªfica y la seguridad de los 'castells'

"Yo no dejar¨ªa subir all¨¢ arriba a mi hijo ni loca". "Los que est¨¢n abajo son payeses y hombres del campo que est¨¢n acostumbrados a trabajar duro". "En una actuaci¨®n, siempre hay quien acaba en el hospital". Estas expresiones abundan entre los espectadores ne¨®fitos u ocasionales que contemplan una actuaci¨®n castellera. Los castells son una actividad a la que acompa?an los t¨®picos que, a menudo, distan un abismo de la realidad. El m¨¦dico y casteller Jaume Roset ha recogido en un libro ocho a?os de estudios sobre la condici¨®n cient¨ªfica de estas construcciones humanas y se?ala que esta actividad es menos peligrosa que, por ejemplo, el f¨²tbol.Manual de superviv¨¨ncia del casteller, con el ep¨ªgrafe de La ci¨¨ncia al servei de les torres humanes (ediciones Cosset¨¤nia) es el t¨ªtulo, un tanto provocativo, seg¨²n reconoce el autor de la obra. "La pr¨¢ctica de castells tiene cierto riesgo", subraya Roset, "y este peque?o riesgo es lo que, posiblemente, constituya uno de sus grandes atractivos, pero tenemos que hacer entender que el riesgo en el mundo casteller no es sin¨®nimo de improvisaci¨®n, temeridad o lesi¨®n, sino de todo lo contrario.

Seg¨²n datos de la Colla Jove dels Xiquets de Tarragona, que dispone de una completa base en Internet (www.fut.es/~cjxt), tan s¨®lo el 6% de las construcciones de las 6.764 que las casi 60 colles intentaron levantar durante 1999 se cargaron o quedaron en intento; es decir, cayeron. La t¨¦cnica de los castells se perfecciona en los ensayos (generalmente, dos por semana, durante ocho meses al a?o) y cada agrupaci¨®n programa sus exhibiciones en funci¨®n de sus posibilidades.

El progreso y la expansi¨®n registrados por los castells ha supuesto un avance t¨¦cnico que, a base de ensayos cada vez m¨¢s precisos, ha perfeccionado una ciencia absolutamente inexacta. Ello aporta mayor seguridad a las colles al afrontar un castell, precisamente, mientras el nivel general y, por tanto, su dificultad, crec¨ªa espectacularmente.

Roset aporta datos que relativizan la condici¨®n de peligro que acompa?a a los castells. Seg¨²n su estudio, la canalla que sube a los castells (los ni?os de la parte superior de la construcci¨®n) se lesiona menos que en otras actividades y deportes. Por cada 100.000 horas de actividad y por cada casteller, se producen 44 lesiones entre la canalla. En cambio, en f¨²tbol estos par¨¢metros superan las 500; en baloncesto son de 300; en balonmano, de 410; y en la actividad escolar, de 650. El porcentaje de lesiones graves es de s¨®lo el 8,5%, mientras que en f¨²tbol es del 11%; en ciclismo, del 14%; en balonmano, del 32%; y en la escuela, del 35%.

Entre los adultos, los estudios de Roset revelan que, mientras el riesgo de lesiones f¨ªsicas en los castellers es notablemente reducido, la tensi¨®n ps¨ªquica ante la realizaci¨®n de una construcci¨®n alcanza niveles similares o superiores a la actuaci¨®n de un paracaidista, un piloto de coches o un cirujano. El 30,9% de los componentes de los pisos inferiores supera la frecuencia cardiaca m¨¢xima en aquellos castells que est¨¢n al l¨ªmite de sus posibilidades o en los d¨ªas de m¨¢xima importancia. Esta cifra asciende hasta el 43,8% en los miembros de las partes superiores y el 22% en la canalla, si bien, en ambos casos, al tratarse de ni?os o j¨®venes, remarca Roset, su sistema cardiovascular tiene mayor resistencia.