Mosquito
Los egipcios cre¨ªan que los escarabajos carec¨ªan de hembras. Por eso los guerreros llevaban grabados de escarabajos en sus anillos, indicando con ello que los que luchan por el pa¨ªs deben ser siempre hombres, ya que aquellos insectos sagrados no participaban de la naturaleza femenina. Naturaleza femenina que, innecesario es decirlo, no era bien vista en la antig¨¹edad. "Afortunada la cigarra que tiene la hembra muda" afirmaba con entusiasmo un sabio griego. Y, en efecto, el canto de la cigarra es tan s¨®lo protagonizado por machos delirantes de amor y territorio; las hembras aguardan, en silencio, la llegada de aquellos g¨¢rrulos, y los escuchan con atenci¨®n y, finalmente -como tambi¨¦n es propio de nuestra especie-, satisfacen al m¨¢s pesado. En cambio, los griegos y los egipcios desaprovecharon inexplicablemente la excelente met¨¢fora del mosquito, de cuyo sexo s¨®lo pica la hembra. En realidad, el mosquito macho es un infeliz, un simple, un desgraciado que a menudo paga las glotoner¨ªas de la hembra. Presenta unas estructuras bucales casi totalmente atrofiadas, por lo que no puede llevar a cabo una dieta hemat¨®faga, y se ha de conformar con el alimento azucarado y algo enfermizo de las flores y de las frutas. No obstante, posee unas potent¨ªsimas antenas ramificadas, que resuenan con la frecuencia del batido de las alas de las hembras, de tal manera que le permite detectarlas a mucha distancia. Por tanto, los machos de cada especie de mosquito diferencian su sexo coespec¨ªfico por el batir del vuelo, de tal modo que, como acaece con la cigarra hembra, tambi¨¦n por las voluptuosidades del "canto" se aparean.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.