Cajastur, un caso de ajuste de cuentas
El conflicto de la Caja de Ahorros se salda con un triunfo de los 'guerristas' frente al Ejecutivo que preside Vicente ?lvarez Areces
Buena parte de la clase pol¨ªtica asturiana coincide en que la crisis institucional abierta por el control de Cajastur se ha cerrado en falso. La batalla por la Caja se da por concluida, no as¨ª la disputa interna entre los socialistas, pues a pesar de la declaraci¨®n de paz rubricada el mi¨¦rcoles por el secretario de organizaci¨®n del PSOE, Jos¨¦ Blanco, muy pocos en Asturias apuestan por un entendimiento sincero. Las miras est¨¢n puestas en el congreso que la Federaci¨®n Socialista Asturiana (FSA) celebrar¨¢ en noviembre, que dirimir¨¢ el control del partido. No ha pasado inadvertida la ausencia del secretario de la FSA, Luis Mart¨ªnez Noval, en el armisticio escenificado por Blanco en Oviedo.El conflicto de Cajastur, protagonista de cuatro meses y medio de inestabilidad pol¨ªtica en Asturias, se salda con un triunfo del sector mayoritario de la FSA frente al Ejecutivo que preside Vicente ?lvarez Areces. La victoria de Rodr¨ªguez Zapatero -partidario de un apaciguamiento negociado- ha permitido a los guerristas de Jos¨¦ ?ngel Fern¨¢ndez Villa salir airosos del pulso sostenido con un gobierno de su propio partido, respaldado en las urnas por una mayor¨ªa absoluta.
Medios pol¨ªticos y empresariales asturianos tratan a¨²n de encontrar las razones de fondo de la crisis. Aunque para muchos resultara determinante la importancia que la Caja de Ahorros tiene como entidad financiera en la regi¨®n, no pocas opiniones coinciden en que Cajastur s¨®lo ha sido el primer escenario que el aparato socialista ha visto a su alcance para pasarle factura a Areces. Con casi un bill¨®n de pesetas de dep¨®sito en ahorros, la Caja es la primera entidad bancaria de la regi¨®n y, hasta ahora, el principal aparato de poder econ¨®mico para el Gobierno auton¨®mico, por su influencia en el reparto de cr¨¦ditos y en el dise?o de operaciones de tipo industrial.
La deuda supuestamente contra¨ªda era relativamente reciente: la formaci¨®n del Gobierno del Principado por parte de Areces, sin consultar con la c¨²pula regional socialista. El entendimiento entre el sector mayoritario af¨ªn a Fern¨¢ndez Villa y los renovadores de Areces hab¨ªa sido una apuesta de ambos para recuperar el poder pol¨ªtico en Asturias.
El matrimonio pareci¨® ser sincero durante la campa?a electoral previa a las auton¨®micas del pasado a?o, hasta que el idilio se rompi¨® cuando, todav¨ªa festejando la mayor¨ªa absoluta, la direcci¨®n de la FSA se sinti¨® ignorada a la hora de distribuir los cargos de consejeros. El presidente form¨® un gabinete de t¨¦cnicos afines y antiguos colaboradores.
Al propio Areces se le considera ajeno a la estructura del partido. No en vano fue significado militante del Partido Comunista hasta que, en plena transici¨®n, abjur¨® de las ideas prosovi¨¦ticas y forz¨® una ruptura interna en el PCA. En 1987 protagoniz¨® otro cisma, esta vez en el PSOE gijon¨¦s, cuya asamblea le llev¨® en volandas como candidato independiente a la alcald¨ªa de Gij¨®n.
La espoleta del conflicto se localiza tres d¨ªas despu¨¦s de la derrota socialista en las ¨²ltimas elecciones generales. Areces vio tambalearse entonces al grupo dominante en la FSA y crey¨® llegado el momento de tomar el control de Cajastur, forzando la salida del presidente de la entidad, Manuel Men¨¦ndez, mediante un decreto regulador de mandatos.
El origen del mal entendimiento entre Men¨¦ndez, el catedr¨¢tico de Contabilidad que acaba de volver a la presidencia de la Caja, y ?lvarez Areces es un enigma que da p¨¢bulo a las m¨¢s variadas interpretaciones. Durante el reciente conflicto, el Partido Popular propag¨® la teor¨ªa de que Men¨¦ndez ven¨ªa siendo desde 1995 un obst¨¢culo para los intentos de ?lvarez Areces de instrumentalizar la Caja, de la que fuera vicepresidente en su condici¨®n de alcalde de Gij¨®n. No s¨®lo el PP adjudica a Men¨¦ndez una f¨¦rrea oposici¨®n a Areces en el llamado caso Mall, cuando la Caja concedi¨® un cr¨¦dito de alto riesgo a una inmobiliaria para un plan urban¨ªstico en Gij¨®n.
Al decreto del gobierno de Areces sobre la Caja se le llam¨® decreto anti Men¨¦ndez, aunque la FSA lo recibi¨® como un desaf¨ªo. Se trataba de un golpe de mano para controlar Cajastur, cuya nueva regulaci¨®n por ley se negociaba desde enero entre el Ejecutivo, el Ayuntamiento de Gij¨®n y los grupos pol¨ªticos parlamentarios. No pasaron ni tres d¨ªas hasta que el grupo socialista decidi¨® presentar su propio anteproyecto de Ley de Cajas, que con el apoyo del PP aprob¨® el pasado junio.
La nueva ley evita el control del Gobierno sobre Cajastur, suprimiendo su capacidad para nombrar al presidente del consejo de administraci¨®n. Los c¨ªrculos pol¨ªticos asturianos coinciden en que la mayor¨ªa guerrista acaba de ajustar cuentas con Areces.
Si antes del decreto de marzo a Men¨¦ndez le quedaban apenas unos meses para acabar su mandato en Cajastur, ahora tiene la presidencia de la Caja asegurada para ocho a?os. De c¨®mo reaccione ?lvarez Areces tras el revolc¨®n pol¨ªtico depender¨¢ la vida pol¨ªtica asturiana en los pr¨®ximos meses. Anteayer, la crisis que Jos¨¦ Blanco declaraba superada evidenci¨® seguir abierta con la dimisi¨®n de la consejera de Hacienda, Elena Caranto?a, en desacuerdo con la supuesta resoluci¨®n del conflicto.
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