La cumbre de hormig¨®n
Hasta principios de los a?os cincuenta, Benidorm se reduc¨ªa a una costra dulce sobre el promontorio Canfali. ?ste era su n¨²cleo y ¨¦sta era tambi¨¦n su altura m¨¢xima. Luego fue propag¨¢ndose como una plaga de s¨ª mismo y ocup¨® toda la ensenada, hasta adquirir la ferocidad de la mand¨ªbula de Hong Kong. Para ver qu¨¦ hizo la onda expansiva del turismo con Benidorm hay que trepar hasta la cumbre del hotel Bali III, el edificio m¨¢s alto de Europa de estructura de hormig¨®n, que a su vez supone la m¨¢xima expresi¨®n de esta aventura que empez¨® hace casi 50 a?os.El arquitecto Joaqu¨ªn Crespo busc¨® la singularidad a la hora de proyectarlo, y para levantar este g¨¦iser de hormig¨®n de 185 metros de altura recurri¨® a m¨¦todos que hasta el momento s¨®lo han sido utilizados en las obras p¨²blicas, como los encofrados horizontales. Hace m¨¢s de diez a?os que empezaron las obras y ahora est¨¢n entrando en la fase final para que el hotel sea inaugurado en la pr¨®xima primavera con todas las novedades que ha ido suministrando la ciencia en este tiempo. En un corte transversal de los 52 forjados, hay 43 plantas de habitaciones (440, en total), seis plantas de servicios, dos de vest¨ªbulo y una de aparcamiento. Y siete espaciosos ascensores para recorrerlo.
Desde lo alto de esta flamante cumbre compuesta con 30.000 metros cuadrados de hormig¨®n se obtiene casi una perspectiva de sat¨¦lite Meteosat sobre Benidorm. Entre la isla de Ibiza y la azotea del Bali III s¨®lo se interpone la Serra Gelada. All¨ª abajo se extiende la lava tur¨ªstica desde los bordes de coraz¨®n de la ensenada hasta casi Serra Cortina, donde est¨¢n los tiovivos de Terra M¨ªtica. Todav¨ªa se distingue el n¨²cleo que prosper¨® sobre el pe?asco de Canfali, y debajo a¨²n transparenta su historia.
Hasta los a?os cincuenta Benidorm ten¨ªa cerca de 2.000 habitantes, viv¨ªa de la pesca de almadraba y de la agricultura, y dispon¨ªa asimismo de una extensa n¨®mina de marinos repartidos por las navieras del mundo. En 1951, su alcalde, Pedro Zaragoza, pidi¨® al Gobierno un plan general de ordenaci¨®n urbana que abarcara todo el t¨¦rmino municipal, y en el 56, pese a ser ilegal, ya lo ten¨ªa elaborado y aprobado, a base de adherir planes parciales. Luego atrajo el capital para invertir en hoteles y apartamentos, y en pleno mes de diciembre mand¨® un contenedor lleno de ramas de almendro florecidas a Estocolmo y lo reparti¨® por los escaparates de la ciudad para que se supiera que en Benidorm se hab¨ªa abolido el invierno.
A partir de entonces Benidorm se llen¨® de extraterrestres, pero el arzobispo de Valencia, don Marcelino Olaechea, a instancias de un par de ministros, puso el grito en el cielo y abri¨® expediente de excomuni¨®n al alcalde por el grave pecado de autorizar el uso del biquini en esas playas. Entonces Zaragoza tuvo que coger la Vespa y plantarse en el Pardo para que el mism¨ªsimo Caudillo intercediera en esta controversia que pod¨ªa arruinar todo el esfuerzo realizado.
-Excelencia, los biquinis no los vendo yo, los vende Loewe.
-Siempre que tenga problemas gordos, d¨¦jese de gobernadores y ministros y acuda a m¨ª.
Franco hizo una excepci¨®n sobre los 5.304 metros de playa de Benidorm y blind¨® el sue?o de Pedro Zaragoza, sin saber que la profusi¨®n de biquinis contribuir¨ªa a oxidar el r¨¦gimen. Hoy, a los pies de la cima del hotel Bali III, cuyos fundamentos se hunden en el sue?o de este visionario, se extiende una metr¨®poli que fue dise?ada para el turismo masivo y que ha logrado producir una avalancha anual de cuatro millones de visitantes.
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