Hollywood rinde homenaje a Clinton la v¨ªspera de la Convenci¨®n Dem¨®crata
A su manera, con fiestas de lujo extravagante, Hollywood despidi¨® durante el fin de semana a Bill Clinton, el presidente m¨¢s querido por la meca del cine desde John Kennedy. En la primera de esas fiestas, celebrada en la noche del s¨¢bado con el objetivo de recoger fondos para la campa?a senatorial de Hillary Clinton, el precio de la entrada fue de 25.000 d¨®lares por pareja. En la segunda, organizada ayer por Barbra Streisand para financiar la futura biblioteca presidencial de Clinton en Little Rock (Arkansas), el acceso costaba 100.000 d¨®lares por pareja.
Tan buen actor como maestro del arte de la supervivencia pol¨ªtica, Clinton solt¨® unas lagrimitas en la fiesta del s¨¢bado, celebrada en la finca del magnate inmobiliario Ken Roberts. Se proyectaba una versi¨®n actualizada de El hombre de Hope, el v¨ªdeo biogr¨¢fico del pol¨ªtico de Arkansas presentado en la Convenci¨®n Dem¨®crata de 1992, y Clinton suspir¨®, humedeci¨® sus ojos y dijo: "El tiempo ha pasado muy r¨¢pidamente. Vivir en la Casa Blanca no s¨®lo fue el honor m¨¢s grande de mi vida, sino que todos los d¨ªas que pas¨¦ all¨ª, incluidos los malos, fueron fant¨¢sticos". Clinton, que ya empieza a hablar en pasado de su presidencia, demostr¨® el s¨¢bado y el domingo que sigue siendo todo un im¨¢n para Hollywood. Aqu¨ª cuenta con grandes amigos personales, como Barbra Streisand, Steven Spielberg, Jeff Katzenberg y David Geffen, Tom Hanks o Jack Nicholson. Y aqu¨ª, quiz¨¢ el lugar del mundo m¨¢s liberal en materia de pecadillos personales, encontr¨® pleno apoyo en los amargos d¨ªas en que su presidencia se tambale¨® por el descubrimiento de sus aventuras sexuales en el Despacho Oval con la becaria Monica Lewinsky. La fiesta del s¨¢bado por la noche fue un ¨¦xito. La hab¨ªan organizado el anfitri¨®n, Ken Roberts, y Stan Lee, un multimillonario editor de c¨®mics. Acudieron unas 1.000 personas que atascaron con sus limusinas los accesos a la zona. Los invitados, entre los que figuraban Shirley McLaine, John Travolta, Brad Pitt, Muhamad Ali, Milton Berle, Rod Steiger, Michel Douglas, Whoopi Goldberg y Jack Lemmon, se sentaron en sillas de director de cine en cuyo respaldo se le¨ªa: "Homenaje de Hollywood a William Jefferson Clinton". En American Rhapsody, su divertida novela sobre el esc¨¢ndalo, el escritor y guionista de cine Joe Eszterhas explica que el caso Lewinsky entusiasm¨® en las colinas de Los ?ngeles porque, empezando por el hecho de que la joven protagonista fuera de Beverly Hills y terminando con la psical¨ªptica historia de la masturbaci¨®n con el puro, fue "muy Hollywood". Clinton ha sido, escribe Eszterhas, "el presidente de Hollywood". Una vez, Clinton declar¨® que lo mejor de ser presidente no es viajar en Air Force One o descansar en Camp David, sino "la cantidad de pel¨ªculas que te env¨ªan". De no haber sido pol¨ªtico, Clinton hubiera podido ganarse la vida como actor.
El homenaje del mundo del cine estadounidense al presidente que el pr¨®ximo enero ceder¨¢ la Casa Blanca a George Bush o Al Gore continu¨® ayer, con un brunch, un desayuno tard¨ªo, en la casa de Malib¨² de Barbra Streisand. La entrada costaba 100.000 d¨®lares (unos 18 millones de pesetas) por pareja, un dinero destinado a la librer¨ªa presidencial que Clinton levantar¨¢ en la capital de Arkansas .
Este protagonismo californiano de los Clinton culminar¨¢ hoy, con el discurso que cada uno de ellos pronunciar¨¢ en la apertura de la Convenci¨®n Dem¨®crata. Gore, en su camino hacia Los ?ngeles, donde llegar¨¢ a mediados de esta semana, prometi¨® ayer que su presidencia supondr¨ªa "un nuevo comienzo". Pero su equipo no ocultaba su ansiedad por esta plena ocupaci¨®n del escenario por parte de los Clinton. Los ?ngeles debe suponer la consagraci¨®n de Gore como alternativa atractiva a la Casa Blanca, pero el vicepresidente no logra todav¨ªa emancipar su personalidad y su mensaje de la tutela del que ha sido su jefe en los ¨²ltimos ocho a?os. Sigue siendo un actor secundario.
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