Doce inmigrantes chinos declaran una huelga de hambre en Ceuta para evitar su repatriaci¨®n
Los 12 inmigrantes de nacionalidad china que permanecen desde hace tres meses en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta llevan cinco d¨ªas sin ingerir alimentos ni bebidas para evitar que las autoridades espa?oles los repatr¨ªen a su pa¨ªs de origen. Los orientales, siete mujeres -una de ellas, embarazada- y cinco hombres, permanecen la mayor parte del tiempo sin salir de sus habitaciones y est¨¢n moralmente hundidos desde que se dictara una orden de expulsi¨®n contra tres de sus compatriotas, que han partido de Ceuta con destino a China en los ¨²ltimos 15 d¨ªas.
Sin papeles
La huelga de hambre, que comenz¨® el s¨¢bado por la tarde, tiene como objetivo presionar a la Administraci¨®n para que el resto del grupo no corra la misma suerte que sus tres compatriotas, por temor a ser encarcelados a su llegada al pa¨ªs asi¨¢tico o sufrir represalias de la red que organiz¨® su llegada a Europa. Los inmigrantes han declarado que bajo ning¨²n concepto quieren regresar a China, e incluso aseguran, entre l¨¢grimas, que temen por sus vidas.La llegada a Ceuta de este colectivo se produjo en marzo, cuando la Polic¨ªa descubri¨® que un grupo de cerca de 30 inmigrantes hab¨ªa logrado escapar de su cautiverio en una c¨¦ntrica vivienda de la ciudad, donde el cabecilla de la organizaci¨®n que les traslad¨® desde Marruecos a la ciudad aut¨®noma, tras un tortuoso viaje que dur¨® un a?o, les escond¨ªa a la espera de que fueran conducidos a la pen¨ªnsula.
Clases de castellano
Los inmigrantes, que no dispon¨ªan de documentaci¨®n cuando fueron registrados en el CETI, conoc¨ªan que tarde o temprano deber¨ªan salir del pa¨ªs, aunque la ausencia de papeles y pasaportes y la baza del tiempo han jugado a su favor en los ¨²ltimos meses. Del grupo original s¨®lo quedan 12; el resto ha ido saliendo paulatinamente de este centro de alojamiento con ¨®rdenes de expulsi¨®n bajo el brazo. La polic¨ªa espa?ola localiz¨® unos pasaportes de nacionalidad china que supuestamente les corresponden, aunque el grupo lo niega. Una de las afectadas ha manifestado que suponen que el propio cabecilla de la red entreg¨® documentaci¨®n a la polic¨ªa como venganza tras haber huido de la vivienda en la que la organizaci¨®n clandestina les reten¨ªa.
El detonante de la huelga ha sido la repatriaci¨®n de una joven asi¨¢tica de 27 a?os que conoci¨® su salida de Ceuta hace dos semanas. "Desde entonces, el grupo se pasa horas llorando, pensando que ellos volver¨¢n a China tambi¨¦n", indican fuentes cercanas al colectivo.
Los inmigrantes no acuden a las llamadas para los turnos de comida y han asegurado que permanecer¨¢n en huelga de manera indefinida hasta que alguien clarifique su futuro, aunque saben que no se les va a dar documentos legales; tampoco quieren solicitar asilo pol¨ªtico.
Endeudados hasta las cejas y con un grave problema de abusos, la mayor¨ªa de ellos pens¨® al llegar a Ceuta que se encontraban en la pen¨ªnsula. De ah¨ª que su primer impulso tras permanecer alg¨²n tiempo en el piso fuera salir a la calle y huir de la organizaci¨®n, que hab¨ªa programado un largo y costoso viaje que, en algunos casos, tuvieron que pagar prostituy¨¦ndose.
A pesar de ello, el grupo es uno de los m¨¢s cohesionados del CETI. Acuden disciplinadamente a sus clases diarias de castellano y "tienen ganas de aprender y quedarse en Espa?a. Nunca han dado un solo problema", explican las mismas fuentes, cercanas a los inmigrantes. La Delegaci¨®n del Gobierno en Ceuta, por su parte, ha afirmado que las repatriaciones se han realizado cumpliendo escrupulosamente todos los requisitos que impone la legislaci¨®n vigente, aunque de momento no se barajan nuevas ¨®rdenes de expulsi¨®n de inmigrantes.
Los chinos representan una m¨ªnima parte del grupo asi¨¢tico que est¨¢ acogido provisionalmente en este centro, que desde que fuera abierto a principios de marzo -en sustituci¨®n del de Calamocarro- ha visto c¨®mo ganan terreno los inmigrantes de este continente. De 404 personas que residen en las instalaciones, 185 son asi¨¢ticos, con nacionalidades dispares: Bangladesh (120), Pakist¨¢n (30) o India (31). Con ellos conviven 57 argelinos y 80 subsaharianos.
Fuentes policiales declaran que es la primera vez que se produce una situaci¨®n de este tipo en el nuevo CETI, si bien en el anterior campamento ya hubo episodios de este tipo protagonizados por inmigrantes argelinos.
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