MOGOLL?N LUSO
Portugal. Mart¨ªnez se adentra en Lisboa y descubre que est¨¢ repleta de espa?oles. Este hallazgo le permite elaborar una tipificaci¨®n de espa?oles observados mientras practican el 'lisboing'.
- El 'ca?¨ª-sutra'. O diversas posturas practicadas por espa?oles en Portugal. Hola. Portugal, Lisboa. Una ciudad que, en el tiempo en el que estoy, est¨¢ consagrada a la cosa de la Superta?a. Que es como la Supercopa. Pero con saudade. Lo de llamar taza a una copa tiene su qu¨¦. Bueno. Lisboa. Todo el mundo habla de la Superta?a. Apuro mi s¨²perta?a de cortadete y me voy a dar un voltio. Las calles de Lisboa est¨¢n repletas de peninsulares con un pasaporte como el m¨ªo. Lo que sigue es una tipificaci¨®n de espa?oles observados mientras practicaban el lisboing, disciplina tur¨ªstico-deportiva que fascina a los lisboetas. Como la Superta?a pero un poco menos. - Inciso patrocinada por la marca Acme. Pero antes, un inciso. La caricaturaci¨®n del espa?ol en Portugal es un g¨¦nero cerrado hace la tira. Para un portugu¨¦s, el espa?ol es como la mosca del vino. Un ser poco interesante, pero del que se conoce todo su genoma. Salvo con el gallego -y ¨¦ste por los pelos-, no diferencian entidades colectivas. Eso puede ilustrar que a) en la Pen¨ªnsula todos somos relativamente parecidos, o que b) los portugueses ignoran tanto al resto de los peninsulares como el resto de los peninsulares ignora a los portugueses. Ni idea. La caracter¨ªstica m¨¢s recurrida para identificar un espa?ol y hacer reir a la novia es su tono de voz. Alt¨ªsimo. Ese tono de voz para un portugu¨¦s es la frontera con la telequinesis: un espa?ol cuando habla podr¨ªa mover un cenicero con sus ondas energ¨¦ticas. En sendas terrazas de Lisboa escucho dos comentarios sobre el tono de voz espa?ol. Comentario 1. Un ni?o, que est¨¢ al lado de una mesa de espa?oles, le pregunta a su padre ?pai, por qu¨¦ hablan tan alto? El padre le responde, pero tan bajito que no lo oigo. Comentario 2. Muy inquietante. Dos lisboetas hablan de un atentado en Espa?a. No entienden nada. Pero, aqu¨ª lo inquietante, uno zanja el tema con un "es normal. Hablan tan alto". No s¨¦ lo que significa pero tal vez sea lo m¨¢s acertado que he escuchado al respecto. Bueno. Ahora s¨ª. El ca?i-sutra, o diversas posturas etc. a) Ca?¨ª-en-un-tranv¨ªa-llamado-pabernosmatao. La m¨¢s practicada. Uno o varios espa?oles cruzan una calle en el momento en el que avanza un tranv¨ªa. El problema de protocolo provocado por esa intersecci¨®n en el espacio-tiempo se soluciona con un espa?ol que grita joder-macho y da un salto. En el 59% de los casos observados, despu¨¦s analiza la situaci¨®n y la valora en los t¨¦rminos es-que-el-conductor-es-un-mam¨®n. b) Ca?¨ª-sebastianista. En el siglo XIV el Rey Sebasti¨¢n abandona Lisboa y se va a conquistar ?frica. A¨²n le esperan. Se comenta que en la primera/¨²ltima batalla Francisco de Aldana, el jefe de la operaci¨®n Tormenta Lusitana en el Desierto, le dijo a Sebasti¨¢n: "Sebas, que no se puede vivir de calor, quit¨¦monos las armaduras". El rey se neg¨®. Con esta frase. Bell¨ªsima. No se vayan. "Los caballeros mueren despacio". Bueno. En Lisboa se sigue esa doctrina. No hay muchos locales con aire acondicionado, de manera que cuando entras en uno sientes que la vida es morir despacio y a fuego lento. Por fin entro en uno con aire acondicionado. Estoy en la gloria, hasta que un grupo de espa?oles practica el mosqueing ante aire acondicionado, esa disciplina hispana, y manda parar, no sea que nos resfriemos. Afortunadamente, el local/la sauna est¨¢ lleno de portugueses y no de tejanos, as¨ª que nadie levanta la voz ni saca brea y plumas. c) Ca?¨ª-en-busca-del-ajuar-perdido. Tenderete callejero de toallas. Ignoro por qu¨¦, pero una parte de la meseta vive alentada por la posibilidad de comprar toallas a bajo coste en Portugal. Esas compras se realizan a grito pelado y tratando al protugu¨¦s como un tonto del bote. El tonto del bote, ante los gritos del cliente que exige un descuento, baja el precio de su producto, de manera que s¨®lo lo tiplica. El listo del bote se va con su toalla m¨¢s contento que una anchoa. d) Ca?¨ª-pol¨ªglota. El espa?ol no habla ni gota de portugu¨¦s. Ni siquiera pronuncia las f¨®rmulas de cortes¨ªa que todo el mundo pronuncia cuando va de turista a un sitio cuya lengua ignora -saludos, despedidas, agradecimientos, o "se?orita, mi querer buggy-buggy con usted"-. En lugar de todo ello, hablan m¨¢s alto. Si cabe. Para pedir pan veo como un espa?ol vocifera tres veces, cada una m¨¢s alta, la alocuci¨®n que quiero pan. Finalizada con la alocuci¨®n, es que no se enteran. e) Ca?¨ª-analista-tertuliano. Es frecuente escuchar conversaciones de caf¨¦ entre un portugu¨¦s, con cierta curiosidad ante Espa?a, y un espa?ol que le ilustra. Sorprende que sea el portugu¨¦s el que siempre pregunta sobre el otro pa¨ªs, y no el espa?ol. Sorprende tambi¨¦n que el espa?ol, modalidad pol¨ªglota -a grito pelado, para que se le entienda en otra lengua y, casi, en otro continente-, le explica que el gran problema de Espa?a son las lenguas. Sus gritos quiz¨¢s ilustran una met¨¢fora del problema en la l¨ªnea contraria a la que el ca?¨ª-pol¨ªglota pretend¨ªa. Ma?ana me voy al Benidorm Portugu¨¦s. O algo parecido. Mua.
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