Sade, casi para menores
Poco convincente
El marqu¨¦s de Sade no fue un arist¨®crata depravado, sino un personaje inofensivo, un librepensador, un tipo que desconfiaba de la religi¨®n y procuraba sacarle a la vida el mejor partido, escribiendo historias, abandon¨¢ndose a los placeres e intentando ver el lado positivo de las cosas, incluso en los tremendos a?os del Terror de la Revoluci¨®n Francesa. ?sta es, al menos, la visi¨®n que ofrece del escritor franc¨¦s el filme Sade, de Benoit Jacquot, interpretado por Daniel Auteuil, que se present¨® ayer en el apartado de Sue?os y Visiones. Un Sade que no justifica con su conducta el origen del t¨¦rmino sadismo, practicado m¨¢s bien en esta pel¨ªcula por personajes como Fournier, uno de los feroces lugartenientes de Robespierre. "En realidad", explica Jacquot, "Sade llev¨® una vida conyugal m¨¢s o menos normal, se mantuvo fiel en cierto sentido".Tampoco se comprende por qu¨¦ la pel¨ªcula francesa llega a Venecia con la aureola de provocadora. Jacquot es el primero en puntualizar que no ha pretendido en ning¨²n caso hacer un filme provocador. "Sade no lo era tampoco. ?l intent¨® ser libre, nada m¨¢s". El director justifica cierta afici¨®n del marqu¨¦s al castigo corporal como una elecci¨®n privada. "La violencia individual es una manifestaci¨®n de libertad. La colectiva es una manifestaci¨®n de sumisi¨®n".
El filme se basa sobre todo en el texto de Serge Bramly Terror in the Boudoir, centrado en la etapa en torno a 1794, momento final del Terror, que es a la vez el periodo menos documentado de la vida del marqu¨¦s de Sade. El marqu¨¦s que recrea la pel¨ªcula es pura ficci¨®n, por lo tanto, aunque Daniel Auteuil explic¨® ayer que se ha valido de la abundante correspondencia del escritor para crear su personaje. Un Sade poco convincente, en todo caso. Un infatigable y educado conversador que pasa los d¨ªas en el centro Picpus, una especie de residencia-c¨¢rcel donde los arist¨®cratas m¨¢s afortunados esperan a que escampe la terrible tormenta revolucionaria. Nuestro marqu¨¦s utiliza su sabidur¨ªa para iniciar en los placeres del sexo a una joven arist¨®crata, Emily.De alguna forma pesa m¨¢s la Revoluci¨®n Francesa que la vida de Sade en la pel¨ªcula de Jacquot. Del mismo modo que pesa la Mafia, como lugar com¨²n de la cinematograf¨ªa italiana, en el filme I cento passi (Los cien pasos), presentado en la secci¨®n oficial. La pel¨ªcula de Marco Tullio Giordana reconstruye un episodio real, el asesinato, supuestamente a manos de la Mafia, del joven Giuseppe Impastato, ocurrido en 1977. Impastato, nacido en el seno de una familia ligada a Cosa Nostra, se rebela contra la organizaci¨®n y contra el poder del m¨ªtico padrino local, Gaetano Badalamenti (que cumple actualmente condena en Estados Unidos). El joven sigue la corriente del Mayo del 68, se afilia al PCI y termina fundando una provocadora emisora de radio desde la que denuncia las connivencias de los poderes p¨²blicos con la Mafia. El resultado inmediato es el asesinato del padre mafioso y, finalmente, del hijo. La prensa italiana aplaudi¨® mucho un filme que resulta, sin embargo, un tanto panfletario.
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