El Deportivo sale a flote al final

El Deportivo sigue empe?ado en demostrar que no ha existido el verano. Los coru?eses han comenzado el nuevo curso del mismo modo que acabaron el anterior: con una demostraci¨®n de fortaleza en su estadio y una endeblez ins¨®lita en sus desplazamientos. Anoche, en Atenas, en su deb¨² en la Liga de Campeones, los gallegos volvieron a mostrar su peor versi¨®n, la de un equipo que parece atrapado por la nostalgia cada vez que pone un pie fuera de casa. El Depor se pase¨® por el precipicio casi toda la noche y tuvo que esperar hasta la agon¨ªa del tramo final para, en una jugada rocambolesca, evitar una derrota que podr¨ªa haber hipotecado sus sue?os de grandeza europea.Cuando se trata de adivinar las intenciones de Javier Irureta, la cr¨ªtica se ha acostumbrado a guiarse por una intuici¨®n: ante la duda, el t¨¦cnico vasco suele optar casi siempre por la soluci¨®n m¨¢s conservadora. Pero anoche, Irureta desminti¨® todas los vaticinios que auguraban un Deportivo fortificado atr¨¢s y despoblado en la l¨ªnea de ataque. Ante la baja de Djalminha, decidi¨® prescindir del centrocampista de enganche e introdujo un segundo delantero, Pandiani, para acompa?ar a Trist¨¢n. El Depor, como en el arranque de la Liga ante el Athletic, abandonaba el sistema que le llev¨® al t¨ªtulo en favor de un 4-4-2 con doble pivote.

El sistema no soluciona nada por s¨ª mismo, porque el f¨²tbol depende m¨¢s de la mentalidad del equipo que de sutilezas t¨¢cticas, y los deportivistas, por mucho que cambiara el dibujo, se aferraron a las instrucciones del viejo chip que aplicaron el a?o pasado - con tenaz insistencia y desesperantes resultados- en casi todos sus partidos fuera de casa. Sobre el c¨¦sped hab¨ªa dos delanteros, pero el equipo sali¨® con la actitud de siempre lejos de Riazor: apocado, encogido y temeroso de tomar la iniciativa.

Frente a la inhibici¨®n del rival, el Panathinaikos se present¨® dispuesto a empujar con todo lo que ten¨ªa a mano para golpear primero a su timorato rival, alentado por un p¨²blico muy bullicioso. Al Panathinaikos le bast¨® su entusiasmo y el experimentado pilotaje de Paulo Sousa para meter en muchos problemas al Deportivo, que al cuarto de hora ya ve¨ªa el gol rondando por las cuatro esquinas del ¨¢rea. Una acci¨®n aislada sirvi¨® para recordar sus obligaciones al grupo de Irureta. Un largo y preciso centro de V¨ªctor fue rematado junto al palo por Diego Trist¨¢n, y el Deportivo pareci¨® que s¨²bitamente se sacud¨ªa la modorra. El juego fue derivando poco a poco hacia el terreno griego, y los gallegos mostraron por fin cierta disposici¨®n a dictar el curso del choque. Pero la reacci¨®n se cort¨® bruscamente con el gol de Panathinaikos, fruto de un contragolpe y de un excelente pase de Paulo Sousa buscando la espalda de la defensa. El golpe dej¨® al campe¨®n espa?ol tan aturdido que se pas¨® el resto del primer tiempo implorando la tregua del descanso.

Pero en la reanudaci¨®n no cambi¨® demasiado el choque. El juego se equilibr¨® algo, pero el empuje del Panathinaikos volvi¨® a crear serios problemas al Depor. Aunque el conjunto de Irureta se fue estirando m¨¢s y m¨¢s, los dos delanteros apenas sirvieron de nada ante la desconexi¨®n entre el medio y el ataque. Irureta trat¨® de solucionar el problema recurriendo a Valer¨®n con s¨®lo 20 minutos por delante. Demasiado tarde para jugar al f¨²tbol, por lo que al Depor no le qued¨® otro remedio que apelar al empuje para salir del precipicio. El gol acab¨® llegando a falta de siete minutos, en una acci¨®n incre¨ªble: un tremendo fallo del portero, una chilena a la desesperada de Pandiani y el remate final del m¨¢s improbable de los goleadores, Naybet.