Un equipo aupado por los pap¨¢s
60 familiares acompa?an a la selecci¨®n de EE UU, el rival de Espa?a en semifinales
19 de septiembre en un hotel de Melbourne. Cerca de 60 personas celebran con gran algarab¨ªa la clasificaci¨®n de Estados Unidos, por primera vez en su historia, para los cuartos de final de unos Juegos. Una mujer de unos 50 a?os luce sin rubor una camiseta de f¨²tbol con el nombre del delantero Albright escrito en la espalda. Varias adolescentes muestran la bandera estadounidense pintada en las mejillas. Los hombres maduros optan por las gorras con diferentes leyendas de diferentes equipos. Son los padres y parientes de los jugadores de la selecci¨®n estadounidense que dirige el ingl¨¦s Clive Charles, de 49 a?os.Esa noche Estados Unidos hab¨ªa derrotado a Kuwait, una ¨²nica victoria que le ha permitido plantarse sorprendentemente en las semifinales. Los otros tres partidos los sald¨® con empate (ante la Rep¨²blica Checa, 2-2, ante Camer¨²n, 1-1, y finalmente, en cuartos, ante Jap¨®n, 1-1, a la que elimin¨® en los penaltis). Los padres y familiares recibieron esa noche con una cerrada ovaci¨®n a sus hijos cuando llegaron al hotel. Era la hora de tomar unas copas todos juntos. De compartir las experiencias del partido. Todo muy civilizado. Los cerca de 60 parientes que han seguido a sus hijos por toda Australia ejemplifican la cultura americana del soccer (el nombre del f¨²tbol en Estados Unidos), un deporte fundamentalmente familiar. Apenas profesionalizado. Y minoritario respecto al baloncesto o el b¨¦isbol. Por poner otro ejemplo todav¨ªa m¨¢s llamativo: la familia del centrocampista Ben Olsen, acogi¨® a todo el equipo sub 23 en su casa durante la fase final de la CONCACAF, clasificatoria para Sydney. Simplemente porque la familia de Olsen viv¨ªa en Hershey, cerca de donde se celebraba el torneo. Y, por supuesto, porque la casa deb¨ªa ser muy grande.
La mayor¨ªa de los 18 integrantes del equipo se ha formado en los institutos y las universidades estadounidenses, verdadera cuna del soccer. Hay excepciones, claro. Como London Donovan, el delantero m¨¢s potente. Una promesa de 18 a?os que a los 16 firm¨® un contrato profesional con el Bayer Leverkusen. O John O'Brien, que lleg¨® al Ajax con 17. ?ste ser¨¢ el hombre encargado de neutralizar a Xavi. Es un perro de presa, seg¨²n lo defini¨® ayer el seleccionador espa?ol, I?aki S¨¢ez. El pelirrojo O'Brien, de 23 a?os, jug¨® 17 partidos el pasado ejercicio con el Ajax. Su actor favorito es Kevin Spacey y su pel¨ªcula predilecta The Matrix. Ante Jap¨®n ya se encarg¨® de sacar de quicio completamente a Nakata, la estrella nipona.
Ahora bien, la experiencia en una liga competitiva de Donovan y O'Brien s¨®lo es compartida en su selecci¨®n por Hejduk, un defensa veloc¨ªsimo de 26 a?os que tambi¨¦n act¨²a en el Leverkusen. El resto, pertenece a la liga profesional estadounidense, la MLS. Que es lo mismo que decir que no tienen ni por asomo la capacidad competitiva de los seleccionados espa?oles. Si Italia, la v¨ªctima de Espa?a en cuartos, representaba una de las grandes culturas futbol¨ªsticas, Estados Unidos supone todo lo contrario. Un f¨²tbol poco acostumbrado a la alta competitividad, aspecto que invita al entrenador espa?ol a divisar el campo muy abierto para obtener la medalla de oro.
Antes, Espa?a deber¨¢ deshacerse de una selecci¨®n con algunos jugadores interesantes. Hejduk, por ejemplo, ha participado en cinco ocasiones en la Liga de Campeones. Procede del instituto de San Dieguito y, despu¨¦s de marcar un gol, irrumpe con una danza de reggae que quiere pagar tributo a Bob Marley, uno de sus ¨ªdolos. El otro es el futbolista argentino Claudio Caniggia, a quien se parece f¨ªsicamente. Estados Unidos s¨ª ha utilizado la opci¨®n de los tres futbolistas mayores de 23 a?os. Y los tres son defensas: Hejduk, Aagos (el mayor del grupo con 32 a?os), y por ¨²ltimo el hispano Chris Armas, de 28 a?os, m¨¢s conocido en el vestuario como Fidel por su origen cubano. Estados Unidos jugar¨¢ con un 4-4-2, con dos puntas (Casey y Wolff) y un media punta de mucha fortaleza llamado Chris Albright. Su madre, lo esperar¨¢, pase lo que pase, para felicitarlo.
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