"Un a?o horrible, pero no voy a ponerme a llorar"
Hay quien habla de s¨ªndrome postmundial. De relajaci¨®n una vez que el objetivo se ha cumplido. De algo as¨ª como del s¨ªndrome Reyes Est¨¦vez. "Una cosa es segura: en 2001 no me coger¨¦ vacaciones. Esto s¨®lo se arregla entren¨¢ndose y entren¨¢ndose", advirti¨® ayer Yago Lamela.Otra cosa tambi¨¦n fue segura: Lamela pens¨® que su carrera se hab¨ªa acabado cuando sinti¨® crujir una de sus rodillas saltando en Bruselas una semana despu¨¦s de su medalla mundial de planta en Sevilla. Pens¨® que se quedaba cojo cuando le hablaron de una rotura de los ligamentos externos en la meseta tibial. Complicado asunto. Despu¨¦s, ya este a?o, un esguince de tobillo y otros dos meses parado: nada de competici¨®n, nada de entrenamientos, fuera el feeling del atleta, la carga de sensaciones que es el gran alimento mental. Y, una vez superado ese problema, otro par¨®n: rotura fibrilar, molestias, consecuencias de la falta de ritmo, de la falta de vida.
"Ha sido un a?o horrible, para olvidar. No me he encontrado nunca bien. He estado siempre irregular. Muchos d¨ªas malos y alguno medio bien. No he tenido continuidad. As¨ª que no se puede hablar de que haya tenido un mal d¨ªa. Y tampoco he estado tan lejos de la clasificaci¨®n", coment¨® el apesadumbrado Lamela. En un concurso medio-alto, el 12? y ¨²ltimo clasificado salt¨® ocho metros, 11 cent¨ªmetros m¨¢s que ¨¦l.
"S¨ª, todo el a?o ha sido malo. Ven¨ªa sin muchas esperanzas, pero peor habr¨ªa sido quedarme en casa. S¨ª, es un palo, pero yo no tengo la culpa de lesionarme. No voy a ponerme a llorar por el fracaso", concluy¨® Lamela.
El salto de longitud es una especialidad sensible; produce atletas fr¨¢giles, que se lesionan a menudo. Pero todo es debido a la gran exigencia, a la brutalidad del choque del pie con la tabla en el momento de la batida, al duro entrenamiento de velocista que lleva consigo.
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