El pintor que golpea su obra
"Mostrar cer¨¢micas desmoronadas, obras abortadas en fango crudo, cuadros destruidos y dibujos rotos estar¨ªa bien", apunta Miquel Barcel¨® en el Louvre, ante las Tuller¨ªas. El pintor, que esculpe, moldea y decora, dio un puntapi¨¦ rabioso a la ruina indeseada de una enorme vasija cer¨¢mica que le atrap¨® y se pleg¨® a sus pies mientras la trabajaba desde el interior. Esta secuencia de c¨®mo una obra de arte en ciernes se transforma en nada qued¨® fijada en un documental que se exhibe para explicar el alfabeto del artista en su taller. Barcel¨® ha colocado la grupa de una vasija, cuya superficie es un camello, un mont¨®n de fragmentos de piezas rotas, elementos frustrados tras salir del horno.C¨¨cile, la mujer del autor, cedi¨® su cuerpo para moldear una tinaja en relieve a tama?o natural, en otra versi¨®n del mito de Las tres gracias, sobre las bellezas y las musas. Ella explic¨® c¨®mo el vaso de barro que la cubr¨ªa se pleg¨®, ya finalizado el moldeado. En la exposici¨®n hay muchos modelos lejanos. Pero el artista tambi¨¦n crea a pu?etazos y palmadas. Se ven media docena de bellas m¨¢scaras y tambi¨¦n vacas, cabras, cr¨¢neos y cerdos negros. En su casa de Montparnasse, all¨ª donde habitaron Picasso y Joan Mir¨®, explic¨® que con el tiempo su cer¨¢mica de geograf¨ªas sexuales se relacionar¨¢ con las ins¨®litas jarras populares agujereadas de su pueblo natal, Felanitx. En la misma secuencia, ante su madre Francisca, el pintor enlaza sus referencias locales con la leyenda de los ¨¢rabes del siglo XIII, que en su tierra se lanzaban en tinajas por los acantilados para salvarse de los conquistadores catalanes.
Local y universal en Par¨ªs, Miquel Barcel¨® festej¨® su exposici¨®n hasta la madrugada en la sala Favela Chic. Antes, entraron en el Louvre los sabores primarios que educaron al pintor: sobrasada, cerdo negro, Pep Llu¨ªs, Munar, galletas de barco de Portocolom, galletas de aceite de Porreres y el vino ?nima Negra de los j¨®venes salvajes de Felanitx.
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