John Berger pide respeto a la sabidur¨ªa de los 'sin techo' al presentar sus nuevos libros
Manuel Rivas define 'King' como "una Odisea contempor¨¢nea narrada por un perro"
Los sin techo no tienen poder, ni voz, pero poseen algo que los que tienen eso no tienen: conocen la esencia de la vida. Lo dijo ayer John Berger (Londres, 1926) en la presentaci¨®n de sus dos nuevos libros, Fotocopias (un conjunto de perfiles) y King, el sobrecogedor relato, narrado por un perro, de la vida de unos homeless del nuevo orden. Berger estuvo como sus libros: demoledor, estimulante y l¨²cido, y recibi¨® con humildad los elogios de Manuel Rivas, que defini¨® King como "una Odisea contempor¨¢nea narrada por un perro que habla en aforismos".
"Las exageraciones tambi¨¦n son un buen abrigo contra el fr¨ªo". "Para leer hay que quererse un poco". "Las mejores voces de hombre son siempre las de los perdedores". "Las luces rojas de los coches desaparecen a lo lejos como gotas de sangre".Estas y otras sentencias parecidas son frases de King, el narrador de esta sencilla y po¨¦tica Historia de la calle que Berger abre con una cita de Lorca: "Y un horizonte de perros ladra muy lejos del r¨ªo".
Ese ladrido es la compa?¨ªa de los que no tienen nada, de los despose¨ªdos, de la gente sin suerte o, m¨¢s bien, sin sitio entre las decisiones de los que mandan. Una voz que, seg¨²n Manuel Rivas, suena como las bolas de billar al golpearse entre ellas, sutilmente, hasta caer en el agujero, o, si hay suerte, en lo que Berger llama "el bolsillo de la imaginaci¨®n del lector".
El perro de Ulises
"Mientras King habla, mientras dura la lectura del libro", dice Rivas, "sabemos que no puede pasar nada, que el emperador no puede firmar el decreto". "Porque King es como Argo, el perro de Ulises. Se levanta del esti¨¦rcol para liberar nuestros sentidos y ense?arnos el paisaje de la desolaci¨®n humana". A?ade: "Berger es el fecundo, sugerente e ir¨®nico escritor de las verdades, el sentipensante que une raz¨®n y sentimiento, y el escritor-madre que origina casi toda la literatura que merece la pena leer en este momento: Arundathi Roy, Anne Michaels...".
Berger aguanta el chaparr¨®n gallego tap¨¢ndose su cara de actor duro de cine negro con las manos enormes: "Despu¨¦s de o¨ªr todo eso, s¨®lo puedo decir unas palabras peque?as".
Habla en su ingl¨¦s directo, claro y nada pedante. Lo traduce su fiel Pilar V¨¢zquez, autora de impecables versiones de Berger en espa?ol, incluidos King y Fotocopias, el peque?o volumen de semblanzas -publicadas antes en peri¨®dicos- que aparece tambi¨¦n en Alfaguara.
Berger da datos sobre la "nueva pobreza": el 85% de la poblaci¨®n mundial es cada vez m¨¢s pobre; el 15% restante, cada vez m¨¢s rico: "No queremos saberlo, preferimos no verlo, pero si nos despertamos de madrugada y pensamos en ello un momento nos damos cuenta de que esas cifras nos llevan a la cat¨¢strofe".
Nuestro deber es evitarlo, dice el autor de Hacia la boda, que don¨® los beneficios de ese libro a una asociaci¨®n de lucha contra el sida, "y la forma de hacerlo es demostrar nuestro respeto por ellos".
El arte espa?ol se ha ocupado de eso a lo largo de la historia, record¨® Berger, citando a Bu?uel, Murillo y Ribera: "Protestaron por esa situaci¨®n y ofrecieron a la vez su respeto a los desheredados".
Pero hay una gran diferencia. Antes, la miseria era consecuencia de la escasez de productos; ahora hay suficiente para que todo el mundo viva sin apuros. Lo cual cambia absolutamente la naturaleza del fen¨®meno de la miseria: "Ahora es una ca¨ªda vertical, inhumana, sin horizonte ni tiempo. Y nos puede pasar a cualquiera".
Lo importante, para Berger, es que esas personas ca¨ªdas en el precipicio siguen siendo humanas, pese a todo. "Su aguante, su empuje, su lucha diaria por mantener la dignidad, el respeto por ellos mismos, debe movernos a sentir admiraci¨®n por ellos".
"No pretendo hacer la m¨¢s ligera apolog¨ªa de esa situaci¨®n", concluye, "pero ah¨ª hay muchas cosas que aprender. Saben mucho de la vida, de la esencia de la vida, cosa que no pueden decir los que tienen el poder".
Quiz¨¢ por eso, el nombre de Berger no aparece en la portada. "Un libro no puede cambiar el mundo". Pero tal vez King nos ayude a "ser modestos ante esas personas" y a "preguntarnos cosas sobre nosotros mismos".
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