El otro final de 'French Connection'
Era uno de los supervivientes de la legendaria mafia marsellesa, la French Connection del tr¨¢fico de drogas de los a?os 60. Francis Vanverberghe muri¨® ayer a causa de los disparos de dos motoristas cuando se encontraba en un local de apuestas de Par¨ªs. Dos hombres, que ocultaban su rostro bajo cascos de moto, entraron en el establecimiento situado en el distrito octavo de la capital y le dispararan una decena de tiros a ¨¦l y a otro cliente, con munici¨®n del calibre 11.43. La escena es tan cinematogr¨¢fica como cualquier asesinato de manual de pel¨ªcula de g¨¢ngsters.Pero las fechor¨ªas de Vanverberghe se identifican con la pel¨ªcula que se inspir¨® en la legendaria banda de la que fue padrino durante a?os: The French Connection, el cl¨¢sico del cine policiaco de 1971, cuyos protagonistas, Gene Hackman y Fernando Rey, sosten¨ªan un duelo de aut¨¦nticos caballeros enfrentados por algo tan vulgar como la ley.
En la pel¨ªcula, magistralmente llevada por William Friedkin y galardonada con cinco oscars, Hackman interpretaba a Popeye Doyle, un polic¨ªa neoyorkino obsesionado con encontrar a la banda francesa que se dispone a perpetrar una gigantesca operaci¨®n de drogas en Nueva York. El jefe del tinglado, Fernando Rey, es Alain Charnier, responsable de la conexi¨®n francesa, la banda que est¨¢ metiendo grandes cantidades de hero¨ªna marsellesa en la ciudad.
Vanverberghe, conocido como el belga -su padre ten¨ªa esa nacionalidad, y su madre era espa?ola- naci¨® en Marsella en marzo de 1946, cay¨® en la delincuencia a los 16 a?os y a los 18 fue condenado por primera vez por un robo en una caravana. En su juventud toc¨® todos los palos de la delincuencia de poca monta: cumpli¨® diversas penas por proxenetismo, asociaci¨®n de malhechores, falsificaci¨®n y posesi¨®n de armas. En los a?os 70, Vanverberghe era considerado uno de los grandes capos de los bajos fondos del Mediterr¨¢neo.
Aunque, al parecer, el viejo padrino se hab¨ªa retirado de la escena delictiva marsellesa, en marzo pasado fue detenido en Par¨ªs y procesado de nuevo por proxenetismo. S¨®lo pudo salir en libertad tras depositar una fianza de 122.000 euros (m¨¢s de 20 millones de pesetas).
Antes de este ¨²ltimo escarceo con la justicia, tan s¨®lo se hab¨ªa visto envuelto en otros dos de cierta importancia. En 1977 un tribunal de Marsella le conden¨® a doce a?os de prisi¨®n por tr¨¢fico de drogas con la French Connection, despu¨¦s de una gigantesca operaci¨®n policial que permiti¨® el desmantelamiento de una de sus redes. Fue puesto en libertad en 1984. En 1988 fue detenido en Bruselas por su relaci¨®n con el tr¨¢fico de una veintena de kilos de hero¨ªna entre Espa?a y Estados Unidos, y cumpli¨® una pena de seis meses en B¨¦lgica antes de ser extraditado a Francia, donde estuvo en la c¨¢rcel hasta finales de 1992.
En 1996, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos fall¨® que Francia hab¨ªa conculcado sus derechos por tenerlo en la c¨¢rcel durante cuatro a?os y medio sin juicio por el asunto de B¨¦lgica. Par¨ªs fue condenado a pagar una indemnizaci¨®n de 85.000 francos al traficante. En un intento por dar un toque fil¨¢ntropo a su imagen de viejo padrino, se propuso donar la cantidad al Abad Pierre, una de las organizaciones caritativas y de ayuda a los sin techo m¨¢s importantes de Francia. El cura cat¨®lico calific¨® a Vanverberghe como "un g¨¢ngster con un gran coraz¨®n... que adem¨¢s muestra arrepentimiento" pero, amablemente, declin¨® la oferta.
La decisi¨®n hab¨ªa sido una victoria sobre las autoridades, su gran oportunidad para emular a Fernando Rey en su pel¨ªcula, cuando escapa por el metro de Nueva York y nos regala un plano de antolog¨ªa. Tras las puertas del vag¨®n, el villano despide con la mano a Hackman en un gesto infantil y a la vez humillante. El tren se va, ah¨ª os qued¨¢is.
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