TV-3: no es eso JORDI GARC?A SOLER
La reciente autodesignaci¨®n del director general de la CCRTV, Miquel Puig, como nuevo director de TV-3 en sustituci¨®n de Llu¨ªs Oliva ha desconcertado a m¨¢s de uno. Nada m¨¢s l¨®gico cuando hace apenas un a?o, con motivo de las pasadas elecciones auton¨®micas, en especial Pasqual Maragall como l¨ªder del PSC-CpC, pero tambi¨¦n otros dirigentes pol¨ªticos nos hicieron creer que entre sus principales objetivos figuraba la reforma en profundidad del sector audiovisual p¨²blico catal¨¢n, y en concreto de la CCRTV.Despu¨¦s de aquellos comicios, se procedi¨® en primer lugar a la elecci¨®n del nuevo Consejo de Administraci¨®n y luego al nombramiento de Miquel Puig como director general de la CCRTV, sin que ello comportara cambio ninguno en las direcciones de las empresas filiales de dicho organismo p¨²blico, esto es TV-3 y Catalunya R¨¤dio. El consenso obtenido por Miquel Puig en el nuevo Consejo de Administraci¨®n de la CCRTV para su nombramiento pudo sorprender a m¨¢s de uno, habida cuenta tanto de su conocida militancia pol¨ªtica como de su dilatada trayectoria en cargos p¨²blicos dependientes del Gobierno de la Generalitat. No obstante, lo cierto es que sus promesas de cambio a plazo fijo convencieron a los consejeros e incluso a la oposici¨®n parlamentaria. Pero pasaron meses y meses, y a la postre, casi un a?o despu¨¦s, todo el cambio ha quedado reducido, por el momento, a la autodesignaci¨®n del propio director general como director de TV-3.
Mientras, en otra importante empresa del sector audiovisual p¨²blico de Catalu?a, en COM R¨¤dio, mediante la dimisi¨®n de su director general, Enric Sopena, quiso darse una lecci¨®n ¨¦tica que de poco o nada parece haber servido hasta ahora, como no sea para crear una extra?a situaci¨®n de interinidad. Quedan pendientes importantes interrogantes sobre el futuro de esta emisora, cuya contribuci¨®n al pluralismo real del audiovisual p¨²blico catal¨¢n nadie puede poner en duda. Ojal¨¢ no le ocurra lo que a R¨¤dio 4, que, a?os atr¨¢s, en pocos meses perdi¨® casi toda su hist¨®rica audiencia y ha quedado reducida a una situaci¨®n poco menos que residual.
Poco o nada se ha avanzado durante estos ¨²ltimos 12 meses en la imprescindible reforma del sector audiovisual p¨²blico catal¨¢n. Est¨¢ claro que incluso el Consejo Audiovisual de Catalu?a (CAC) ha quedado como aletargado, tras haber despertado tambi¨¦n grandes esperanzas de cambio. Y no se trata tan s¨®lo del hecho de que su presidente actual, Francesc Codina, sea otro destacado militante convergente -lo fue asimismo su antecesor, Llu¨ªs de Carreras, pero su independencia efectiva parece que acab¨® cost¨¢ndole el cargo-, sino de su muy escasa actividad, al menos en apariencia. Mucho m¨¢s all¨¢ de todo esto, no se advierte ninguna intenci¨®n de modificar realmente el sistema de funcionamiento del servicio p¨²blico nacional de radiodifusi¨®n y televisi¨®n de Catalu?a.
El problema real no reside en la aut¨¦ntica o supuesta independencia pol¨ªtica de quienes ocupan los cargos de direcci¨®n de estos medios de comunicaci¨®n. La militancia pol¨ªtica no es ni debe ser en s¨ª misma un m¨¦rito para ejercer dichos cargos, pero tampoco es ni debe ser un dem¨¦rito, ni mucho menos a¨²n un impedimento para ello. ?Qu¨¦ m¨¦rito tiene la independencia pol¨ªtica, cuando est¨¢ claro que nadie espol¨ªticamente indiferente, sobre todo cuando se ejerce una funci¨®n p¨²blica? ?Qu¨¦ y qui¨¦nes son los independientes pol¨ªticos, si es que realmente existen?
Mucho m¨¢s all¨¢ de los minutajes de los espacios informativos dedicados a cada formaci¨®n pol¨ªtica, lo que debe cuestionarse es el sistema de funcionamiento global del servicio p¨²blico radiotelevisivo. Ello afecta en primer lugar a su misma concepci¨®n, a sus contenidos program¨¢ticos globales, claramente diferenciados de los propios de las emisoras privadas, sometidas por completo al mercado, a su sistema de financiaci¨®n riguroso y transparente, a sus ¨®rganos de direcci¨®n y control, al reconocimiento inequ¨ªvoco de la plena autonom¨ªa de sus profesionales, al respeto y la defensa de la pluralidad...
?Se ha avanzado este ¨²ltimo a?o en este sentido? Poco, muy poco, por no decir nada. Tal vez algunos nos dejamos llevar por esperanzas vanas ante las encendidas promesas electorales de unos y otros -m¨¢s de los unos que de los otros, es cierto: mucho m¨¢s encendidas las del entonces candidato Pasqual Maragall que las de cualquier otro candidato, y sin lugar a dudas much¨ªsimo m¨¢s encendidas que las de Jordi Pujol, que de nuevo se hizo con el triunfo-. Pero lo cierto es que, cerca de un a?o despu¨¦s de las pasadas elecciones auton¨®micas, la renovaci¨®n del sector p¨²blico audiovisual catal¨¢n sigue siendo una asignatura pendiente. Sigue siendo ¨¦sta una asignatura sin cuyo aprobado efectivo nuestro propio sistema pol¨ªtico continuar¨¢ quedando debilitado. La principal responsabilidad de ello recae, sin duda alguna, en la coalici¨®n que nos gobierna, CiU. Pero la oposici¨®n parlamentaria, y en destacado lugar el PSC-CpC y en concreto Pasqual Maragall, tiene tambi¨¦n gran responsabilidad en esta situaci¨®n, al menos por omisi¨®n.
Jordi Garc¨ªa Soler es periodista.
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