La lucha final
La decisi¨®n del Tribunal Constitucional yugoslavo de anular las elecciones presidenciales del pasado 24 de septiembre y prolongar as¨ª de forma a¨²n m¨¢s grotesca el mandato del presidente Slobodan Milosevic ha sido el detonante de un acontecimiento hist¨®rico y que algunos cre¨ªan imposible. Ayer, el pueblo serbio comenz¨® realmente -y de forma dram¨¢tica y espectacular, ¨¦pica- la liquidaci¨®n de un anacronismo pol¨ªtico en Europa y del r¨¦gimen m¨¢s criminal y amoral que el Viejo Continente ha sufrido en el ¨²ltimo medio siglo. La catarsis serbia, despu¨¦s de lo sucedido durante la pasada d¨¦cada, no pod¨ªa ser legalista ni administrativa. Que los acontecimientos ayer se desarrollaran de forma tan vertiginosa a lo largo de las horas de la tarde y de la noche ser¨¢ un factor capital para la reincorporaci¨®n de Serbia a la comunidad de pa¨ªses civilizados. Es dif¨ªcil que alguien que conozca aquel pa¨ªs no se emocionara ayer viendo las im¨¢genes de lo que con seguridad, con muertos -a¨²n posibles si no se han producido ya- o sin ellos, es el fin de una larga pesadilla.Era demasiado insulto para el pueblo serbio el ¨²ltimo intento del presidente Slobodan Milosevic de ganar tiempo para evitar asumir la responsabilidad por sus cr¨ªmenes de toda una d¨¦cada ba?ada en sangre en los Balcanes. Porque de eso se trataba esta pasada noche cuando el todopoderoso Slobo era ya un proscrito perseguido por un pueblo por fin consciente de las miserias de quien fue su l¨ªder. El mago se ha equivocado demasiado y el desprecio hacia su pueblo hab¨ªa acabado por ser el mismo que el que hab¨ªa mostrado hacia las otras naciones de la regi¨®n. Los serbios sab¨ªan ayer a media tarde que s¨®lo un incre¨ªble milagro o una masiva matanza permitir¨ªa a Slobo mantenerse como presidente hasta el final de su mandato, en junio pr¨®ximo. Pero que, de producirse, los convertir¨ªa en un pueblo roto durante generaciones.
Los acontecimientos en toda Serbia son la se?al dram¨¢tica de que la mayor¨ªa de los serbios ha despertado del sue?o nacionalcomunista t¨®xico y letal en que los sumi¨® este hipnotizador de masas. ?Qu¨¦ pena que los serbios que han salido ahora a la calle no vieran a?os atr¨¢s en el sufrimiento ajeno los signos que anunciaban su propio dolor, su propia ira, su propia impotencia ante tanta injusticia, tanto desprecio y crueldad! Pero los serbios pensaban ayer con plena legitimidad en su propio futuro, que es tambi¨¦n el de los pueblos vecinos.
Milosevic, acorralado, lucha por su supervivencia. Todo es, por ello, a¨²n posible. Desde la desaparici¨®n f¨ªsica del s¨¢trapa al ¨¦xito de su pol¨ªtica de implicar a la mayor parte posible de su aparato en la represi¨®n de sus compatriotas. Esto ¨²ltimo equivaldr¨ªa a una nueva tragedia balc¨¢nica. Pero cada vez eran menos los polic¨ªas, militares y funcionarios serbios que quer¨ªan seguir remando en el nav¨ªo ya en pleno naufragio. Milosevic, su familia, sus secuaces, su aparato pol¨ªtico-mafioso y otros c¨®mplices - y alg¨²n intelectual occidental adscrito al clientelismo de la amargura- han visto c¨®mo despu¨¦s de casi tres lustros de construcci¨®n de un r¨¦gimen amoral y criminal s¨®lo pueden esperar a medio plazo generosidad conmiserativa de los dem¨®cratas de todo el mundo. Antes muchos tendr¨¢n que pasar por el Tribunal de La Haya, y el que parece ser¨¢ el nuevo presidente, Vojislav Kostunica, deber¨¢ reconsiderar pronto sus dudas sobre la legitimidad de este tribunal. Nadie le impedir¨¢ tampoco que se juzgue a los criminales en Serbia. No va a ser f¨¢cil la transici¨®n y los conflictos de Kostunica con Occidente parecen anunciados. Kosovo volver¨¢ a ser un quebradero de cabeza. Pero la tarde de ayer y la pasada noche anuncian un nuevo d¨ªa para Serbia y los Balcanes. Y no cabe en imaginaci¨®n alguna que sea peor que la tenebrosa era que est¨¢ acabando.
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