Tachaduras

Con Aznar y con Zaplana, los socialistas se han dado cuenta de que la indignaci¨®n permanente y la excitaci¨®n ret¨®rica sirven de bien poco cuando las sensaciones ciudadanas no tienen nada que ver con la cat¨¢strofe, aunque exista preocupaci¨®n e incluso des¨¢nimo en muchos sectores. Pararse a pensar, medir las cr¨ªticas, sin dejar de reforzarlas cuando conviene, insistir en la negociaci¨®n y analizar los hechos en una perspectiva a medio plazo han devuelto a la oposici¨®n el cr¨¦dito perdido ante la opini¨®n p¨²blica. El portavoz del PSPV en el reciente debate de pol¨ªtica general, Joaquim Puig, supo visualizarlo al emplazar al presidente de la Generalitat a cerrar algunos de los asuntos que ya se han hecho viejos en la agenda pol¨ªtica y comenzar a tomar notas en las p¨¢ginas del futuro. M¨¢s de un lustro despu¨¦s de su acceso al poder, Zaplana maneja una agenda llena de asignaturas pendientes. Incluso las citas que ya cre¨ªa haber cerrado se resisten a hundirse en el olvido de la normalidad. Ah¨ª est¨¢n, para constatarlo, una m¨¢s que mejorable gesti¨®n de Terra M¨ªtica, que llena de incertidumbres su arranque, o los vapores de descontento y frustraci¨®n que se acumulan en la Universidad Miguel Hern¨¢ndez. Dir¨¢ Zaplana, lo repite el PP como una consigna, que la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua no ha podido materializarse por falta de un interlocutor socialista autorizado, pero sabe que el problema radica ¨²nicamente en ofrecer una lista de componentes aceptable y no tratar de usar ese organismo para aparcar a un consejero del que quiere deshacerse (como intent¨® torpemente en v¨ªsperas de la crisis del Consell del pasado mes de mayo). Que la reforma del Estatut d'Autonomia no avance obedece a unas causas pol¨ªticas profundas que los populares escamotean sistem¨¢ticamente. Por lo dem¨¢s, la Ciudad de las Artes y las Ciencias y todas las otras ciudades l¨²dico-culturales anunciadas, la fusi¨®n de las cajas de ahorros o el mismo proyecto del AVE han sido apuntados y aplazados en el dietario demasiadas veces, en un inconsistente juego de prestidigitaci¨®n cargado de autobombo. Sin duda, la agenda del presidente est¨¢ llena de tachaduras y su calendario se desgasta en un ciclo de repeticiones.