'Agur'
La pertenencia del PNV a la Internacional Dem¨®crata Cristiana (IDC) ha sido desde hace m¨¢s de medio siglo un factor de moderaci¨®n y de anclaje democr¨¢tico de ese partido. Su expulsi¨®n de esa Internacional, por iniciativa del PP, tiene, por tanto, m¨¢s de negativo que de positivo. Pero har¨ªan mal los dirigentes del PNV en no ver sino af¨¢n de venganza y voluntad de persecuci¨®n en una decisi¨®n que ha sido respaldada por 125 de los 134 delegados participantes en el Congreso de la IDC, reunido estos d¨ªas en Chile: significa que tampoco sus correligionarios de otros pa¨ªses entienden su pol¨ªtica actual.En el PNV ha predominado siempre el factor ideol¨®gico, nacionalista, sobre el program¨¢tico. Durante la Rep¨²blica, s¨®lo una minor¨ªa, representada por sus parlamentarios, podr¨ªa considerarse pr¨®xima a los postulados de la naciente democracia cristiana, corriente centrista con fuerte contenido social. Fue ese sector el que, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, impuls¨® la participaci¨®n del PNV en el sector democristiano del movimiento europe¨ªsta. Su pol¨ªtica de alianzas durante la dictadura y su l¨ªnea autonomista y europe¨ªsta en la transici¨®n se vieron influidas por esa vinculaci¨®n.
Por eso es un error favorecer la ruptura de esa conexi¨®n, por mucho que la actual direcci¨®n nacionalista haya dado motivos para ello. Si a los Egibar y compa?¨ªa no les import¨® salirse hace un a?o del Partido Popular Europeo (el grupo originariamente democristiano del Parlamento Europeo) para integrarse en el de Los Verdes, fue porque les incomodaba la presi¨®n que para sus planes soberanistas supon¨ªa la pertenencia a esa formaci¨®n internacional. Y son los Guevara y los Arregi, partidarios de un nacionalismo integrador, por oposici¨®n al etnicista hoy dominante, quienes m¨¢s tienen que perder con esta torpe maniobra del PP.
Sin embargo, deber¨¢n reconocer los dirigentes del PNV que se han ganado a pulso su aislamiento actual.La ruptura con la tradici¨®n autonomista, so pretexto de convencer a ETA de que podr¨ªa alcanzar la independencia sin violencia, ha sido una operaci¨®n aventurera planteada a expensas de la mitad no nacionalista de la poblaci¨®n. As¨ª se les advirti¨® desde medios y foros diversos. Y hasta la presunci¨®n de buena fe ha perdido fuerza una vez que a la ruptura de la tregua no sigui¨® el abandono de Lizarra, Udalbiltza y dem¨¢s criaturas del pacto con ETA. Sin esos errores, el PP no habr¨ªa sido capaz de convencer a la casi totalidad de los miembros de la IDC de que respaldaran su err¨®nea propuesta de expulsar al PNV. Y este partido no habr¨ªa tenido que pasar por el amargo trance de decir agur a 53 a?os de su propia historia.
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