Leer a los cl¨¢sicos
Oreja de plata a El Arriero
Malo es, hoy d¨ªa, que un zagal aventure vocaci¨®n torera. Peor ha sido en otras ocasiones, cuando la precisa ten¨ªa un pincho y se quedaban en las orillas del camino unos dramas que nunca dejaban de serlo.Hoy en d¨ªa, con las neveras, al menos, moderadamente llenas, el problema est¨¢ en el ejemplo y la bibliograf¨ªa, en qui¨¦n se fijan y qu¨¦ leen, puesto que se les supone ilustrados.
Criado / Saavedra, Ortega, Dorado
Cinco novillos de Juan Manuel Criado y 3? de Criado-Holgado, blandos y manejables.Antonio Saavedra: tres pinchazos -aviso- y seis descabellos (silencio); estocada tendida (oreja). Eduardo Ortega: pinchazo y media perpendicular ca¨ªda (vuelta); media estocada baja (ovaci¨®n y saludos). Andr¨¦s Luis Dorado: estocada (dos orejas); cuatro pinchazos (ovaci¨®n y saludos). Plaza de Ja¨¦n, 16 de octubre. 2? corrida de abono. Menos de media entrada.
Dec¨ªa Juan Belmonte, a trav¨¦s de Chaves Nogales, que, en las correr¨ªas nocturnas de Tablada, prefer¨ªa pasarse los toros cerca, sinti¨¦ndolos, a fin de que no se alejaran en la oscuridad y pudieran venirse encima de forma inoportuna por imprevista. Era la cercan¨ªa el terreno m¨¢s seguro para controlar al enemigo sin perderlo nunca de vista.
Esto, a pesar de haber sido repetidamente evitado, permanece oculto a la grey taurina novata, que gusta de beber en los ejemplos que les hacen contemplar la salvaci¨®n en la lejan¨ªa y en el oficio que permite pasar a los toros y repasarlos lo m¨¢s a salvo posible y, desde luego, sin contenido.
Administran pases durante horas sin que a los tendidos suba la m¨¢s m¨ªnima emoci¨®n. El oficio est¨¢ para moldear la personalidad, para ayudar a decir lo que se quiere, pero nunca para cimentar el vac¨ªo ni echar fundamentos a la nada.
Antonio Saavedra despach¨® dos novillos consentidores, de los que ahora dicen que se dejan, dos confituras; lo amargo lo puso el torero, ligero de piernas, presto a poner distancia y huero en el decir. Ni con uno ni con otro se acopl¨® y la oreja fue consecuencia de la rapidez en pasaportar al cuarto.
Eduardo Ortega tampoco hab¨ªa le¨ªdo el fragmento citado; tiene la marcha atr¨¢s incorporada y, cuando abre el comp¨¢s, lo hace al rev¨¦s, por el lado del pincho. Escaso bagaje que precisa de mucha reflexi¨®n, pues no parece que su sitio est¨¦ allende la barrera.
Andr¨¦s Luis Dorado recibi¨® al sexto novillo a porta gayola y jug¨® los brazos en ambos liando los pies. El atanasio, que se revolv¨ªa como una bala, lo encontr¨® siempre enfrente, aunque no siempre de la mejor manera, pues hab¨ªa que atemperar mucho la embestida.
La mejor serie de Dorado fue, l¨®gicamente, la de mayor templanza y las orejas fueron por dem¨¢s. En el sexto estuvo algo m¨¢s reposado, el novillo exig¨ªa menos y marr¨® con la espada. Puede que del oficio saque alg¨²n beneficio, pero hay que leer a los cl¨¢sicos y comprender lo que se lee.
El domingo se celebr¨® en la Monumental Plaza M¨¦xico la novillada de la Oreja de Plata, con un tercio de entrada, informa desde M¨¦xico Raymundo V¨¢zquez Villalobos. Aunque el trofeo, que debi¨® haberse declarado desierto, se lo dieron a El Arriero, el triunfador del festejo fue el enrazado encierro de Real de Valladolid.Mejor deb¨² no podr¨ªa haber tenido la ganader¨ªa michoacana de Florentino Ram¨ªrez Villal¨®n, pues de sus novillos, presentables y encastados, fueron aplaudidos cuatro en el arrastre y el quinto mereci¨® arrastre lento.
A este quinto El Arriero (aviso y vuelta por su cuenta), lo recibi¨® con una larga cambiada, se luci¨® en gaoneras, lo mulete¨® con armon¨ªa y traz¨® dos series de bellos naturales, pero su actuaci¨®n con el acero fue desastrosa.
Los restantes novilleros candidatos a la Oreja de Plata tuvieron el siguiente resultado: Leopoldo Casasola, vuelta por su cuenta; C¨²chares, silencio; Carlos Garc¨ªa M¨¦ndez, silencio, y El Pausado, silencio. Actu¨® el rejoneador Jorge Hern¨¢ndez III, que tuvo aviso y palmas.
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