Clinton extrema la presi¨®n sobre Arafat y Barak para que la cumbre de Egipto no fracase

Siete hombres, un objetivo y poco tiempo. Mubarak, Clinton, Barak, Arafat, el rey Abdal¨¢, Solana y Annan segu¨ªan intentando esta madrugada salir del centro de conferencias de Sharm el Sheij con un compromiso que acabara con 18 d¨ªas de violencia entre israel¨ªes y palestinos. Todos sab¨ªan que hac¨ªan falta m¨¢s que buenas palabras. "No podemos fracasar", dijo significativamente el presidente norteamericano al inaugurar la cumbre convocada de urgencia en este enclave del mar Rojo egipcio para evitar el espectro de la guerra.

Despu¨¦s de una cena concebida para relajar el ambiente y un caf¨¦ en el jard¨ªn, continuaban las entrevistas bilaterales para tratar de pulir el borrador de declaraci¨®n que los ministros de Asuntos Exteriores hab¨ªan preparado horas antes. El objetivo era sacar adelante un acuerdo que permitiera restablecer la comunicaci¨®n entre israel¨ªes y palestinos. Pero las sensibilidades de unos y otros obligaban a verdaderos ejercicios sem¨¢nticos. "Hay posibilidades de un acuerdo, pero hace falta valent¨ªa", aseguraba una colaboradora del represtante europeo, Javier Solana. Atenazados por el peso de sus respectivas opiniones p¨²blicas, los dirigentes luchaban con las palabras. A esas horas, los israel¨ªes ya hab¨ªan aceptado la necesidad de un repliegue de sus tropas ( rechazaron el t¨¦rmino "retirada", por duro) pero faltaba establecer la secuencia. ?Qu¨¦ deb¨ªa ser primero, el alto el fuego o el repliegue? "Todav¨ªa nos enfrentamos a la violencia. S¨®lo cuando ¨¦sta cese ser¨¢ posible retirar las tropas", defend¨ªa Avi Pazner, uno de los portavoces israel¨ªes.

Pero el verdadero hueso segu¨ªa siendo, como en los d¨ªas previos a la cumbre, la investigaci¨®n internacional sobre lo sucedido que exig¨ªan los palestinos. "Unos quieren una misi¨®n investigadora amplia, los otros hablan de un proceso de esclarecimiento con participantes limitados", explicaba a EL PA?S una fuente cercana a las negociaciones. Se trataba entonces de encontrar una redacci¨®n aceptable por todos y que permitiera tanto al primer ministro israel¨ª, Ehud Barak, como al presidente palestino, Yasir Arafat, salvar la cara ante sus respectivas opiniones p¨²blicas.

Los mediadores internacionales, Solana, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, e incluso el propio Clinton, ped¨ªan algo m¨¢s. Sus asesores trabajaban para encontrar un asidero que en un plazo razonable de tiempo permitiera reanudar el proceso de paz. "Tiene que ser parte del acuerdo", explicaba un diplom¨¢tico europeo.

El camino hasta all¨ª no fue f¨¢cil. El anfitri¨®n, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, recibi¨® por separado a cada uno de los otros participantes antes de convocarles a todos a su despacho al filo de la una de la tarde. Era la primera vez desde hace d¨ªas que Arafat y Barak se ve¨ªan cara a cara. "El m¨¢s tenso de todos era, sin duda, Barak", relat¨® un funcionario que presenci¨® el momento.

Hab¨ªa motivos para ello. Incluso en la distribuci¨®n f¨ªsica de los espacios, deb¨ªa sentirse un poco aislado. La oficina que le atribuy¨® el servicio de protocolo, al lado de la de Clinton, quedaba en el otro extremo del patio interior en donde se hallaba el despacho de Arafat, flanqueado ¨¦ste por el rey Abdal¨¢ de Jordania y los representantes de la ONU, Kofi Annan, y la UE, Javier Solana. En medio de las dos alas, el presidente egipcio.

La apertura formal de la cumbre estuvo desprovista de cualquier asomo de euforia. S¨®lo dos discursos, los de Clinton y Mubarak. Los copatrocinadores fueron al grano. El rais, en un discurso muy duro, dirigido sobre todo a la opini¨®n p¨²blica ¨¢rabe, subray¨® que se hab¨ªa visto obligado a convocar la reuni¨®n a la vista de las "dif¨ªciles circunstancias que vive la regi¨®n" desde que se inici¨® la revuelta palestina.

No eludi¨® referirse a la pol¨¦mica visita a la Explanada de las Mezquitas del l¨ªder conservador israel¨ª, Ariel Sharon, admitida como desencadenante de la violencia. Mubarak la califico de suceso "provocador", frente al que pidi¨® firmeza. El presidente egipcio arriesga en esta cumbre su prestigio personal, ya que sus conciudadanos le reclaman que apoye la causa palestina, pero la situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de su pa¨ªs le exige prudencia en ese apoyo. Un fracaso podr¨ªa colocarle en una dif¨ªcil situaci¨®n en su propia casa.

Clinton, conciliador pero firme, advirti¨® de que "el futuro del proceso de paz y la estabilidad en la regi¨®n estaban en juego". El presidente norteamericano pidi¨® a israel¨ªes y palestinos que dejen de culparse unos a otros por la violencia. "Para tener ¨¦xito hay que ir m¨¢s all¨¢ de qui¨¦n es el culpable", dijo. "Tenemos que centrarnos en el d¨ªa de ma?ana, y en el d¨ªa siguiente y en el d¨ªa siguiente", a?adi¨®, tratando de impregnar la reuni¨®n con su habitual entusiasmo.

Doce horas despu¨¦s, ese optimismo no se hab¨ªa traducido en hechos, pero todos parec¨ªan decididos a no dejar escapar la ocasi¨®n.