La nueva bohemia
Par¨¢frasis
Rent: la renta, el alquiler: del piso, que a veces es una buhardilla, o una nave industrial abandonada. Pagar el alquiler era una obsesi¨®n en el mundo bohemio, y en el no bohemio de las clases empobrecidas, y el casero era un personaje obsesivo con sus recibos en la mano y su gesto agrio.En Espa?a es, generalmente, m¨¢s grave: se ha creado una naci¨®n de propietarios pobres -hay unas excepciones de ricos o riqu¨ªsimos- y la angustia est¨¢ en pagar la letra, el plazo, y la renuncia del banco, y su inclusi¨®n en la lista de morosos, y el embargo... En Nueva York, donde se desarrolla esta obra, est¨¢n todav¨ªa en el sistema de alquiler, y la bohemia que muere de fr¨ªo.
Rent
Rent, libreto, letras y m¨²sica de Jonathan Larson. Int¨¦rpretes: Pablo Puyol, Daniel Angl¨¦s, Jorge Fern¨¢ndez-Hidalgo, Damaris Mart¨ªnez, Jano, Sandra de Victoria, Manoli Nieto, Martz, Benjam¨ªn Conesa, Juan V¨¢zquez, Xaro Campo. Direcci¨®n de m¨²sica: Sergi Cuenca. Coreograf¨ªa, escenograf¨ªa, vestuario, iluminaci¨®n, arreglos musicales y direcci¨®n de escena de Michael Greeif, de la producci¨®n original en Nueva York. Teatro Coliseum, Madrid.
Como en La boh¨¨me: el autor no tiene duda en advertirnos de que es lo que est¨¢ parafraseando, y media docena de notas de guitarra lo recuerdan desde el principio, y la llegada de Mini -mi chiamano Mini- con su vela apagada a pedir un poco de lumbre a: bueno, a Roger, se llama aqu¨ª.
Lo dem¨¢s son otras par¨¢frasis. Ya apenas se muere de tisis y de inanici¨®n, pero s¨ª de droga, de sobredosis, de sida. La pesadumbre y el miedo son los mismos; y las esperanzas de gloria, temo, mucho menores. El propio autor, Jonathan Larson, muri¨® poco despu¨¦s del estreno feliz y aclamado de esta obra: la gloria y la fortuna han ido a parar a sus herederos.El estreno produjo sorpresa en Nueva York, donde pas¨® de fuera de Broadway al centro de Broadway. Puede que aqu¨ª suceda lo mismo: la costumbre del musical edulcorado, de la f¨¢bula sentimental y las canciones y las coreograf¨ªas amables, aunque buenas, se interrump¨ªa por esa opera rock: interes¨®, y espero que interese en Espa?a en la misma medida.
Hay aqu¨ª una misma bohemia, unos mismos barrios duros, unas muertes iguales. Y la m¨²sica popular ya no sorprende a nadie. Aqu¨ª tiene muy buena calidad: no s¨®lo por el car¨¢cter original, sino por su ejecuci¨®n por el grupo y la calidad popular de sus cantantes.
No soy especialista en el g¨¦nero, y temo que en nada; ni siquiera soy partidario de los sonidos electr¨®nicos. Sin embargo, s¨ª lo soy de lo que est¨¢ bien hecho, el n¨²mero trabajado, las voces de los cantantes, pasa por encima de la ignorancia.
El p¨²blico con el que vi la representaci¨®n no era especialmente joven, entr¨® f¨¢cilmente en la obra, se entusiasmo con algunos n¨²meros personales y aplaudi¨® con insistencia al final, no sin gritos de entusiasmo. Merece buena suerte.
Babelia
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