El cabrero ol¨ªmpico
Buitres, cerdos ib¨¦ricos y prados se suceden en una ruta que atraviesa el Parque Natural de Grazalema
All¨¢ donde la cresta caliza del cerro se parte en dos, el cabrero dio un salto magn¨ªfico y ol¨ªmpico. Persegu¨ªa a una cabra que hab¨ªa osado saltar la gran brecha o hu¨ªa del demonio, qui¨¦n sabe, que las leyendas se despachan al peso para explicar el origen del nombre del lugar. Lo cierto es que el salto del Cabrero es uno de los perfiles m¨¢s caracter¨ªsticos del Parque Natural de Grazalema (C¨¢diz). Si se mira desde Grazalema, detr¨¢s del salto, con la alianza de los d¨ªas claros, se observa el pantano de los Hurones, cuyo nivel de agua alcanza ahora menos de la mitad. Detr¨¢s de los Hurones, el de Guadalcac¨ªn II. M¨¢s all¨¢, el oc¨¦ano Atl¨¢ntico. Al caer la tarde, el espect¨¢culo es hermoso: las tres oquedades acu¨¢ticas se filtran en el paisaje como manchas de plata sobre los montes oscurecidos.Al salto del Cabrero, y a la continuaci¨®n de la segunda parte de la ruta hasta Benaocaz, se accede desde la carretera que une Grazalema con Benamahoma. La aglomeraci¨®n de coches en el arc¨¦n de la carretera delata el lugar exacto, donde existe un merendero techado con seis bancos de cemento. Es el punto de partida. Hay que tomar el camino hacia la derecha y salvar una primera angarilla -un t¨¦rmino al que el DRAE y el Seco s¨®lo le reconocen la definici¨®n de andas para transportar materiales o personas, pero que ser¨¢ el ¨²nico vocablo v¨¢lido si quiere entenderse con los lugare?os- de madera y alambre. Conviene cerrarla porque hay ganado bovino suelto en la finca. El camino est¨¢ se?alado por flechas, en los ¨¢rboles o pintadas en piedras.
La ruta, que no ofrece dificultad en su primer tramo y se puede practicar acompa?ado con menores -algunos lo hacen con carrito de beb¨¦ con ruedas apropiadas-, se inicia con un descenso lento. Sin perder el valle de vista, el recorrido es placentero, suave y muy recomendable para oxigenarse: la apertura del valle, a la derecha, confiere al paseo sensaci¨®n de amplitud. La carretera de Benamahoma, que queda siempre a la diestra, serpentea la base de un macizo que configura la cara sur del pinsapar; es una muralla rocosa que abriga tesoros bot¨¢nicos, exclusividad que comparte con Sierra Bermeja y la Sierra de las Nieves. La siguiente cancela est¨¢ a unos 300 metros de la primera. A partir de ah¨ª, se inicia una secuencia de repechos m¨¢s prolongados, aunque ninguno insalvable. A la izquierda, impresionantes quejigos viejos, separados 50 metros entre s¨ª, jalonan la ladera, forrada de matorral mediterr¨¢neo (jerguen, lentiscos...) y rematada por bandadas de chovas piquirrojas que revolotean los canchales.
El ¨²ltimo descenso deja al caminante en el cortijo de las albarradas, deshabitado y dedicado a la cr¨ªa de cochinos ib¨¦ricos, puestos en montanera en un encinar pr¨®ximo, donde pacen, retuercen su pata negra y parecen sanos y fibrosos con tanto ox¨ªgeno en la atm¨®sfera. La casa se abandona a la derecha y se cruza la tercera angarilla. El recorrido hasta ese punto ronda los 1.000 metros.
Cerrada la cancela, el valle comienza a desdibujarse, tapado por pinos y encinas y se abre un magn¨ªfico prado. Las flechas verdes y negras en las piedras indican la direcci¨®n del camino, que discurre sobre un suelo regado de piedras y zajanos en los que se han acumulado las de tama?o medio. Hay enormes encinas huecas y, engastado en la pared caliza, un nido de buitres leonados. En el prado hallar¨¢ pastando un caballo casta?o que se ha aficionado a los restos de pasteler¨ªa industrial de los excursionistas y a husmear en las mochilas.
Caminando hacia delante se encuentra una segunda cortijada y comienza el ascenso hacia un puerto, desde donde se puede acceder al salto del Cabrero. Si se contin¨²a adelante, aguarda un camino con fuerte bajada y, en una hora aproximadamente, se llega a Benaocaz. Si se hace el recorrido completo, es necesario disponer de un veh¨ªculo de apoyo en este pueblo para regresar a Grazalema. En el salto suele haber otros c¨®rvidos graznando, majuelos, y una perspectiva del parque estupenda; pero del cabrero, ni rastro.
Buque insignia serrano
- D¨®nde. Se puede entrar por el puerto del Boyar, a cuatro kil¨®metros de Grazalema, en la carretera C-344, entre Benamahoma y Grazalema, que est¨¢ a 120 kil¨®metros de C¨¢diz y a 80 de Jerez. - Cu¨¢ndo. ?sta es una buena ¨¦poca para hacer el recorrido, antes de que las lluvias enfanguen el suelo y lo hagan resbaladizo y, en tramos, impracticable. La primavera tambi¨¦n invita a recorrerlo.
- Alrededores. Grazalema (2.400 habitantes, 823 metros de altitud) es el buque insignia del turismo en el parque. En el pueblo se pueden visitar las iglesias de la Encarnaci¨®n (siglo XVII) o la de Nuestra Se?ora de la Aurora (XVIII). Gastronom¨ªa: magn¨ªfico queso de oveja y cabra, chacinas y sopa de Grazalema (con chorizo y pan). Hay tiendas para comprar mantas y objetos de piel y material para acampar.
- Y qu¨¦ m¨¢s. Informaci¨®n en la oficina de turismo municipal (956 13 22 25) y en la del parque (956 72 70 29).
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