Una visita arriesgada
El viaje de Clinton a Corea del Norte, un pa¨ªs que a¨²n no ha salido de la 'lista negra', inquieta a los diplom¨¢ticos occidentales
Hace tan s¨®lo seis a?os Estados Unidos y Corea del Norte no anduvieron muy lejos del enfrentamiento armado, cuando el programa nuclear de este ¨²ltimo pa¨ªs caus¨® alarma en Washington, Tokio y Se¨²l. Ahora, en cambio, el presidente norteamericano, Bill Clinton, se dispone a concluir su mandato con un viaje, a finales de noviembre, al ¨²ltimo reducto del estalinismo, que dirige con mano de hierro Kim Jong-il.Aunque Clinton va a traspasar el ¨²ltimo pedazo del tel¨®n de acero que a¨²n subsiste en Asia con una dimensi¨®n hist¨®rica, el desplazamiento conlleva tambi¨¦n serios riesgos para el presidente de la primera superpotencia si no logra las concesiones que ambiciona.
Medio centenar de funcionarios estadounidenses preparan desde el mi¨¦rcoles en Pyonyang la primera visita a la capital norcoreana de un miembro del Gobierno de EE UU. La secretaria de Estado, Madeleine Albright, saldr¨¢ el domingo rumbo al pa¨ªs m¨¢s herm¨¦tico de la tierra donde organizar¨¢, a su vez, la estancia, en la segunda quincena de noviembre, de su presidente, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas surcoreanas.
En la decisi¨®n de Clinton de ir a estrechar la mano del primer mandatario comunista que ha heredado su cargo de su padre, han intervenido razones personales y pol¨ªticas. Decepcionado por los reveses sufridos en Oriente Pr¨®ximo, donde los choques entre palestinos e israel¨ªes ponen en entredicho sus anteriores ¨¦xitos, el presidente ha querido probablemente efectuar un viaje espectacular que d¨¦ relumbr¨®n a su pol¨ªtica exterior. Los desplazamientos sucesivos de Albright y Clinton suponen tambi¨¦n la asunci¨®n por EE UU del protagonismo en el proceso de reconciliaci¨®n entre las dos Coreas que, por un momento, en junio, ejerci¨® el presidente surcoreano, Kim Dae-jung, cuando fue a Pyongyang para abrazarse con su adversario. Aun as¨ª, los surcoreanos no se lo han tomado a mal. "Aprobamos la iniciativa de Clinton", declaraba el ministro de la Unificaci¨®n, Jae Kyu Park, porque contribuye a consolidar la coexistencia pac¨ªfica.
Apoyo al terrorismo
Para que la Casa Blanca se decida a emprender el viaje, a¨²n no anunciado oficialmente, a un pa¨ªs incluido en su lista negra por su apoyo al terrorismo, el n¨²mero dos del r¨¦gimen norcoreano, el vicemariscal Jo Myong-rok, debi¨®, cuando estuvo en Washington este mes, darle algunas garant¨ªas de que no dejar¨¢ Pyongyang con las manos vac¨ªas. La principal exigencia de Washington es que Pyongyang renuncie a seguir adelante con su programa de desarrollo y exportaci¨®n de misiles aunque tambi¨¦n persigue otras concesiones, como el despliegue de su mastod¨®ntico Ej¨¦rcito de forma menos agresiva a lo largo de la l¨ªnea de demarcaci¨®n; el cese de su amparo a grupos terroristas, etc¨¦tera.La interrupci¨®n de programa "ser¨¢ muy laboriosa de lograr", opina Park Jong Chol, director en Se¨²l de la cooperaci¨®n intercoreana, porque la venta de cohetes a pa¨ªses como Siria, Libia, Irak o Ir¨¢n supone una importante fuente de divisas para un r¨¦gimen asfixiado. En anteriores ocasiones, Pyongyang hab¨ªa exigido enormes compensaciones para suspender el programa y no le bastaba con ser borrado de la lista negra. Acaso, esta vez, suscriba un acuerdo marco pero despu¨¦s ser¨¢ muy dif¨ªcil de ponerse de acuerdo sobre la letra peque?a. Pero el mayor riesgo que har¨¢ correr Clinton a EE UU no est¨¢ en la pen¨ªnsula coreana. "Mimando a Corea del Norte porque sus misiles y sus centrales nucleares suponen una amenaza, el presidente va a dar ideas a pa¨ªses que sue?an con salir de su aislamiento y gozar de un trato privilegiado por parte de EE UU", se?ala un diplom¨¢tico europeo en Se¨²l. "Si yo fuese Hafez el Asad o el jefe de los ayatol¨¢s iran¨ªes me pondr¨ªa a fabricar misiles para que EE UU me hiciera caso y su presidente me viniera a visitar", a?ade el diplom¨¢tico. Clinton va a hacer reflexionar a unos cuantos dictadores que, a lo largo de estos ¨²ltimos a?os, han tenido una actitud m¨¢s responsable que el norcoreano Kim Jong-il pero no han sido premiados.
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