Un cient¨ªfico espa?ol renuncia a dirigir un gran proyecto europeo del genoma por falta de medios
Los 12 principales grupos de la UE especializados en secuenciaci¨®n le ofrecieron el puesto
La falta de medios y de "condiciones de trabajo" han hecho que el prestigioso cient¨ªfico espa?ol Jordi Garc¨ªa Fern¨¢ndez renuncie a la coordinaci¨®n de un proyecto europeo para la secuenciaci¨®n del genoma de un important¨ªsimo animal, el anfioxo. El proyecto agrupa a 12 de los principales grupos europeos especializados en secuenciaci¨®n, entre ellos el Sanger Center brit¨¢nico y el consorcio franc¨¦s, que fueron esenciales en el genoma humano. La aceptaci¨®n de la propuesta hubiera significado para Espa?a liderar una iniciativa de gran trascendencia cient¨ªfica: el anfioxo representa el ancestro de los vertebrados.
Liderazgo europeo
El genoma de este peque?o animal podr¨ªa aportar informaci¨®n b¨¢sica para entender c¨®mo se produjo la evoluci¨®n y los mecanismos que dirigen el desarrollo embrionario de todos los animales, humanos incluidos."No pod¨ªa aceptar la propuesta", dice lac¨®nicamente Garcia Fern¨¤ndez cuando se le pregunta por los motivos que le obligaron a declinar el pasado mes de junio la propuesta de coordinaci¨®n del macroproyecto europeo. "S¨®lo de pensarlo", contin¨²a, "se me hac¨ªa una monta?a". La monta?a de este investigador de 36 a?os, profesor titular del departamento de Gen¨¦tica de la Universidad de Barcelona (UB) y un¨¢nimemente reconocido por la comunidad cient¨ªfica internacional, tom¨® cuerpo de inmediato en forma de papeles y burocracia, para traducirse luego en falta de espacio, de tiempo y de medios. "?C¨®mo pod¨ªa aceptar con las dificultades que tengo para impulsar proyectos de menor volumen?", exclama.
Apat¨ªa y depresi¨®n
El proyecto empez¨® a fraguarse hace unos meses, cuando el genoma humano estaba casi concluido. De la mano del consorcio p¨²blico franc¨¦s Genoscope surgi¨® la idea de constituir una gran iniciativa europea que liderara la secuenciaci¨®n del genoma de anfioxo. En junio pasado se produjo una primera reuni¨®n en la que participaron investigadores de Lyon, Marsella, Par¨ªs, Berl¨ªn, Reading (Reino Unido) y Barcelona, y en la que se sentaron las bases para una colaboraci¨®n.En esa misma reuni¨®n se anunci¨® el inter¨¦s de Jap¨®n y del prestigioso Sanger Center brit¨¢nico, y qued¨® claro el inter¨¦s de la UE por financiar el proyecto. Fue cuando Garcia Fern¨¤ndez recibi¨® la propuesta, un¨¢nime, para liderar el grupo internacional. Su respuesta fue resignada y tajante: "No puedo".
Los motivos que le llevaron a declinar el ofrecimiento son de car¨¢cter estructural y, como indica ¨¦l mismo, en l¨ªnea con la situaci¨®n que vive la ciencia espa?ola. B¨¢sicamente, falta de espacios y de medios, escasez de personal, un exceso de carga docente y burocr¨¢tica y poca disponibilidad de equipamientos cient¨ªficos de un cierto nivel. A ello a?ade una percepci¨®n de "colapso permanente" que impide el normal funcionamiento de cualquier proyecto cient¨ªfico.
Las carencias se traducen en su caso en un despacho de 16 metros cuadrados que comparten cuatro investigadores con sus respectivos becarios, 3 metros lineales de poyata (la mesa de trabajo del laboratorio) por los que suelen pelearse hasta seis investigadores y 200 horas de docencia al a?o, adem¨¢s de las incontables jornadas de trabajo dedicadas a resolver papeleo de todo tipo. De lo que no se queja Garcia Fern¨¤ndez es de falta de recursos econ¨®micos, a pesar de que cuenta con tan solo 10 millones de pesetas anuales con los que sufragar los sueldos de seis becarios y encarar sus proyectos de investigaci¨®n. En esta cantidad no se incluyen ni el material ni el equipamiento cient¨ªfico, por otra parte "insuficientes", considera Garcia Fern¨¤ndez, para su trabajo.
Desde los ¨®rganos rectores de la Universidad de Barcelona, que han admitido desconocer la situaci¨®n del joven investigador, se achaca su negativa a liderar el grupo internacional a la situaci¨®n de "apat¨ªa y depresi¨®n" en que vive instalada la ciencia espa?ola. En opini¨®n de Marius Rubiralta, vicerector de investigaci¨®n de la UB, el caso de Garcia Fern¨¤ndez se podr¨ªa haber resuelto "en una semana" si el investigador hubiera planteado la propuesta. "No nos dijo nada", indica Rubiralta, no sin antes se?alar: "Entiendo que no lo hiciera". Tambi¨¦n a?adi¨®: "Los investigadores viven al l¨ªmite. Cuando no es por razones econ¨®micas, es por falta de espacios o infraestructuras, cuando no de seguridad en los laboratorios"."En esta situaci¨®n", a?ade, "es comprensible que se malogren muchas iniciativas". La ¨²nica opci¨®n, afirma, pasa por la inversi¨®n y por "soluciones de choque" para los problemas m¨¢s sangrantes. Pero esos problemas, dice, "deben comunicarse". En el caso de la UB, y a medio plazo, estas soluciones vendr¨ªan dadas por nuevos laboratorios, actualmente en fase de construcci¨®n, y por la pr¨®xima inauguraci¨®n de su parque cient¨ªfico, donde se espera reubicar a grupos de investigaci¨®n punteros.
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