El presidente filipino pierde el apoyo de la coalici¨®n que le llev¨® al poder
La situaci¨®n del presidente de Filipinas, Joseph Estrada, se deteriora cada d¨ªa. Con la calle, la Iglesia cat¨®lica y la oposici¨®n en contra, Estrada depende s¨®lo de su mayor¨ªa en el Congreso y en el Senado. Pero ayer, uno de los senadores m¨¢s importantes de Filipinas, aliado de Estrada y cabeza de la rebeli¨®n popular que tumb¨® al dictador Ferdinand Marcos en 1986, Juan Ponce Enrile, solicit¨® la reforma constitucional para permitir la convocatoria de elecciones anticipadas. El gesto es claro, equivale a una petici¨®n de dimisi¨®n.
El papel de la vicepresidenta
Ponce Enrile, que fue ministro de Defensa con la popular presidenta Coraz¨®n Aquino, representa s¨®lo un voto, pero su carisma puede arrastrar a otros muchos legisladores, miembros actuales de la coalici¨®n que sustenta a Estrada en la presidencia. La petici¨®n de Ponce Enrile llega en un momento clave, dos d¨ªas despu¨¦s de que un grupo de 42 diputados pusiera en marcha el mecanismo legal para destituir al presidente.La actual Constituci¨®n no permite la convocatoria de elecciones anticipadas. Para Ponce Enrile, la enmienda propuesta abrir¨ªa una segunda v¨ªa para dejar atr¨¢s la crisis. "Se trata de una medida urgente, necesaria y posible para salir de la actual situaci¨®n", dijo. Enrile considera que, de este modo, Estrada dispondr¨ªa de la oportunidad de refrendar su mandato (que acaba en 2004) en las urnas.
Al presidente filipino se le acusa de corrupci¨®n. Dos casos son los que le han salpicado: el jueteng, un juego ilegal, del que se dice que Estrada cobr¨® 3,6 millones de d¨®lares, y el soborno de una tabacalera por valor de cinco millones de d¨®lares. Estrada niega ambas acusaciones. Ayer, incluso, dijo que sus rivales "no son verdaderos filipinos" y que ignoran a los millones de pobres del pa¨ªs.
Los observadores locales creen que las corruptelas, pese a que puedan ser ciertas, representan la excusa para derribar a un pol¨ªtico (antes actor) que ha demostrado en los meses que lleva en el cargo una gran incompetencia. La grave situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs, con el peso en su peor cotizaci¨®n, ha ayudado a movilizar la calle, y representa un peligro de erosi¨®n ante esos mismos pobres de los que Estrada se declara valedor.
Las manifestaciones distan a¨²n del people's power que, en 1986, derroc¨® a la dictadura marital de Marcos e Imelda. En las nuevas demostraciones se encuentran algunas de las figuras se?eras de la recuperaci¨®n democr¨¢tica como Cory Aquino y el cardenal Jaime Sin, cabeza de la Iglesia filipina.La declaraci¨®n de Ponce Enrile es importante, porque se trata de otra de las figuras claves del people's power y porque era miembro de la coalici¨®n que apoya a Estrada. El siguiente paso ser¨ªa dejarse ver entre los manifestantes junto a Aquino y la vicepresidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, la beneficiada de una eventual ca¨ªda de Estrada. Esta foto puede ser a¨²n prematura, pues los intereses son distintos. Arroyo, por ejemplo, rechaz¨® con rapidez la propuesta de Enrile con la excusa de que no es legal (y porque le privar¨ªa de heredar la presidencia).
Aquino, por su parte, reiter¨® ayer su petici¨®n para que el presidente dimita; pero sobre esa misma idea a?adi¨® una variante: la salida temporal hasta que se aclaren las acusaciones. "Alguien est¨¢ mintiendo, y mintiendo bien", afirm¨® Aquino.
Para a?adir m¨¢s dramatismo a esta dura pugna pol¨ªtica, la isla de Luz¨®n, la m¨¢s grande del archipi¨¦lago, se qued¨® ayer sin luz el¨¦ctrica, como en los tiempos del people's power. El fallo, cuyo origen se desconoce, afect¨® tambi¨¦n a la populosa Manila.
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