Que no pare el canto
Los 'negros'
I Puritani
De Bellini. Con Mariella Devia, Carlos ?lvarez, Jos¨¦ Sempere, Giacomo Prescia, M. ?. Zapater, Maite Arruabarrena y Manuel de Diego. Director musical: M. ?. G¨®mez Mart¨ªnez. Director de escena: Charles Roubaud. Teatro Maestranza de Sevilla. 25 de octubre.
De Bellini a Bellini. El teatro Maestranza termin¨® su anterior temporada de ¨®pera con Norma y empieza la actual con I Puritani. Sevilla se est¨¢ definiendo como plaza belliniana. Hay unos lazos sutiles entre el toreo al natural y el canto en estado puro. No es, pues, disparatado que Sevilla, tan taurina, reclame un cierto protagonismo por un autor que representa la irresistible seducci¨®n de la melod¨ªa, la levedad del canto, por as¨ª decirlo, al natural. Sobre todo, ahora, con Curro retirado.Hay que dejarse llevar por ese torrente de belleza fuera del tiempo, dejar un poco aparcado todo lo que no sea la voz. Dec¨ªa Sergio Segalini que el canto de Bellini est¨¢ hecho "de imaginaci¨®n y de sue?o, de ¨¦xtasis y de rebeli¨®n, de tensi¨®n y de abandono". Por eso, el abandono hasta las fronteras del ¨¦xtasis, a que invita Bellini, lleva en s¨ª mismo una forma de rebeli¨®n. No es casual que en un libro reciente sobre los desamparados como es King, de John Berger, en el ambiente de sordidez de los pobres m¨¢s pobres de las grandes ciudades, cuando surge una cita musical es precisamente Qui la voce de I Puritani, al comenzar la escena de la locura de Elvira en el segundo acto. "Rendetemi la speme, o lasciatemi morir" ("devolvedme la esperanza o dejadme morir"), dice la desconsolada protagonista. A los personajes de suburbio de Berger, este canto les hace compa?¨ªa. Por algo ser¨¢.
El bel canto para el tiempo si las voces est¨¢n en consonancia con sus exigencias. En Sevilla lo estuvieron. Alfredo Kraus dec¨ªa que el rol de tenor en una ¨®pera como I Puritani era inhumano. El alicantino Jos¨¦ Sempere no parte de la misma fragilidad cristalina, pero cuando empez¨® el A te cara, en cierto modo el esp¨ªritu de Kraus resucit¨®. Un escalofr¨ªo. El canto de Sempere posee fuerza, valent¨ªa, seguridad, densidad, dominio de la zona aguda y alguna tosquedad. La soprano Mariella Devia interioriza hasta el ¨²ltimo suspiro el personaje de Elvira. Qu¨¦ delicia abandonarse a su dominio de las esencias belcantistas. Importa poco alguna nota nasal ante la magnitud de su trabajo como gran artista. Su actuaci¨®n conmueve, emociona, estremece.
El bar¨ªtono Carlos ?lvarez est¨¢ inmenso; llena la escena con la nobleza de su lirismo encendido, con la elegancia de su fraseo, con la riqueza de su expresi¨®n. El bajo Giacomo Prescia revela homogeneidad, fidelidad de estilo, igualdad en todos los registros. El d¨²o del final del segundo acto entre bar¨ªtono y bajo fue espl¨¦ndido. Es d¨ªf¨ªcil evitar el recuerdo de que sustituyendo tromba por irrintzi, y alguna otra palabra, ha servido como himno independentista en el Pa¨ªs Vasco. En fin, que los negros se han colado hasta en la ¨®pera.Voces espa?olas e italianas -una forma de emisi¨®n, un color espec¨ªfico- para una fiesta del canto. Con solvencia tambi¨¦n respondieron Miguel ?ngel Zapater, Maite Arruabarrena y Manuel de Diego en papeles menores. Y el coro. G¨®mez Mart¨ªnez se mostr¨® como un magn¨ªfico concertador, especialmente a partir del segundo acto. En el primero, alguna rigidez y alg¨²n punto de esquematismo no impidieron que el orden estuviese siempre presente, pero a partir del segundo los detalles expresivos aumentaron y la atm¨®sfera fue m¨¢s sutil.
La direcci¨®n de escena de Charles Roubaud es convencional, est¨¢tica, geom¨¦trica con sus rampas diagonales, pl¨¢stica en la composici¨®n de grupos. Hay un dominio del espacio vac¨ªo, un cromatismo elegante y discreto en el vestuario, un gui?o a lo que la ¨®pera tiene de arte de la memoria.
I Puritani, la ¨²ltima ¨®pera de Bellini, se vivi¨® en Sevilla con regusto nost¨¢lgico, con sensaci¨®n de verdad. Fue una extraordinaria noche de ¨®pera. Uno pod¨ªa tranquilamente abandonarse al placer del canto belliniano, con conciencia o sin ella de la rebeli¨®n que esto supone.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.