Montesinos sigue oculto
Los acontecimientos de las ¨²ltimas horas que tienen al estamento militar como principal protagonista han desplazado del centro de atenci¨®n precisamente al desencadenante de la crisis. Vladimiro Montesinos, ex jefe del Servicio de Inteligencia Nacional, asesor privilegiado de Fujimori y poder en la sombra del r¨¦gimen durante 10 a?os, sigue en paradero desconocido desde que el lunes pasado pis¨® suelo peruano en un regreso inesperado desde Panam¨¢.La profusi¨®n de an¨¢lisis de la crisis peruana incluye los que estiman que los pasos dados por Fujimori s¨®lo son golpes de efecto para desviar el fondo de la cuesti¨®n: su incapacidad para ejercer el control sin fisuras sobre las Fuerzas Armadas. La vuelta de Montesinos ha provocado un cisma en las filas de la coalici¨®n gubernamental Per¨² 2000, ha generado un repentino aire democratizador en un Gobierno que ha empezado a adoptar medidas impensables hace escasos d¨ªas y le ha costado el puesto a los comandantes en jefe de las tres instituciones de las Fuerzas Armadas y al jefe de la regi¨®n militar m¨¢s poderosa. No es poco en una semana. Pero Montesinos sigue oculto. Si es cierto que Fujimori est¨¢ dispuesto a dejar sin apoyo militar a su antiguo asesor y que para ello ha empezado a apartar del camino a quienes protegen al fugitivo, Montesinos deber¨ªa caer como fruta madura en las pr¨®ximas horas, porque empezar¨ªa a tener dificultades para mantenerse en un refugio seguro.
Pero si tienen raz¨®n quienes opinan que los cambios decretados por Fujimori obedecen a una transacci¨®n y que Montesinos goza del apoyo de un gran n¨²mero de generales a quienes puso en puestos clave, el ex jefe del SIN puede seguir tomando caf¨¦ en alguna sala de banderas, al menos mientras no pacte una salida aceptable. Siempre y cuando quienes negocian con ¨¦l no lleguen a la conclusi¨®n de que su muerte ser¨ªa la salida m¨¢s limpia.
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