C¨²per y el punto de vista espa?ol
Una de las m¨¢s higi¨¦nicas costumbres del f¨²tbol espa?ol es su renuncia a aceptar el resultado como ¨²nica vara de medir. A diferencia de Italia, donde el resultadismo act¨²a como alfa y omega en las opiniones de entrenadores, futbolistas, aficionados y periodistas, Espa?a observa con un saludable escepticismo las victorias de los equipos que juegan mal. Eso de jugar mal es un concepto dif¨ªcil de definir pero f¨¢cil de entender. Basta con tomar nota de la afici¨®n del Valencia. Su equipo encabeza la clasificaci¨®n del campeonato, con ciertas garant¨ªas de mantenerse en el primer puesto. As¨ª lo dice su trayectoria durante los ¨²ltimos a?os -campe¨®n de Copa, finalista de la Copa de Europa, asiduo participante en la Liga de Campeones- y la seguridad que procura la presencia de H¨¦ctor C¨²per en el banquillo. C¨²per se ha especializado en sacar petr¨®leo de todos sus equipos, en cualquier circunstancia. Lo hizo con aquel Mallorca que alcanz¨® la final de Copa y se vaci¨® de jugadores, lastre que no le impidi¨® disputar la final de la Recopa en la siguiente temporada. Y tambi¨¦n lo ha hecho en el Valencia. Con Piojo y con el antipiojo. O sea, Carew. Con uno explotaba la velocidad, con el otro se beneficia de dos metros de tallo para oficiar como hombre diana o para prolongar los pelotazos, como hac¨ªan los ingleses y como hacen los italianos ahora.
Est¨¢ claro que C¨²per es un cheque al portador. Le das una cuadrilla de amiguetes y, como poco, te la coloca en la Copa de la UEFA. Eso da mucha tranquilidad a los presidentes que le contratan, los ¨²nicos que se evitan una cardiopat¨ªa temprana. Lo m¨¢s singular de C¨²per es que elimina la parte azarosa del juego. De sus equipos se sabe que van a hacer la cuenta de puntos, certeza que terminar¨¢ por llevarle a la Liga italiana, donde se ganar¨¢ inmediatamente el t¨ªtulo de allenatore vincente. Y con raz¨®n.
Sin embargo, en Valencia le critican. Les vale menos el primer puesto que el tedio que pasan. Es cierto que nunca ha sido f¨¢cil la relaci¨®n entre la afici¨®n de Mestalla y C¨²per. Es una cuesti¨®n de piel, y como tal, dif¨ªcil de resolver. Ahora bien, lo que ocurre en Valencia tambi¨¦n puede interpretarse como una cierta forma de cultura. Se dir¨ªa que en Espa?a predomina una suerte de hedonismo en el f¨²tbol, la exigencia del disfrute. Pide resultados, pero valora el juego como medio para conseguirlos. El personal no traga as¨ª como as¨ª, y hasta se permite la bendita impertinencia de cuestionar el juego de un l¨ªder que apenas ha frecuentado esa posici¨®n en los ¨²ltimos 30 a?os. Por lo visto, se trata de considerar el f¨²tbol como una de las bellas artes y no como un asunto estrictamente contable.
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