"Andaluc¨ªa necesita endeudarse para salir de su atraso hist¨®rico"
Pregunta. El pr¨®ximo mi¨¦rcoles presentan ante el Parlamento sus propuestas de cambios al proyecto de Presupuestos de la Junta, ?ser¨¢n muchas?Respuesta. Nosotros, claro, tenemos varias discrepancias con estos Presupuestos, pero tambi¨¦n algunas coincidencias, sobre todo con los objetivos. Coincidimos en el objetivo de reforzar las pol¨ªticas de bienestar, de educaci¨®n, de servicios sociales... La oposici¨®n ha descalificado los Presupuestos por continuistas pero para nosotros el continuismo en esto es positivo. Estamos de acuerdo con el refuerzo en pol¨ªticas de generaci¨®n de empleo y con el respaldo que se da a todo lo que sea fruto de la concertaci¨®n social. Y tambi¨¦n queremos que Andaluc¨ªa se incorpore a la sociedad del conocimiento, aunque aqu¨ª hay que detallar m¨¢s los programas con los que se piensa hacer.
P. ?Y las discrepancias?
R. Una, radical, sobre que la prioridad del presupuesto sea el d¨¦ficit cero. Esa aspiraci¨®n puede ser hasta loable, pero para Andaluc¨ªa es una perversidad, es un factor que nos aleja de la cohesi¨®n interna y con relaci¨®n a otras zonas del pa¨ªs. El d¨¦ficit cero que se persigue en Andaluc¨ªa es dejar de poner en circulaci¨®n 23.000 millones de pesetas en inversi¨®n, al no volver a repetir el nivel de endeudamiento de este a?o; eso es lo que cuesta el d¨¦ficit cero. Por un compromiso con el Gobierno central, que no s¨¦ muy bien a que viene, Andaluc¨ªa no se puede permitir el lujo de dejar de satisfacer sus necesidades.
P. ?Le quedaba otra alternativa a la Junta?
R. Creo que s¨ª, tiene margen; lo ten¨ªa en los Presupuestos de 2000, al menos pod¨ªa volver a repetir el mismo nivel de endeudamiento. Andaluc¨ªa necesita endeudarse, de un modo razonable, para salir de su situaci¨®n de atraso hist¨®rico. Adem¨¢s, en esto el Gobierno central no se merece lealtad, entre otras cosas porque el Presupuesto General del Estado sigue tratando mal a Andaluc¨ªa, no reconoce el censo y recorta los fondos europeos para nuestra comunidad. El d¨¦ficit cero significa resignarse y eso no tiene ninguna justificaci¨®n, a no ser que dejemos que la econom¨ªa pase como un caballo a galope por encima de la pol¨ªtica
P. ?Plantear¨¢n alguna modificaci¨®n concreta en los Presupuestos?
R. Hemos encontrado una reducci¨®n en las partidas del salario social que no est¨¢ en absoluto justificada, si no es para sostener esa pol¨ªtica econ¨®mica del d¨¦ficit cero. Aspiramos a que en el tr¨¢mite parlamentario crezca hasta alcanzar los 5.000 millones de pesetas, 1.000 m¨¢s de lo presupuestado. Hay un excedente con relaci¨®n a 2000 que podr¨ªa cubrir esta diferencia: me estoy refiriendo a la bajada en las pensiones sociales que se produce porque cada vez hay menos personas mayores en ese sistema. Ah¨ª hay un ahorro social de cerca de 3.000 millones que deber¨ªa reforzar otra carencia no cubierta como la que se?ala el salario social. La Junta no tiene que rebuscar mucho.
P. ?Hay m¨¢s partidas damnificadas por esa pol¨ªtica de d¨¦ficit cero?
R. El programa principal del plan industrial de Andaluc¨ªa tiene una reducci¨®n importante: la inversi¨®n industrial en la comunidad puede bajar en torno al 6%. Esa es otra consecuencia del d¨¦ficit cero.
P. No es la primera vez que se reducen las pol¨ªticas de fomento industrial.
R. Esa es una pol¨ªtica err¨¢tica. El Gobierno de Andaluc¨ªa debe centrarse al m¨¢ximo en aprovechar las potencialidades industriales que tiene la regi¨®n, que las tiene; sobre todo en el sector agroalimentario, que no est¨¢ desarrollado como para tocar muchas palmas. ?ste es un sector en el que hay que invertir no s¨®lo dinero, tambi¨¦n imaginaci¨®n y esfuerzo. Aqu¨ª la Junta est¨¢ siendo conformista.
P. El objetivo de inflaci¨®n que marcan los Presupuestos Generales del Estado, un 2%, parece que se va a quedar muy corto.
R. Los empleados p¨²blicos van a volver a sufrir una situaci¨®n de injusticia. Aqu¨ª llueve sobre mojado. Hay m¨¢s elementos, no s¨®lo el incremento salarial; hay una ley b¨¢sica que obliga a todas las administraciones, aprobada hace tres a?os, que dice que de las bajas de empleo p¨²blico s¨®lo puede sustituirse con funcionarios el 25%, para contener as¨ª el gasto corriente. Esto significa que se castiga el empleo p¨²blico. Seg¨²n nuestros datos, en estos ¨²ltimos tres a?os, el empleo precario baja tres puntos en el sector privado y sube tres puntos en el sector p¨²blico.
P. La Junta establece una subida salarial para sus funcionarios de un punto por encima de la inflaci¨®n, ?es suficiente cuando el IPC real est¨¢ en el 4%?
R. La mejor f¨®rmula es que el incremento salarial se ajuste m¨¢s a la realidad de la inflaci¨®n, porque esto tiene una parte perversa: si el Gobierno llega a acuerdos posteriores con los sindicatos, como el a?o pasado, lo hace solo con los empleados de la Administraci¨®n central, lo que significa que las comunidades aut¨®nomas deben cargar sobre sus presupuestos el ajuste para que sus empleados no pierdan poder adquisitivo, porque las transferencias del Estado s¨ª que no crecen por encima del objetivo te¨®rico de inflaci¨®n. Con el objetivo del 2% que no se cree nadie, el Gobierno central castiga a los que peor est¨¢n: a los que perciben el salario m¨ªnimo, a todos los dependientes de subsidios pierden poder adquisitivo. Es algo absolutamente injusto, pero coherente con un Gobierno de derechas.
P. Estos presupuestos deber¨¢n adaptarse al nuevo acuerdo de concertaci¨®n social, ?c¨®mo van las negociaciones?
R. Los empresarios pueden tener una posici¨®n distinta esta vez, porque tienen presiones del PP, que ha interpretado err¨¢ticamente que la concertaci¨®n beneficia al Gobierno y no al inter¨¦s general. No obstante, hemos tenido unas reuniones con Rafael ?lvarez Colunga [el presidente de la CEA] y ha quedado claro que su posici¨®n es trabajar por llegar a acuerdos. Aqu¨ª los empresarios viven muy bien y ganan mucho dinero y deben reinvertir en el desarrollo econ¨®mico y social. Y eso requiere abandonar posiciones numantinas, como que la organizaci¨®n del trabajo es una competencia exclusiva del empresariado.
P. En el acuerdo de concertaci¨®n, ?se puede avanzar en la reducci¨®n de jornada?
R. Creo que poco, en la concertaci¨®n al menos. En el sector privado, el tema de las 35 horas tiene que contar con una posici¨®n m¨¢s abierta de los empresarios: la mejor manera de avanzar ahora es con la negociaci¨®n colectiva, en muchos convenios ya se est¨¢ reduciendo la jornada.
P. Las partidas presupuestarias para incentivar el empleo ?son suficientes?
R. Habr¨ªa que incorporar nuevos criterios, sobre todo en los fondos que nos vienen del Gobierno central. En este momento, en Espa?a, conviven zonas pr¨®ximas al pleno empleo como Navarra o Arag¨®n con zonas con el 25% de paro, como estamos nosotros. Eso demanda una pol¨ªtica para corregir los desequilibrios territoriales: hay que hacer acciones de discriminaci¨®n positiva territoriales. Igual que en esas pol¨ªticas hemos primado m¨¢s el empleo que se genera en determinados colectivos, como las mujeres, los parados de larga duraci¨®n, etc, ese plus debe aparecer en t¨¦rminos territoriales. Es decir, que si el empleo se crea en Andaluc¨ªa, que es la zona m¨¢s afectada debe recibir m¨¢s incentivos que en otras regiones.
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