An¨¦cdotas y chascarrillos

Ha desaparecido el aparcamiento del hospital de Vila-real y a nuestro presidente este suceso fabuloso no le parece m¨¢s que una an¨¦cdota, un chascarrillo. Y es que nuestro presidente debe de estar muy acostumbrado a estos portentos, que a los ciudadanos normales todav¨ªa nos siguen asombrando. Con an¨¦cdotas como ¨¦sta del hospital de Vila-real hay personas que se ganan estupendamente la vida. El mago David Copperfield, por ejemplo, es una de ellas, con la ventaja para nosotros de que Copperfield no arriesga en sus actuaciones el dinero de los contribuyentes y en el aparcamiento de Vila-real se nos han ido a los valencianos 700 millones de pesetas. Nunca se nos ocurrir¨ªa pedirle las cuentas a David Copperfield, pero estamos obligados a exig¨ªrselas a Eduardo Zaplana. Sin embargo, cuando alguien le requiere la contabilidad, nuestro presidente se pone trascendente y afirma que el drama de la Comunidad es que existe un elevado nivel de radicalizaci¨®n en los medios y en la oposici¨®n.Uno comprende que nuestro presidente atraviese un mal momento y se ponga a decir estas solemnidades. No es para menos. Varios de aquellos asuntos en los que est¨¢bamos llamados a ser pioneros y provocar el asombro mundial, se han venido abajo en los ¨²ltimos meses y algunos con cierto estr¨¦pito. Infoville, llamada a revolucionar la vida en nuestras ciudades, parece diluido en el espacio electr¨®nico. La Miguel Hern¨¢ndez se ha convertido en un llamativo referente de lo que no debe ser una universidad. Terra M¨ªtica no acierta a encajar las cuentas, ni le cuadran los visitantes. Y hasta la comisi¨®n Pro-R¨ªo Segura viene, precisamente ahora, a recordar aquellas promesas que se firmaron en v¨ªsperas de elecciones. Imag¨ªnense, en estas circunstancias, abundar con el extrav¨ªo de un aparcamiento en el hospital de Vila-real. A m¨ª me parece que si los medios de comunicaci¨®n y la oposici¨®n fueran tan radicales como afirma Eduardo Zaplana, hace semanas que ¨¦l andar¨ªa pidiendo ¨¢rnica.

Cada vez que la realidad contrar¨ªa sus deseos, Zaplana pide un debate serio y riguroso. Pero yo a¨²n no he logrado averiguar de qu¨¦ quiere hablar este hombre cuando solicita un debate serio y riguroso. Y les aseguro que pongo la m¨¢xima atenci¨®n en estos asuntos p¨²blicos. En cuanto se produce una ocasi¨®n, en las Cortes valencianas, para mantener un debate serio y riguroso sobre alguno de los asuntos que preocupan a los ciudadanos, Eduardo Zaplana o su partido se las componen para que ¨¦ste no se produzca. Aduciendo unas u otras razones, estos se?ores han desactivado cada uno de aquellos temas que hubiesen podido tener un inter¨¦s popular. A m¨ª, por ejemplo, me parec¨ªa de una gran importancia el tema de los millones del Ivex. Pensaba que los ciudadanos tendr¨ªan, como yo, un cierta curiosidad por conocer d¨®nde hab¨ªa ido a parar ese dinero que algunos suponen en Florida. Sin embargo, a Eduardo Zaplana el asunto debi¨® parecerle tambi¨¦n un chascarrillo, pues se lo sacudi¨® de encima con gran diligencia. Pero, si lo que nuestro presidente desea son temas serios y de inter¨¦s, yo creo que no habr¨¢n de faltarle. No resulta dif¨ªcil averiguar lo que preocupa a los valencianos. Cada d¨ªa aparecen en los peri¨®dicos decenas de estos asuntos y es f¨¢cil reparar en ellos a poco que uno ponga voluntad. De voluntad, claro.