Rellenas de futuro

Las cuentas le salen r¨¢pidas y f¨¢ciles a las tres socias de La Empanada Chilena, una sociedad cooperativa que abre sus puertas en enero: 350 empanadas de 200 gramos a 175 pesetas y durante 365 d¨ªas al a?o. Detr¨¢s de esas cifras se esconde la viabilidad; por encima, el negocio; por debajo, la incertidumbre. Tomate, at¨²n y cebolla, esos son los componentes b¨¢sicos del producto estrella del establecimiento, que aunque lleva apellido chileno, vende, fundamentalmente, un condumio m¨¢s bien espa?ol. La carta se completa con otras variedades americanas: la aut¨¦ntica empanada chilena (ternera, aceituna negra, pasas, cebollas, huevos duros y especias), las chaparritas (queso y salchicha) o los calzones rotos (una suerte de pesti?os con az¨²car glas). "El secreto, que es lo importante, est¨¢ en la masa", dice Ver¨®nica Guti¨¦rrez, chilena de 47 a?os, parafraseando el eslogan de una multinacional pizzera. Junto a su hija, Berenice Morales, de 22 a?os, y a la colombiana Alba Guzm¨¢n, de 47, ha dado forma a un proyecto que acariciaba hace un lustro, desde que lleg¨® a C¨¢diz procedente de Santiago de Chile.La empresa es una respuesta categ¨®rica a la falta de perspectivas laborales, es un desplante a las decenas de puertas que se le han cerrado desde hace cinco a?os, un tiempo que han empleado en buscar empleo sin suerte. Es, a la vez, un asidero al futuro. "Hemos llegado a la conclusi¨®n de que ¨¦sta es la ¨²nica forma de salir adelante y encontrar un futuro seguro, porque en el mercado de trabajo est¨¢ realmente complicado", explica Ver¨®nica Guti¨¦rrez, quien sostiene que su proyecto es tambi¨¦n "una demostraci¨®n para otras muchas mujeres, a las que invitamos a seguir nuestro camino". As¨ª, tras fallidos intentos laborales, Ver¨®nica, que vend¨ªa ropa entre Santiago y Mendoza (Argentina), y Berenice y Alba, que trabajaban en departamentos administrativos, han dado el paso adelante con la financiaci¨®n privada de algunos amigos, la orientaci¨®n del Ayuntamiento de Puerto Real y todo el apoyo econ¨®mico que les ha prestado el Centro de Acogida al Inmigrante (Ceain) para la constituci¨®n de la cooperativa.

Durante este tiempo, la familia Guti¨¦rrez Morales han ensayado sin cesar la fabricaci¨®n de empanadas. "Hemos hecho cientos de ellas, siempre para amigos, para fiestas de conocidos y para celebraciones particulares, y siempre hemos salido triunfantes. Tengo amigas gallegas que me confiesan que mi masa es insuperable", dice, sin rubor, Ver¨®nica, que se guarda la esencia del secreto. "S¨®lo puedo decir que hemos hecho pruebas y comprobaciones y es posible consumir nuestra empanada al tercer d¨ªa de hacerla sin que pierda frescura".

Cada una de ellas lleg¨® a Espa?a por distinto motivo. "En Santiago hay muy pocas posibilidades para las mujeres. Las condiciones laborales son m¨¢s duras a¨²n hay mucha explotaci¨®n y sueldos ¨ªnfimos. Si eres mujer, te contratan durante tres meses y despu¨¦s no te renuevan, as¨ª se ahorran la cesant¨ªa", dice Berenice, que se va a encargar del despacho de empanadas. Ver¨®nica estar¨¢ al frente de la producci¨®n y Alba gestionar¨¢ la peque?a administraci¨®n de la empresa, en el n¨²mero 40 de la calle San Jos¨¦, en el centro hist¨®rico de C¨¢diz. "Ahora poco van a importar las horas que dediquemos al negocio, porque hemos inventado nuestro propio eslogan: Expl¨®tate a ti misma", resumen.

En su camino se han topado con todo tipo de gentes: "Varios propietarios de locales se han negado a alquilarnos su establecimiento por desconfianza, pero hay gente estupenda y solidaria, que nos han prestado servicios y apoyo sin cobrarnos".