Figo-Geremi, sociedad imposible
Cada vez es m¨¢s patente la falta de sinton¨ªa entre el delantero portugu¨¦s y el defensa camerun¨¦s en la banda derecha del Madrid
La sociedad entre Luis Figo y Geremi, en el Real Madrid, puede ser todo menos beneficiosa. M¨¢s bien, se trata de una antisociedad. La Copa Intercontinental perdida el pasado martes por el equipo blanco ante el Boca Juniors, en Tokio, ha sido una evidencia m¨¢s de que ambos jugadores distan mucho de compenetrarse; de que el portugu¨¦s, en concreto, comienza a sentirse frustrado por la falta de entendimiento futbol¨ªstico, tanto en la vertiente t¨¢ctica como en la t¨¦cnica, con el camerun¨¦s.En medio del reproche casi constante de Figo a Geremi, de las discusiones de ambos en el campo -repetidas cada vez con mayor asiduidad-, lo cierto es que la banda derecha del Madrid se convirti¨® en un flanco tremendamente vulnerable en el encuentro contra el Boca. Y el ex barcelonista, que carga con la vitola de estrella de su nuevo conjunto, se qued¨® sin poder imponer su peso por tercera vez en esta temporada en un partido crucial. La Supercopa contra el Galatasaray, en la que ganaron los turcos, fue su primera cita fallida. El cl¨¢sico liguero que se anot¨® el Barcelona hace un mes, la segunda.
"Con Luis [Figo] no discutimos", dijo ayer Geremi antes de abordar el avi¨®n que traslad¨® al Madrid de Tokio a Madrid v¨ªa Francfort; "en todo caso, hablamos. Y es fundamentalmente para ver lo que hacemos cuando tenemos el bal¨®n, no para repartirnos el trabajo en la defensa".
Contra el campe¨®n suramericano, Geremi apareci¨® en el ojo del hurac¨¢n. Sobre todo, porque se le vio llegar tarde en dos acciones, desencadenantes de los dos goles de Palermo. Su t¨¦cnico, Vicente del Bosque, sali¨® en defensa del lateral, como siempre, y recalc¨® que culpar a Geremi de los errores defensivos es "simplificar las cosas". Por su parte, Geremi dijo que en el segundo tanto no era el ¨²nico responsable de marcar a Palermo, en clara alusi¨®n a Hierro y Karanka: "Generalmente, los defensas centrales se hacen cargo de los delanteros centros".
M¨¢s que buscar culpables, en el seno del Madrid se debati¨® ayer la falta de concentraci¨®n que propici¨® la derrota. Algunos jugadores hablaron de la inadaptaci¨®n horaria como un factor importante. "Nos hemos despertado a las cinco de la madrugada todas las noches", comentaban varios. "Y ahora nos toca viajar a Pamplona, a El Sadar, una trampa...", se lamentaban. El agobio de las 20 horas de viaje de regreso y la necesidad de adaptarse otra vez al horario europeo para jugar dos partidos en cuatro d¨ªas, ante el cuadro navarro en la Liga nacional y el Anderlecht en la de Campeones- desencadenaron cierto malestar.
Mientras estas cuestiones poblaban la mente de algunos jugadores insomnes, la crisis de la pareja Figo-Geremi los mostraba a ambos muy cariacontecidos. De modo especial, a Figo, cuyo rostro fue una roca en el estadio Nacional de Tokio y de ah¨ª en adelante. As¨ª sigui¨® paseando en solitario, preocupado, por los aeropuertos de Narita y Francfort.
Porque, si su actuaci¨®n en la defensa gener¨® sospechas, en el aspecto ofensivo Geremi result¨® casi nulo y eso repercuti¨® en Figo. Hasta el punto de que el luso dej¨® de pasar balones al camerun¨¦s cuando vio que le doblaba por su derecha. Una muestra de desconfianza que tambi¨¦n se manifest¨® en los constantes cambios de banda de Figo, que se march¨® a la izquierda en busca de horizontes m¨¢s prometedores o de un compa?ero que interpretara mejor la intenci¨®n de sus regates, sus movimientos y sus paredes. Algo que Geremi no alcanza a lograr. Quiz¨¢, debido a su falta de intuici¨®n t¨¢ctica o a su carencia de t¨¦cnica suficiente.
La rigidez se hab¨ªa hecho con el rostro de Figo al salir de los vestuarios en Tokio. El delantero ya no oculta su malestar por la confusi¨®n reinante en su sector del campo. A escasos d¨ªas de que se decida la concesi¨®n del Bal¨®n de Oro, al que aspira junto a Rivaldo y Zidane; a los cuatro meses de su llegada al club, no ha conseguido establecer una sociedad productiva en el Madrid. Un nexo como el que lo hizo brillar como extremo en el Barcelona, con Guardiola, o como el que mantiene con Rui Costa en la selecci¨®n portuguesa. Si bien Geremi no es precisamente un jugador llamado a este prop¨®sito, su falta de entendimiento con ¨¦l lastra a Figo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.