"La reforma laboral puede ser una operaci¨®n redonda para el PP"
El sindicato nacionalista ELA -mayoritario en Euskadi con el 40% y el tercero en Navarra con el 19,6% de representaci¨®n- celebra hoy y ma?ana en Bilbao su X congreso. Desde una posici¨®n de hegemon¨ªa sindical y con 90.256 afiliados, ELA es una central at¨ªpica que ha jugado un papel protagonista en el ¨¢mbito pol¨ªtico como adelantado del Acuerdo de Lizarra desde su alianza con LAB, el sindicato de la izquierda abertzale. En esta cita afronta una renovaci¨®n controlada de su direcci¨®n, que incluye la incorporaci¨®n de la mujer, hasta ahora ausente en la c¨²pula del sindicato. Jos¨¦ Elorrieta (Loiu, Vizcaya, 1950), su secretario general desde 1988, manifiesta su pesimismo sobre los resultados de las negociaciones en curso sobre la reforma laboral, al tiempo que reclama el reconocimiento por CC OO y UGT de su papel en Euskadi para poder abordar una colaboraci¨®n a la que dice estar abierto.
Pregunta. ?Qu¨¦ espera de las negociaciones para la reforma del mercado laboral en curso?
Respuesta. Mi percepci¨®n es que el PP, con mayor¨ªa absoluta en el Parlamento, les ha dado a las partes un esquema de la reforma que quiere y les ha dicho: si lo que acord¨¦is no pasa por aqu¨ª, tengo las manos libres para sacarlo adelante. Si lo que pacten los sindicatos y la patronal CEOE, que juega con ¨¦l, encaja en su esquema, ser¨¢ una operaci¨®n redonda para el PP, porque a un Gobierno de derechas, partidario de la desregulaci¨®n se le sirve en bandeja un acuerdo sin ning¨²n coste social. Eso ya le sali¨® en 1997. Adem¨¢s, juega con cartas marcadas. Sabe la gran debilidad del movimiento sindical espa?ol, que ha desmovilizado a los trabajadores durante muchos a?os y de la gran dependencia financiera de CC OO y UGT.
P. ?Pero estar¨ªa ELA dispuesta a involucrarse en la negociaci¨®n?
R. Siempre hemos estado dispuestos a eso, aunque discrepemos sobre el ¨¢mbito de la negociaci¨®n. En una determinada l¨®gica, las m¨¢s de las veces deber¨ªamos coincidir con UGT y CC OO en esas mesas. Pero el dise?o que se ha hecho entre CC OO y UGT es de exclusiva y su consenso va m¨¢s all¨¢ de la acci¨®n sindical, por ejemplo en la formaci¨®n continua.
P. Dice que su alianza estrat¨¦gica con LAB est¨¢ varada por su incapacidad para desmarcarse de ETA. ?Cabe un acercamiento de ELA a Comisiones y UGT tras a?os de enfrentamiento?
R. Nuestro problema es que no tenemos alianza alternativa. UGT ha presentado ante el Tribunal Supremo un recurso contra una sentencia que nos reconoce como sindicato m¨¢s representativo. El hecho de que se pida una declaraci¨®n jur¨ªdica que niegue a ELA, con un 40% de los delegados en la comunidad aut¨®noma, la condici¨®n de sindicato m¨¢s representativo revela una hostilidad tremenda y nos sit¨²a en una situaci¨®n de inseguridad jur¨ªdica enorme, y me extra?a que no se hable de ello. Y CC OO est¨¢ copiando al PP en su campa?a internacional, creando estado de opini¨®n entre los sindicatos internacionales con dossieres de prensa que nos presentan como si estuvi¨¦ramos en connivencia con los terroristas. As¨ª es muy dif¨ªcil colaborar.
P. El IPC de los asalariados vascos es el mismo que el de los gallegos o madrile?os y los problemas de productividad o temporalidad les afectan por igual. ?C¨®mo se conjuga la mundializaci¨®n de la econom¨ªa con su reivindicaci¨®n de un marco aut¨®nomo de relaciones laborales?
R. Eso hay que verlo de manera dial¨¦ctica. Una Europa con una moneda y unos tipos de inter¨¦s ¨²nicos y un mercado abierto nos lleva a un grado de homogeneizaci¨®n, por supuesto. Pero eso no significa que los alemanes vayan a tener, ni hoy ni dentro de 10 a?os, las mismas condiciones salariales o de cobertura social que otros, porque eso depende tambi¨¦n de la proyecci¨®n sindical o del esquema pol¨ªtico. Un mismo espacio posibilita situaciones distintas. El ¨¢mbito vasco de decisi¨®n en materia sindical se sustenta simplemente en que los sindicatos que son mayor¨ªa en el Estado no lo son aqu¨ª. Tan s¨®lo por esa raz¨®n, y en estricta clave democr¨¢tica, habr¨¢ que tenerla en cuenta.
P. ?C¨®mo va a afectar la nueva econom¨ªa al sindicalismo?
R. ?ste es el gran debate del mundo sindical en todos los pa¨ªses. En Europa ha entrado en crisis la relaci¨®n tradicional entre partido y sindicato, y la propia sociolog¨ªa electoral ha cambiado. Tenemos que revisar el discurso y nuestras formas de trabajo, demasiado lastrados por la tradici¨®n.
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